"Pedimos firmemente a Ir¨¢n que detenga las ejecuciones"
La magistrada canadiense Louise Arbour (1947, Montreal) era fiscal General del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia cuando orden¨®, en 1996, el arresto de Slobodan Milosevic, posteriormente condenado. Desde 2004 se la conoce como "la Dama de Hierro del Palacio Wilson", la sede ginebrina de las Naciones Unidas, donde encabeza la Alta Comisi¨®n de la ONU para Derechos Humanos.
Pregunta. ?Cu¨¢les fueron las gestiones de su oficina para tratar de impedir la lapidaci¨®n que se ha producido en Ir¨¢n?
Respuesta. Antes de la fecha de la ejecuci¨®n estuvimos en contacto permanente con las autoridades iran¨ªes. Tuvimos incluso una serie de reuniones con su misi¨®n permanente ante la ONU, aqu¨ª en Ginebra. En esos encuentros nos aseguraron que las ejecuciones no iban a producirse, dado que las sentencias estaban suspendidas.
"Las autoridades iran¨ªes nos aseguraron que las lapidaciones no iban a producirse"
P. Una vez consumada, ?qu¨¦ piensa hacer? ?Cu¨¢l es la posici¨®n del Alto Comisionado para Derechos Humanos?
R. Condenamos en¨¦rgicamente la lapidaci¨®n de Jafar Kiani y pedimos con firmeza a las autoridades de ese pa¨ªs que no ejecuten a su supuesta amante, Mokarrameh Ebrahimi, que ya ha sido condenada a igual pena. Las lapidaciones constituyen una violaci¨®n flagrante del Derecho Internacional. Ir¨¢n es un Estado firmante de la Convenci¨®n de la ONU sobre Derechos Civiles y Pol¨ªticos, que establece claramente que en los pa¨ªses donde no se haya abolido a¨²n la pena capital, ¨¦sta s¨®lo podr¨¢ imponerse para los delitos m¨¢s graves. Ese mismo pacto proh¨ªbe igualmente la tortura y las penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
P. ?Hasta qu¨¦ punto estas ejecuciones implican un cambio en la pol¨ªtica iran¨ª?
R. ?sa es una pregunta que corresponde responder a las autoridades iran¨ªes. Pero lo cierto es que diversos miembros del Gobierno iran¨ª nos han dicho que esta ejecuci¨®n ha sido realizada al margen de las autoridades de Teher¨¢n.
P. Son numerosos los pa¨ªses que consideran la vigilancia de los derechos humanos como "una injerencia en sus asuntos internos". ?C¨®mo se puede avanzar as¨ª?
R. La principal forma de defender los derechos humanos es a trav¨¦s de la creaci¨®n de organismos nacionales y regionales. Es necesario dejar de ver a los derechos humanos como expresiones de "neoimperialismo", "neocolonialismo" o un arma al servicio de las potencias occidentales.
P. ?Y qu¨¦ hace falta para que cambie esta idea?
R. Deben entender que hoy la comunidad internacional extiende su observaci¨®n a todos los pa¨ªses del mundo, y no s¨®lo a aquellos que son demasiado d¨¦biles para evitar las cr¨ªticas. Pero hay que reconocer que la percepci¨®n que tienen los pa¨ªses en desarrollo no carece de fundamento. Ellos creen que los pa¨ªses industrializados se centran en los derechos pol¨ªticos y civiles, mientras dejan de lado los econ¨®micos, sociales y culturales.
P. La crisis de Darfur ha provocado ya m¨¢s de 200.000 muertos y 2.100.000 refugiados. ?Cu¨¢l cree que es la soluci¨®n?
R. La responsabilidad primera en la protecci¨®n de su poblaci¨®n corresponde al Gobierno de Sud¨¢n. Si se siente incapaz, deber¨ªa volcarse hacia la comunidad internacional y aceptar su ayuda. Tenemos que insistir con absoluta firmeza a las autoridades de Jartum hasta que acepten el despliegue de una fuerza h¨ªbrida -de la ONU y de la Uni¨®n Africana- sobre el terreno. Esto deber¨ªa garantizar una m¨ªnima seguridad, pues incluso los cooperantes internacionales son hoy blanco de las balas.
P. ?Y para cu¨¢ndo cabe esperar el despliegue de esa "fuerza h¨ªbrida"?
R. Ahora dicen que no se oponen, pero ya veremos. Mi oficina trabaja en Darfur desde 2004 y ya hemos perdido la cuenta de las promesas incumplidas. Lo que hace falta es una verdadera voluntad pol¨ªtica para detener esta tragedia.
P. ?Qu¨¦ otros pa¨ªses o regiones del mundo le preocupan hoy en d¨ªa?
R. Todos piensan en Darfur o en Oriente Medio, pero esos casos ya est¨¢n bajo observaci¨®n permanente del Consejo de Seguridad. Nosotros debemos privilegiar los casos de los que nadie habla. Los dramas que no "califican" para ser seguidos de cerca por el Consejo de Seguridad, como la pobreza extrema, o los derechos de los ni?os y las mujeres.
P. Jean Ziegler, relator de la ONU para el Derecho a la Alimentaci¨®n, propone reconocer el "derecho de asilo a los refugiados del hambre".
R. Hemos gestionado bien el derecho a los movimientos migratorios por razones pol¨ªticas, pero no sabemos c¨®mo manejar la migraci¨®n ligada a motivos econ¨®micos. ?D¨®nde est¨¢n las herramientas pol¨ªticas para gestionar las migraciones de la miseria? Los pa¨ªses desarrollados han privilegiado tradicionalmente los derechos de los refugiados pol¨ªticos sobre los econ¨®micos, a los que no se les reconoce ning¨²n estatuto, aparte del de ser los olvidados de la econom¨ªa de mercado.
P. ?Cu¨¢l es la credibilidad de un Consejo de Derechos Humanos del que no forma parte Estados Unidos?
R. El Gobierno estadounidense ha decidido no participar en esta etapa del consejo, pero eso no significa que no sigan con inter¨¦s el proceso. Yo espero que sean miembros pronto.
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