Divididos hasta el final
Desde que ETA dio la tregua por finalizada, las fuerzas de seguridad han detenido a 14 militantes de ETA y al n¨²cleo duro -cuatro personas- de la kale borroka, y han evitado por lo menos tres atentados que estaban a punto de realizarse. El presidente Zapatero ha dejado claro que, con atentados y con amenazas, ETA no encontrar¨¢ otra respuesta que la acci¨®n de la polic¨ªa y de la justicia. Y, adem¨¢s, lo est¨¢ demostrando en los hechos. Si el PP estuviera gobernando ?habr¨ªa actuado de otra manera? ?Qu¨¦ hubiera hecho que no haya hecho el Gobierno? ?Habr¨ªa "demostrado su inocencia" como le exigi¨® Rajoy a Zapatero en una frase que queda inscrita para siempre en la historia universal de la infamia? Por supuesto que no. ?Habr¨ªa entregado las actas de los encuentros con ETA que el PP reclama a Zapatero con inquisitorial frivolidad? Seguro que no, la responsabilidad de gobernar no tolera las ligerezas que el ejercicio de la oposici¨®n favorece. ?Habr¨ªa jurado que no volver¨ªa a negociar nunca m¨¢s con ETA? Seguro que no, porque estar¨ªa en riesgo de cometer perjurio. ?Estar¨ªa diciendo, como dicen ahora sus portavoces contra toda evidencia, que ETA vuelve a estar muy fuerte y ha salido triunfadora de la tregua, en un ejercicio ins¨®lito de publicidad gratuita del enemigo y de atemorizaci¨®n de la ciudadan¨ªa con fines electorales? Seguro que no, ning¨²n Gobierno responsable da estas bazas a los terroristas. ?Qu¨¦ impide, entonces, que el primer partido de la oposici¨®n apoye al Gobierno en la lucha contra ETA? Objetivamente, nada. S¨®lo que el PP ha hecho de esta cuesti¨®n tema ¨²nico de su tarea de oposici¨®n y ya no puede despegarse de ¨¦l.
Ha llegado un momento en que Rajoy no gobierna la estrategia del PP, sino que es la din¨¢mica generada durante estos tiempos de cruda oposici¨®n al proceso de fin de la violencia la que le gobierna a ¨¦l. S¨®lo as¨ª se explica que la unidad no haya sido posible ni siquiera en el d¨¦cimo aniversario del asesinato de Miguel ?ngel Blanco.
El secuestro, chantaje y ejecuci¨®n del concejal del Partido Popular en Ermua es uno de los momentos emblem¨¢ticos en la tr¨¢gica historia del terrorismo en Espa?a. La especial crueldad del episodio -si es que es posible hablar de grados de crueldad- provoc¨® una reacci¨®n de la sociedad espa?ola, en general, y de la vasca, en particular, que marc¨® un cambio de tendencia. La ciudadan¨ªa recuperaba las calles del Pa¨ªs Vasco que, por cierta negligencia, dif¨ªcil de justificar, parec¨ªa ser patrimonio del mundo etarra y sus compa?eros de viaje. Sin duda, aquel acontecimiento tuvo un peso importante en el declive de ETA que la ha llevado hasta la debilidad actual. Y resulta especialmente penoso que una vez m¨¢s el PP fuera por un lado y el Ayuntamiento de Ermua y los dem¨¢s partidos, por otro.
Ante esta situaci¨®n s¨®lo me apetece emitir un doble juicio, m¨¢s moral que pol¨ªtico: es obsceno especular pol¨ªticamente con los muertos. Y ninguna v¨ªctima del terrorismo es patrimonio de nadie. Pero entiendo que estos dos juicios suenen a pura ingenuidad desde el momento en que la lucha antiterrorista lleva tres a?os siendo el principal objeto de la disputa pol¨ªtica. Hemos visto todo tipo de episodios, desde la utilizaci¨®n y la captaci¨®n pol¨ªtica de las v¨ªctimas hasta un discurso sobre la tregua centrado sobre la acci¨®n de Zapatero, como si ETA no pintara nada en esta historia. La batalla contra el terrorismo no se gana con discursos farisaicos sino con acciones concretas pol¨ªticas y policiales. El PP ha decidido, en esta materia, ir solo hasta el final de la legislatura, porque pretende presentarse a los electores como el ¨²nico defensor de las v¨ªctimas y de la patria, sin importarle en absoluto los efectos colaterales para el Estado y para las personas que su pol¨ªtica pueda generar. Esta estrategia del PP, consistente en dividir a los dem¨®cratas entre los puros -ellos- y los otros, hace imposible cualquier forma de unidad. El Ayuntamiento de Ermua convoca un acto unitario, el PP convoca el suyo. Los puros no quieren contaminarse. Hay que mantener la fractura hasta el final. Acebes lo ha dicho claro: s¨®lo habr¨¢ unidad si se asume incondicionalmente la pol¨ªtica del PP. Pero ?cu¨¢l es ¨¦sta? ?En qu¨¦ se diferencia de la que est¨¢ haciendo el Gobierno? Dos no se juntan si uno no quiere.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.