Redimensionamiento transfronterizo
La intensificaci¨®n de la competencia global hace a?os que situ¨® a las empresas con una vocaci¨®n de esa misma naturaleza en permanente alerta. Una de las piezas b¨¢sicas de los cada d¨ªa m¨¢s ef¨ªmeros planes estrat¨¦gicos, la b¨²squeda de la dimensi¨®n optima, dej¨® de ser un sosegado ejercicio de reflexi¨®n anticipatoria para cuestionarse casi a diario, de forma voluntaria, mediante la atenci¨®n a las oportunidades de adquisici¨®n de otras empresas, o como consecuencia de pretensiones de absorci¨®n m¨¢s o menos hostiles de terceros, ya sean competidores directos o fondos de inversi¨®n ("private equity" y "hedge funds") especializados en la detecci¨®n de presas propicias. Pocos sectores quedan al margen de ese continuo cuestionamiento del estatus competitivo y, por ende, de los liderazgos tradicionales.
Espa?a no ha quedado al margen de la tendencia. Sus inversiones directas en el exterior, 71.487 millones de euros, crecieron un 113% en 2006
Una de las manifestaciones m¨¢s explicitas de esa tensi¨®n estrat¨¦gica en torno al tama?o empresarial es el notable incremento de los flujos de inversi¨®n extranjera directa (IED) en los ¨²ltimos a?os y, dentro de ellos, los que incorporan fusiones y adquisiciones (M&A) transfronterizas. En el seno del conjunto de econom¨ªas que integran la OCDE estas ¨²ltimas operaciones se han triplicado desde 2003, pasando a representar m¨¢s de la mitad de los flujos totales de IED. Las modalidades "greenfield", aquellas inversiones extranjeras destinadas a la creaci¨®n de una nueva empresa en otro pa¨ªs, son de maduraci¨®n demasiado lenta para los prop¨®sitos de posicionamiento competitivo que hoy obsesionan a muchas empresas multinacionales. Estas prefieren adquirir o integrarse con unidades en funcionamiento, con resultados suficientemente expl¨ªcitos y, en no pocos casos, atra¨ªdas por la incorporaci¨®n de activos estrat¨¦gicos de la integrada: tecnolog¨ªa, redes de distribuci¨®n o marcas. Se impone quemar etapas en esa carrera por la dimensi¨®n, tanto m¨¢s expeditivamente cuanto m¨¢s relevantes son esas ventajas en la generaci¨®n de ganancias de productividad, como es el caso de las empresas intensivas en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y comunicaci¨®n.
Efectivamente, las fusiones y adquisiciones de empresas transfronterizas son un exponente destacado de esa fiebre inversora de las empresas que apenas conf¨ªa en los m¨¢s pausados ritmos del crecimiento org¨¢nico. Son estimuladas por unas condiciones de financiaci¨®n que, a pesar de las elevaciones de los tipos de inter¨¦s en algunas econom¨ªas, siguen favoreciendo el endeudamiento hasta exhibir ratios de apalancamiento sin precedentes. Las condiciones macroecon¨®micas tambi¨¦n son c¨®mplices de esa carrera, el crecimiento econ¨®mico y el del comercio internacional, as¨ª como la extensi¨®n de las corrientes liberalizadoras en un n¨²mero creciente de pa¨ªses.
Pocos sectores quedan al margen de esa oleada de M&A que, seg¨²n la OCDE, totaliz¨® el a?o pasado 848.000 millones de d¨®lares, en operaciones en las que la adquirente tenia su domicilio en uno de los treinta pa¨ªses de esa organizaci¨®n. En la primera mitad de este a?o el valor de esas operaciones ha seguido aumentando, como tambi¨¦n lo ha hecho de forma significativa el tama?o medio de las mismas, as¨ª como el n¨²mero de las hostiles. Aunque son las econom¨ªas avanzadas las que constituyen el origen y el destino de la casi totalidad de este tipo de operaciones (EE UU, Reino Unido y Alemania han sido los tres m¨¢s importantes en la ultima d¨¦cada), un rasgo a destacar es la incorporaci¨®n a la larga nomina de adquirentes de multinacionales procedentes de econom¨ªas menos avanzadas, que centran su atenci¨®n en presas dentro de esa misma comunidad de pa¨ªses menos desarrollados o directamente entre los que integran la OCDE.
Espa?a no ha quedado al margen de esta tendencia. En la general, de aumento de los flujos de inversi¨®n directa en el extranjero, ha seguido ocupando una de las posiciones preferentes en esa liga de multinacionales. Con datos del Banco de Espa?a, el a?o pasado esas inversiones aumentaron un 113% hasta alcanzar 71.487 millones de euros, un 7,3% del PIB, frente al 3,7% de 2005. Energ¨ªa, telecomunicaciones, banca, inmobiliarias, servicios, han incorporado alguna de las m¨¢s destacadas adquisiciones.
Son posiciones, las que ahora se toman, que, si la gesti¨®n y el entorno siguen acompa?ando, a la larga se acabar¨¢n traduciendo en rentas: no solo las estrictamente financieras derivadas de esas inversiones, sino las que permitan otras formas de internacionalizaci¨®n de las producciones espa?olas y de otras empresas.
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