Los logros ef¨ªmeros de una cumbre de emergencia
Impulsados por el miedo com¨²n al fundamentalismo isl¨¢mico y la falsa idea de que es una fuerza pol¨ªtica ileg¨ªtima, los llamados "moderados" de Oriente Pr¨®ximo [Olmert, Abbas, Mubarak y Abdal¨¢ II] han vuelto a reunirse en la ciudad costera egipcia de Sharm el Sheikh, donde tradicionalmente se celebran las cumbres ¨¢rabes de emergencia.
En la primavera de 1996, los supuestos "moderados" -el presidente egipcio Hosni Mubarak, el rey Hussein de Jordania, Yasir Arafat e incluso varios representantes de las dinast¨ªas del Golfo- ya se reunieron en Sharm el Sheikh con el presidente norteamericano Bill Clinton y el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, en un intento desesperado de impedir la ascensi¨®n del radicalismo isl¨¢mico. Tambi¨¦n confiaban en dar un espaldarazo electoral al primer ministro israel¨ª, Sim¨®n Peres, quien, muy debilitado por la campa?a de atentados suicidas de Ham¨¢s, estaba a punto de ser derrotado a manos de Benjam¨ªn Netanyahu. Pero el fundamentalismo ni se inmut¨®. Es m¨¢s, tanto en su identidad yihadista como en su identidad pol¨ªtica se ha fortalecido sin cesar desde entonces.
En octubre de 2000, Sharm el Sheikh fue escenario de otra cumbre, con la mayor¨ªa de los mismos actores. En esa ocasi¨®n, el objetivo era conseguir el fin de la Intifada palestina y que israel¨ªes y palestinos alcanzaran un acuerdo de paz definitivo. Los dos objetivos contaban con el apoyo de todos los participantes, pero ninguno de los dos se hizo realidad. Yo fui uno de los participantes en aquella cumbre del a?o 2000 y, como tal, comprendo las razones de que sea tan distinto lo acordado por los "moderados" de la dura realidad impulsada por los "extremistas". La ¨²nica forma que ten¨ªa Arafat de detener la Intifada y cortar el avance de Ham¨¢s era un acuerdo de paz con Israel especialmente generoso para los palestinos. Pero dicho acuerdo se frustr¨®, porque la Intifada hab¨ªa despertado tales esperanzas entre los palestinos que era imposible que Israel pudiera satisfacerlas.
A pesar de los encomiables esfuerzos del primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert, en la ¨²ltima cumbre de Sharm el Sheikh, sus logros ser¨¢n inevitablemente ef¨ªmeros. No es realista creer que transferir a los palestinos los ingresos fiscales que les corresponden, eliminar un n¨²mero limitado de controles militares en la Cisjordania ocupada e incluso liberar a 250 presos de Al Fatah "sin sangre en las manos" son acciones que van a servir para apagar el volc¨¢n palestino, apuntalar el poder de su presidente, Mahmud Abbas, y mejorar la posici¨®n de Al Fatah con respecto a Ham¨¢s. De hecho, todo indica que Ham¨¢s puede ver aumentada su popularidad gracias al intercambio del cabo israel¨ª Gilad Shalit por nuevos prisioneros, incluidos algunos "con las manos manchadas de sangre".
Esta alianza de moderados de Oriente Pr¨®ximo tiene un precio que ni Israel ni la Administraci¨®n de Bush parecen dispuestos a pagar. La estrategia de israel¨ªes y estadounidenses de abrir una brecha entre Gaza y Cisjordania, al tiempo que se niegan a mantener negociaciones sobre un acuerdo de paz que pudiera dar a Abbas el arma definitiva para debilitar a Ham¨¢s, es una pol¨ªtica contradictoria. Adem¨¢s, por mucho que los moderados puedan criticar el golpe de Ham¨¢s en Gaza, los dirigentes ¨¢rabes no pueden arriesgarse a sufrir las consecuencias que un rechazo total de esa organizaci¨®n tendr¨ªa en sus pa¨ªses. Mubarak ya ha hecho un llamamiento a que se reanude el di¨¢logo interno palestino, que podr¨ªa desembocar en otro nuevo intento de gobierno de unidad nacional, el mismo tipo de ejecutivo con el que Israel y Estados Unidos se han negado a negociar.
Se pide a Abbas que lance un ¨®rdago -derrotar a Ham¨¢s y, de paso, la causa del fundamentalismo isl¨¢mico en la regi¨®n- con recursos insuficientes. Al hipotecar toda su pol¨ªtica para Oriente Pr¨®ximo al concepto de "enfrentamiento ideol¨®gico" contra las fuerzas del mal, Bush est¨¢ depositando su estrategia sobre los hombros exhaustos de un presidente palestino derrotado, sin proporcionarle verdaderamente las herramientas necesarias.
Peor a¨²n, cuando Israel y Estados Unidos suministran dinero y armas a Abbas sin ofrecerle un horizonte pol¨ªtico que refuerce su posici¨®n entre los palestinos, al tiempo que todos los l¨ªderes de Ham¨¢s en Cisjordania son detenidos, se contribuye a que el presidente tenga una imagen de colaboracionista a ojos de su pueblo.
Por supuesto, los ¨¢rabes tampoco est¨¢n libres de pecado. Ning¨²n Gobierno israel¨ª va a arriesgarse a hacer una oferta de paz verdaderamente importante a una Autoridad Palestina cuyo mandato est¨¢ plagado de renuncias y anarqu¨ªa. La revelaci¨®n de Ham¨¢s como temible fuerza militar refleja la ineptitud egipcia para impedir el contrabando de armas a Gaza. A Egipto le interesa controlar a Ham¨¢s, pero se niega a pagar el precio de una confrontaci¨®n directa, porque eso podr¨ªa hacer que los egipcios parecieran los protectores de Israel.
En realidad, la visi¨®n estrat¨¦gica de Mubarak es incre¨ªblemente estrecha. Al presentarse como una especie de mediador, su objetivo es, sobre todo, granjearse la amistad de EE UU, cuyo Congreso critica abiertamente su balance en materia de derechos humanos. En su propio pa¨ªs necesita cultivar la imagen de defensor de la causa palestina con el menor coste posible. La ¨²ltima cumbre de Sharm el Sheikh es, entre otras cosas, un mensaje a los saud¨ªes: el centro pol¨ªtico de Oriente Pr¨®ximo es El Cairo, no La Meca.
Exigir que los israel¨ªes hagan concesiones es perfectamente leg¨ªtimo e incluso necesario. Pero esas exigencias pierden credibilidad debido a la incapacidad ¨¢rabe de aliviar la miseria de los palestinos y -no menos importante-, porque no est¨¢n ayudando a los palestinos a abordar las dif¨ªciles decisiones que tendr¨¢n que tomar si desean que alguna vez exista un Estado palestino en el que impere el orden.
Shlomo Ben-Ami, ex ministro de Exteriores de Israel, es vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la Paz. Traducci¨®n de M. L. Rodr¨ªguez Tapia. ? Project Syndicate, 2007.
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