Colas de d¨ªa... y de noche
A pesar del refuerzo en la comisar¨ªa de Ciudad Lineal, decenas de personas hacen fila de madrugada para renovar el pasaporte
Noche cerrada en la comisar¨ªa de Ciudad Lineal- en la calle de la Virgen de la Alegr¨ªa- y ya hay una veintena de personas haciendo cola para sacarse el pasaporte. Ya no sirve con estar a las seis de la ma?ana, ni a las cinco. Hay prisas por tener la documentaci¨®n en regla: las vacaciones se acercan, los d¨ªas se agotan.
"Nos aseguraron que estrenaban la comisar¨ªa y aqu¨ª no hay nada nuevo", dice Leonor
A medianoche, Germ¨¢n lleg¨® el primero. Se acomod¨® con una manta y un gorro "por si acaso". Pretende irse la semana que viene de vacaciones a Canad¨¢ y, "por un despiste", ha dejado la tramitaci¨®n del pasaporte para ¨²ltima hora. "Espera, que no oigo bien...", dice, mientras con las dos manos se saca sendos papeles de los o¨ªdos, colocados "para poder dormir". A las cuatro, detr¨¢s de Germ¨¢n ya hay una fila de personas tiradas en el suelo con sacos de dormir; sentadas en sillitas de playa; con libros y m¨²sica para hacerse compa?¨ªa.
Cinco de los 29 centros de expedici¨®n del DNI y del pasaporte de la capital (Fuencarral, Chamart¨ªn, Carabanchel, Los Madrazo y Retiro) est¨¢n cerrados por obras. Tambi¨¦n el de Getafe. Para evitar las colas, la Direcci¨®n General de Polic¨ªa ha reforzado la comisar¨ªa de Ciudad Lineal. Si antes hab¨ªa cuatro puestos de atenci¨®n, ahora hay 16. Da lo mismo. Las colas siguen. S¨®lo dan 40 n¨²meros. La comisar¨ªa tiene un tel¨¦fono pero durante todo el d¨ªa nadie contesta.
De madrugada, se oyen murmullos. Un grupo de desconocidos, espa?oles e inmigrantes, se respeta y habla en voz baja para no despertar a los que se revuelven entre las mantas. "?Esto es tercermundista!", se queja Rosario Jim¨¦nez. Destino, Rep¨²blica Dominicana. Es el tercer d¨ªa que intenta sacarse el pasaporte.
La madrile?a Leonor y la colombiana Lola, ambas de mediana edad, se sientan juntas. Leonor tiene una sillita y quiere irse a Turqu¨ªa. Hasta ayer de madrugada no se conoc¨ªan. Leonor, m¨¦dica, se entretiene con Grandes s¨ªndromes cardiovasculares y "tres melocotones". Lola prefiere una novela de amor con un dibujo en portada de un beso apasionado: Perfume del para¨ªso.
-El lunes pasado dijeron que inauguraban la nueva comisar¨ªa de Ciudad Lineal... y resulta que llego aqu¨ª no veo nada nuevo. Est¨¢ igual...
-?Pues entonces que no digan que inauguran nada!
La gente se lo toma con humor pese al fr¨ªo, de los dolores de espalda y del aburrimiento. Leonor revisa su bolso. "A ver si encima me he dejado las fotos en casa...".
En la otra punta de la periferia, en Pozuelo de Alarc¨®n, el mismo panorama. Cinco y media de la ma?ana y decenas de bultos se retuercen en el suelo. "?El primero de la fila soy yo!", proclama orgulloso Rafael Gil, maquinista de Renfe. "Bueno, la primera era yo, pero he estado esperando dos horas en el coche y, claro, ahora soy la segunda...", se queja Eulalia, ecuatoriana. Ha tenido que dejar a sus dos hijos gemelos, de seis a?os, durmiendo dentro del coche. Solos. No puede estar con ellos porque, entonces, pierde el turno. Los tres necesitan la documentaci¨®n.
Cristina S¨¢nchez, de 26 a?os, se despierta en el suelo. Tiene los d¨ªas contados para sacarse el pasaporte para Honduras. A su lado, su novio Fernando le hace compa?¨ªa. Por lo menos, la comisar¨ªa de Pozuelo est¨¢ rodeada de c¨¦sped. La de Ciudad Lineal, no. All¨ª, los que esperan est¨¢n tirados en la acera. Cuando los de Pozuelo se enteran de que en Ciudad Lineal est¨¢n todav¨ªa peor, un sentimiento de solidaridad y un "?qu¨¦ horror, qu¨¦ horror!", atraviesa la fila. Amanece. A las ocho y media, llega el reparto de n¨²meros.
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