En un mundo multipolar

Desde Occidente, y sobre todo desde EE UU, se piensa que Vlad¨ªmir Putin quiere recuperar una relaci¨®n bipolar con Washington en un mundo que ha cambiado en profundidad. Incluso el control de armamentos tiene que adaptarse a un mundo no s¨®lo multipolar, sino en el que hay actores no estatales. La reuni¨®n en Mosc¨² del Consejo OTAN-Rusia (COR o NCR en sus siglas inglesas) para celebrar los 10 a?os de la asociaci¨®n entre Rusia y la OTAN ha reflejado que Rusia mantiene un doble lenguaje con la OTAN: de cr¨ªtica y de cooperaci¨®n.

El propio encuentro a 27 el pasado martes, precedido de un seminario con expertos en San Pertersburgo, ha puesto de relieve que ¨¦sta es una relaci¨®n estrat¨¦gica para Putin, pero que no a cualquier precio. El nuevo s¨ªmbolo del NCR, significativamente, representa al hemisferio norte con 27 estrellas. En todo caso, pese a los excesos ret¨®ricos, no hay vuelta de la guerra fr¨ªa y cualquier consideraci¨®n por parte de Rusia, que no es hoy por hoy una amenaza para Occidente, parte de su "no integrabilidad" ni en la OTAN ni en la UE. "No es posible amar a una alianza militar a la que no perteneces", se?al¨® un ruso.

Por supuesto, est¨¢n los temas actualmente en litigio: Kosovo (donde se va a dar un respiro de cuatro a seis meses), el Tratado sobre Armas Convencionales (CFE) en Europa; y el escudo antimisiles (sobre el que, seg¨²n fuentes rusas, puede haber una decisi¨®n tras la reuni¨®n este fin de semana entre Putin y Bush) por el despliegue en 2008 de un radar en la Rep¨²blica Checa y unos interceptores en Polonia, con la oferta de Putin del centro de seguimiento de Gabala (Azerbaiy¨¢n). Sin duda, Rusia est¨¢ dolida por la ampliaci¨®n de la OTAN, y quiere evitar que ¨¦sta se extienda a Georgia y Ucrania, posibilidad que los aliados no contemplan.

Pero junto a estos motivos de tensi¨®n, el hecho de que fuera Rusia la que quisiera que la celebraci¨®n del aniversario se hiciera en su suelo o la ratificaci¨®n por la Duma del tratado SOFA sobre fuerzas del Partenariado por la Paz, y las conclusiones lanzadas indican que la cooperaci¨®n entre Mosc¨² y la antigua alianza enemiga avanza en cuestiones concretas, pr¨¢cticas. Entre otras, en la lucha contra el terrorismo y la guerra de Afganist¨¢n. Por evidentes motivos, desde la invasi¨®n de 1979, los soldados rusos no pueden volver a este pa¨ªs, pero s¨ª ayudar en el terreno log¨ªstico y de la lucha contra el narcotr¨¢fico, pues tambi¨¦n les interesa un Afganist¨¢n estabilizado, dique contra el islamismo. Y la participaci¨®n, recogida en el comunicado final, en el estudio de Interoperatividad en Defensa contra Misiles de Teatro (de corto alcance) de la OTAN. Seg¨²n medios diplom¨¢ticos, la Rusia de Putin no est¨¢ tan distanciada como puede parecer por el programa antimisiles, pues ve que le pueden interesar por la tecnolog¨ªa, y si llega a funcionar, para proteger unidades en el campo de batalla.

El tono fue bueno. Constructivo, pero sin esconder las preocupaciones rusas o aliadas. Como dijo el ministro de Exteriores ruso, Sergu¨¦i Lavrov, la seguridad es indivisible y quiere un trato desde la igualdad. Pero no dej¨® de sorprender la dureza de algunos planteamientos, como la del experto ruso que abri¨® el seminario de San Petersburgo con la afirmaci¨®n de que EE UU ha perdido en Irak. Aunque curiosamente consider¨® que el mundo multipolar "nos permite mantener un cierto equilibrio", lo que implicar¨ªa una relaci¨®n privilegiada con Washington. "No pueden pretender as¨ª estar entre los tres primeros del mundo", se?alan medios diplom¨¢ticos occidentales. Lo que s¨ª tienen claro es que Rusia, l¨¦ase su clase dirigente, ten¨ªa un complejo y se lo ha quitado. Pero los europeos s¨ª ven a Rusia como una "potencia indispensable" en palabras del secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop.

Seg¨²n diplom¨¢ticos de la OTAN, la pol¨ªtica exterior rusa refleja la lucha de poder interno. La Rusia de Putin, seg¨²n los occidentales, s¨®lo tiene dos instrumentos de poder exterior: la energ¨ªa y las armas. S¨®lo ahora est¨¢ recuperando el nivel econ¨®mico de 1991. No exporta industria ni servicios. De hecho, se ha desindustrializado, aunque est¨¦ formando grupos estatales para fabricar aviones, para un grupo de construcci¨®n naval o para impulsar la nanotecnolog¨ªa. Aunque siempre con la preocupaci¨®n militar en primer plano. Ni siquiera, por temor a la inflaci¨®n, usa los ingresos del petr¨®leo para desarrollarse. Seg¨²n medios occidentales, tiene m¨¢s de 400.000 millones de d¨®lares esterilizados, a la espera de invertirlos, y un fondo de reserva de otros 120.000 millones. Se ha convertido en un sistema autoritario sin ideolog¨ªa. Y con demograf¨ªa a la baja (pierde 700.000 habitantes al a?o) tendr¨¢ menos soldados.