El futuro es indescifrable, incluso para los sabios
PENS?NDOLO BIEN, LA WEB 2.0 es apenas un microfen¨®meno que no nos deja ver la enormidad de los cambios en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n. Lo que est¨¢ pasando es tan complejo, tan radicalmente diferente de lo que hemos conocido hasta el momento que los mejores especialistas no se sienten capaces de decir con alguna precisi¨®n hacia donde vamos.
Tal es la reflexi¨®n m¨¢s clara que podemos sacar de la conferencia Supernova 2007, reunida en San Francisco a finales de junio. Tiene el m¨¦rito de agregar a las tradicionales conversaciones sobre modelos de negocio y prometedoras start-ups, provocaciones que invitan a pensar sobre "lo que pasa cuando todo est¨¢ conectado".
El tono lo puso Nicholas Carr, analista conocido desde que puso en tela de juicio el inter¨¦s de las inversiones en TIC para las empresas. Anuncia ahora que todo cambiar¨¢ cuando el poder de c¨¢lculo es tan de f¨¢cil acceso (o m¨¢s) como la electricidad: en la toma de corriente, en el picaporte, en cualquier objeto.
La ambig¨¹edad es parte del sistema. El caos, una funci¨®n y no un agujero. ?Alarma? No. La ambig¨¹edad es positiva cuando cabe la interpretaci¨®n.
Pens¨¢ndolo bien, la Web 2.0 es apenas un microfen¨®meno que no nos deja ver los grandes cambios en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n.
Afirma que si la f¨®rmula Web 2.0 fue buena para llamar la atenci¨®n y avivar la innovaci¨®n, los inversionistas se centran demasiado en la web y pierden de vista los productos y servicios que nos pueda traer una inform¨¢tica ubicua. Cuando los aparatos sean inteligentes y est¨¦n conectados, surgir¨¢n efectos domin¨® "que rebasan mi imaginaci¨®n", escribe a Dan Farber, vicepresidente de ZDnet.
El ¨²ltimo libro de David Weinberger (coautor del Cluetrain Manifesto) se llama Everything is miscelaneous ('Todo es miscel¨¢nea'), en referencia a que en el mundo digital las cosas pueden aparecer en distintos lugares a la vez, a diferencia de los libros que apenas pueden estar en un solo lugar en una biblioteca.
La ambig¨¹edad es parte del sistema. El caos es una funci¨®n y no un agujero. ?Alarmante? No tanto. En un art¨ªculo publicado en Release 2.0 antes de la conferencia precisa que la ambig¨¹edad es positiva cuando deja lugar a la interpretaci¨®n, a que se tomen en cuenta las circunstancias.
El crecimiento exponencial de la capacidad de tratamiento de la informaci¨®n contribuye a que nos cueste visualizar el futuro, explic¨® Nathan Myhrvold ex responsable de la tecnolog¨ªa de Microsoft. "Hacemos hoy en 30 segundos cosas que hac¨ªamos antes en un a?o. Cambia mucha cosas". Y agrega: "Lo m¨¢s probable es que la pr¨®xima oportunidad sea a la vez diferente y m¨¢s grande que todas las anteriores". De ah¨ª la dificultad de prever.
La dificultad mayor, seg¨²n Irving Wladawsky-Berger, estratega para la tecnolog¨ªa de IBM hasta el a?o pasado, proviene de la incre¨ªble complejidad del ecosistema inform¨¢tico de hoy. Pero los datos no son el problema. "Los procesos que involucran a gente son mucho m¨¢s complejos porque la gente es impredecible". Cambia demasiado.
Concebir sistemas que tomen en cuenta a los humanos consumir¨¢ todo los recursos inform¨¢ticos que se pueda poner, dice Wladawsky-Berger, pero "es para m¨ª la definici¨®n de la transici¨®n de la econom¨ªa industrial a la econom¨ªa de la informaci¨®n", a?ade. El problema es que "no se puede automatizar lo que es intr¨ªnsecamente impredecible. Lo m¨¢s que podemos hacer es ayudar con herramientas tipo motores de b¨²squeda".
Denise Caruso tra¨ªa una reflexi¨®n esencial. Toda innovaci¨®n comporta riesgos por las consecuencias inesperadas que comportan, explica. ?Qui¨¦n pens¨®, por ejemplo, en las amenazas a la intimidad que supone el desarrollo de Internet?
A juicio de Caruso, autora de Intervention, un libro sobre los riesgos en gen¨¦tica y biotecnolog¨ªa, la soluci¨®n consiste en discutir ampliamente con todos los que tienen algo que ver con ello. "Si queremos vencer el riesgo tenemos que organizar conversaciones". Hace faltar preguntar a todos y con tiempo cu¨¢les son los problemas que m¨¢s les preocupan o les importan, y decidir juntos el curso m¨¢s adecuado.
?Por qu¨¦ no se hace?, pregunta Caruso. Entran en juego el miedo de abandonar cuotas de poder o ventajas en el mercado, los costes adicionales, o el hecho que implica indicar en qu¨¦ direcci¨®n se est¨¢ trabajando.
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