Bush prepara una retirada paulatina de Irak para evitar la rebeli¨®n en sus filas
El presidente se enfrenta a presiones en los pasillos del Congreso para que cambie de estrategia
Enfrentado a una rebeli¨®n dentro de sus propias filas republicanas y a una nueva ofensiva del Partido Dem¨®crata, el presidente norteamericano, George Bush, est¨¢ considerando por primera vez el inicio de una retirada paulatina de Irak, seg¨²n revelaba ayer el diario The New York Times, confirmando un estado de opini¨®n que desde hace d¨ªas va tomando cuerpo en Washington. El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, dijo que la informaci¨®n del peri¨®dico no era correcta ni se correspond¨ªa con los hechos. Pero este desmentido son¨® d¨¦bil ante la contundencia de la realidad.
Una realidad que le es m¨¢s adversa que nunca al presidente, tanto en el campo de batalla en Irak como en los pasillos del Capitolio. En Irak, un nuevo r¨¦cord de muertos norteamericanos (una media superior a los tres y medio diarios, cerca de 30 en lo que va de mes, m¨¢s de 3.600 desde que empez¨® la guerra) es el mejor reflejo del fracaso de la nueva estrategia desplegada desde el refuerzo de 30.000 soldados, el famoso surge.
En el Capitolio, cuatro destacados senadores republicanos han criticado abiertamente la marcha de la guerra y han pedido una profunda rectificaci¨®n. Figuras del peso de Richard Lugar, Pete Domenici, Lamar Alexander o Judd Gregg se han sumado a Chuck Hagel, tambi¨¦n republicano, en apoyo a una legislaci¨®n que permita el regreso de las tropas a partir del pr¨®ximo mes de marzo.
Esta iniciativa se encuentra entre otras que han puesto en marcha los dem¨®cratas, que tienen la mayor¨ªa en ambas c¨¢maras del Congreso, para favorecer la retirada. Los dem¨®cratas quieren aprovechar la discusi¨®n esta semana de una importante ley sobre multimillonarios gastos de Defensa para volver a la carga con un calendario de retirada que ya fue vetado por Bush en mayo pasado.
Varios congresistas dem¨®cratas, entre ellos el presidente del Senado, Harry Reid, y uno de los candidatos presidenciales del partido, Hillary Clinton, han anunciado enmiendas a la Ley de Autorizaci¨®n de la Defensa para incluir una fecha precisa para el comienzo de la salida de Irak.
Aunque Bush ha advertido reiteradamente que vetar¨¢ cualquier propuesta que imponga una fecha de retirada, el presidente puede encontrarse esta vez con un mayor n¨²mero de republicanos respaldando esa iniciativa, incluso un n¨²mero suficiente como para impedir el veto.
La presi¨®n se ha hecho tan fuerte en los ¨²ltimos d¨ªas que el secretario de Defensa, Robert Gates, ha aplazado un viaje que ten¨ªa previsto esta semana a Am¨¦rica Latina, y el consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, ha suspendido sus vacaciones para participar en las discusiones sobre Irak.
La Casa Blanca ha pedido al Congreso que espere hasta el pr¨®ximo 15 de septiembre para adoptar una posici¨®n respecto a Irak. En esa fecha est¨¢ previsto que comparezca en el Capitolio el jefe de la fuerza expedicionaria en ese pa¨ªs, general David Petraeus, para hacer un balance sobre el resultado de la nueva estrategia militar, en la que los soldados estadounidenses han aumentado su presencia en los barrios de Bagdad y han pasado a la ofensiva contra Al Qaeda en sus principales bastiones.
Pero las expectativas sobre el balance que Petraeus pueda presentar son muy bajas y la ansiedad se va apoderando de la clase pol¨ªtica a medida que se acercan las elecciones. Una fuente de la Administraci¨®n citada ayer por The New York Times reconoc¨ªa que la fecha del 15 de septiembre no se contempla ya como una oportunidad para reagrupar fuerzas en torno a la estrategia de la Casa Blanca.
Al contrario, puede ser la fecha en la que Estados Unidos reagrupe fuerzas para empezar la salida de Irak. Aunque actualmente la Casa Blanca y el Congreso difieren respecto a la aprobaci¨®n de un calendario de retirada, ambas instituciones empiezan a estar en sinton¨ªa respecto a qui¨¦n es el responsable del fracaso: Irak, su Gobierno y sus ciudadanos.
En las ¨²ltimas semanas se han podido escuchar diversos mensajes coincidentes en que, si se hace necesaria la retirada, es porque el pueblo y el Gobierno iraqu¨ªes no han sabido aprovechar la oportunidad que la invasi¨®n estadounidense les ofreci¨®. As¨ª se ha expresado Hillary Clinton y as¨ª lo admiten las fuentes de la Casa Blanca que han hablado del tema.
Esto, obviamente, ha erosionado las relaciones entre autoridades norteamericanas e iraqu¨ªes, mientras estas ¨²ltimas empiezan a ver cercano el fin del apoyo militar.
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