La presencia religiosa en las ceremonias civiles

Observando la toma de posesi¨®n de los nuevos ministros del Gobierno espa?ol se me ocurre una reflexi¨®n. ?C¨®mo es posible, que en un Estado aconfesional como el nuestro, se prometa el cargo delante de un crucifijo? ?Todos los ministros son cat¨®licos practicantes?, o son de esta confesi¨®n por imposici¨®n paterna, ya que nos bautizan cuando somos beb¨¦s, con lo que as¨ª no podemos negarnos.

Es lamentable que la religi¨®n, que debe ser un aspecto privado de las personas, interfiera en cuestiones que ata?en al Gobierno de un pa¨ªs.

?Hasta cu¨¢ndo este dominio eclesi¨¢stico de las ceremonias? ?Por qu¨¦ debemos pagar a trav¨¦s de nuestros impuestos su intransigencia retr¨®grada en todo aquello que simplemente no les gusta? Me gustar¨ªa que la religi¨®n se limitara a los aspectos privados del individuo; el que quiera ejercerla est¨¢ en su derecho, pero que se la costeen ellos mismos y, por supuesto, no apliquen sus creencias religiosas a aspectos que ata?en a los ciudadanos en general.