Los da?os del planeta domesticado
Apenas queda planeta Tierra que no est¨¦ alterado por el hombre. Hace 10 a?os, s¨®lo el 17% de todos los continentes era tierra virgen. La domesticaci¨®n del mundo var¨ªa de grado, desde los parques nacionales protegidos hasta las megal¨®polis que alteran radicalmente el territorio, plantean unos cient¨ªficos en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Science.
La domesticaci¨®n, recuerdan, debi¨® empezar con la selecci¨®n de especies salvajes para explotar las m¨¢s ¨²tiles, pero no se detiene ah¨ª. "Hemos domesticado ya vastos territorios y ecosistemas enteros", dicen Peter Kareiva (Instituto de Estudios Medioambientales de la Universidad de Santa B¨¢rbara, California) y sus colegas. Y toda esa alteraci¨®n profunda del planeta, que ha sido provechosa desde el punto de vista de mejorar la producci¨®n de alimentos, reducir la exposici¨®n a los predadores y a los peligros naturales, y promocionar el comercio, est¨¢ causando tambi¨¦n graves problemas.
La sobrepesca en Namibia ha provocado la invasi¨®n de las aguas por las medusas
Los cient¨ªficos ponen el ejemplo de la sobrepesca en la costa norte de Namibia, donde se ha provocado una explosi¨®n de colonias de medusas hasta el punto de que las redes de pesca capturan ahora tres veces m¨¢s medusas que peces, cuando hace 30 a?os eran muy escasas.
Aproximadamente la mitad de la superficie terrestre ha sido convertida en pastos o terrenos cultivados; en todos los continentes [en el estudio no se hace aluci¨®n a la Ant¨¢rtida] los humanos han eliminado o diezmado los grandes mam¨ªferos y ha aumentado la fauna de especies peque?as; s¨®lo en Europa 22.000 kil¨®metros cuadrados de zonas costeras est¨¢n artificialmente cubiertas por cemento o asfalto; las presas construidas para mejorar el riego, producir electricidad o controlar las inundaciones, almacenan casi seis veces m¨¢s agua que la que corre por los r¨ªos. ?stos son algunos ejemplos recogidos en el an¨¢lisis publicado en Science.
Los efectos de esta alteraci¨®n generalizada de la naturaleza son numerosos. Los expertos citan algunos: cuando se convierten grandes extensiones de selva o bosque naturales en plantaciones forestales de monocultivo crece la producci¨®n de fibra, pero aumentan los brotes de enfermedades y par¨¢sitos.
Los transportes merecen un an¨¢lisis aparte. Para servir e incentivar el comercio se han construido puertos en casi todas las costas del mundo y se han tendido carreteras en todos los continentes. Adem¨¢s, los oc¨¦anos est¨¢n surcados por v¨ªas mar¨ªtimas. Estas transformaciones han creado v¨ªas para el desplazamiento de especies invasoras, lo que supone un coste anual, s¨®lo en EE UU, de unos 100.000 millones de d¨®lares. Las enfermedades humanas tambi¨¦n aprovechan las v¨ªas de transporte entre tierras lejanas, como el sars, que se transmiti¨® desde el brote inicial detectado en China a 26 pa¨ªses en cinco continentes. Las ciudades son un caso agudo de domesticaci¨®n de la naturaleza, advierten los investigadores, y el porcentaje de personas que vive en ellas sigue aumentando.
Frente a las urbes, existen las reservas naturales. En 2006, m¨¢s del 14% de la superficie continental estaba designado como ¨¢rea de protecci¨®n, pero la mayor parte de esos territorios est¨¢n sometidos a una fuerte influencia humana, advierten Kareiva y sus colegas.
Ante este panorama de alteraci¨®n artificial de la Tierra, los investigadores se plantean si tiene sentido mantener el enfoque cient¨ªfico habitual hasta ahora en los temas de conservaci¨®n, es decir, proteger a la naturaleza de las personas. Kareiva y sus colegas sugieren que ser¨ªa m¨¢s provechoso "considerar la domesticaci¨®n de la naturaleza como la selecci¨®n de ciertas caracter¨ªsticas deseables de un ecosistema -como el incremento de la producci¨®n de alimentos- con alteraciones derivadas en otro ecosistema que pueden no ser deseables". Bajo esta perspectiva, el reto cient¨ªfico ser¨ªa comprender y gestionar mejor las influencias mutuas entre los ecosistemas provocadas por la domesticaci¨®n de la naturaleza, para evitar los efectos m¨¢s negativos y aprovechar los favorables.
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