Deb¨² para peregrinos ingleses
El Botafumeiro, listo para volar hoy en la misa de 12
Podr¨¢ ser hoy en la misa de 12, pero ayer, a ¨²ltima hora, nadie en la Catedral se atrev¨ªa a jurarlo. Si antes del mediod¨ªa se presenta en la seo el grupo de peregrinos ingleses que tiene apalabrada la primera funci¨®n del Botafumeiro despu¨¦s de dos meses de par¨®n forzoso, entonces, el incensario, que ayer qued¨® colgado de la cuerda nueva, despegar¨¢ su vuelo.
"El Botafumeiro baila, se tambalea, porque pesa m¨¢s la cuerda que ¨¦l", lamenta el tiraboleiro
Ayer a las tres de la tarde (en la catedral, salvo misas y confesiones, todos los trabajos se hacen a esa hora, cuando baja notablemente la afluencia de p¨²blico) se llev¨® a cabo el ensayo. Primero se descolg¨® el peso de 206 kilos que pend¨ªa de la cuerda desde el d¨ªa 3. El plomo, arrumbado desde que dej¨® de ser el contrapeso del reloj de la Berenguela, consigui¨® en una semana estirar la cuerda de fibra sint¨¦tica m¨¢s de dos metros, volvi¨¦ndola menos r¨ªgida y rebelde.
Se le cort¨® lo sobrante y, a las 15.29, dos porteadores entraron desde la sacrist¨ªa con el Botafumeiro a hombros colgado del "pau". Entonces, y a pesar de la hora, la presencia de medios de comunicaci¨®n, algunos llegados de Madrid para el acontecimiento, ya hab¨ªa atra¨ªdo gran cantidad de curiosos armados de c¨¢maras digitales, y cuando al fin se at¨® el Botafumeiro y se prob¨®, el crucero estaba casi tan rebosante de turistas como en la misa del Patr¨®n.
El tiraboleiro mayor, Armando Raposo (que ya tiene un heredero en su hijo Julio, uno de los ocho tiradores oficiales de la Catedral), tem¨ªa el momento de anudar la cuerda al Botafumeiro. Cost¨®. Se hicieron s¨®lo dos nudos, en lugar de los tres que marca la tradici¨®n, y luego se aseguraron, como siempre se ha hecho, con unas cuantas vueltas de cordel fino. A las 15.50, con s¨®lo tres de los tiraboleiros "del equipo titular" haci¨¦ndose cargo de otros tantos cabos y cinco hombres m¨¢s (las mujeres no pueden ser tiraboleiras) reclutados para la ocasi¨®n, se vol¨® por fin el Botafumeiro.
Hicieron tres ensayos, notaron que el incensario estaba un poco bajo, lo auparon con el pau y al fin consiguieron atar los tres nudos de rigor. As¨ª lo dejaron colgando. Y as¨ª pasar¨¢ los pr¨®ximos d¨ªas para que ceda la amarra, cuando lo normal es que se retire a la biblioteca del museo catedralicio despu¨¦s de cada una de esas ceremonias en las que reaparece, previo pago de 300 euros por parte de un grupo de turistas.
Raposo no qued¨® demasiado satisfecho con las pruebas. Ech¨® de menos a los tiraboleiros veteranos, que hoy s¨ª estar¨¢n, y adem¨¢s, result¨® que la cuerda alicantina de cinco cent¨ªmetros de di¨¢metro y 65 metros, adem¨¢s de tiesa, pesaba 90 kilos, y no los 65 que ¨¦l hab¨ªa calculado. El Botafumeiro de lat¨®n, del a?o 1851, pesa 62 (los dos ¨²ltimos los gan¨® en 2006, con un ba?o de plata, en el taller madrile?o de Luis Molina), y el mecanismo no funciona correctamente si la cuerda domina al incensario. Ahora, en el vaiv¨¦n, de derecha a izquierda del crucero, una y otra vez hasta completar 17 ciclos, el aparato "baila, se tambalea" porque pesa menos que la maroma.
El d¨ªa 25 habr¨¢ Botafumeiro, pero el tiraboleiro mayor sigue so?ando con una cuerda de las de antes. "Las de c¨¢?amo eran obedientes, y duraban 30 a?os".
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