?Iguales!

Si la terca lluvia se sale con la suya y la final de Wimbledon no se celebra ma?ana, puede que alguien se alegre: de esa forma, continuar¨¢ la pasarela en que se ha convertido el torneo brit¨¢nico. La estilizaci¨®n del atuendo de los jugadores no es noticia fresca (poco veremos m¨¢s elegante que la falda de Jean Pateau que luci¨® en 1919 Suzanne Lenglen), pero el di¨¢logo entre tenis y moda est¨¢ en su momento ¨¢lgido. El mundo vuelve a abrazar con fervor al cl¨¢sico polo y, sobre ¨¦l, se sustenta el renacimiento de marcas como Lacoste o Fred Perry, que ahora hacen piezas m¨¢s aptas para ligar que para pelotear.

Las limitaciones que impone el All England Club podr¨ªan parecer un escollo para la creatividad, pero es precisamente la resuelta vocaci¨®n de elegancia la que convierte a este Grand Slam en el objetivo favorito de las marcas. Ralph Lauren viste por segundo a?o al personal del club y ficha a Boris Becker, convertido en comentarista, como embajador de un estilo que da la espalda a colores chillones y formas aerodin¨¢micas. "El deporte es parte de la industria del entretenimiento", declar¨® el alem¨¢n a la CNN. "Y en el pasado no hemos hecho suficiente. No s¨®lo queremos jugar bien, tambi¨¦n queremos tener buen aspecto".

Pero las marcas deportivas no van a quedarse fuera. Nike le ha dise?ado un equipo de lujo a Federer, americana de sastrer¨ªa incluida, y un vestido de gasa a Sharapova con el que se siente "como un cisne". La marca estadounidense, por cierto, debe ser la ¨²nica entidad en el planeta que puede permanecer neutral ante la rivalidad de Nadal y Federer. M¨¢s le vale: viste a ambos. "Sus personalidades se reflejan en su ropa en la pista", cuenta la empresa. "El juego de Nadal es potente y arriesgado y su colecci¨®n tiene un estilo m¨¢s atrevido, con colores vivos y siluetas m¨¢s agresivas. Federer, con su juego elegante y fluido, da pie a dise?os m¨¢s puros y distinguidos".

Aunque no todo es elegancia. Ellesse acaba de presentar el vestido Amore, cuya expl¨ªcita voluntad es levantar pasiones. Por si su escueta falda no fuera suficiente, se puede rociar con feromonas para avivar la atracci¨®n sobre la marcha. Perd¨®n, sobre la cancha.