La imagen de la violencia
La acumulaci¨®n de muertes por violencia machista en los d¨ªas posteriores a que se difunda otro caso ha llevado al Gobierno a plantear la necesidad de que los medios de comunicaci¨®n se "autorregulen" para evitar influir en los agresores. ?Deben los medios cambiar su forma de abordar la violencia de g¨¦nero? ?Qu¨¦ efectos tienen las noticias sobre los agresores y las v¨ªctimas? Dos periodistas, Fernando Santiago y Mar¨ªa Esperanza S¨¢nchez; una abogada experta en violencia de g¨¦nero, Amparo D¨ªaz; y el forense Miguel Lorente, autor del informe que desvela la acumulaci¨®n de casos en d¨ªas sucesivos, debaten sobre estas cuestiones.
Amparo D¨ªaz (A. D.): La violencia de g¨¦nero surge por una situaci¨®n de dominio del hombre sobre la mujer y, por desgracia, la prensa muchas veces multiplica ese mensaje de dominio. Se da una imagen de autoridad del agresor en lugar de una imagen de delincuente. Estar¨ªa muy bien que el medio de comunicaci¨®n rectificara y se diera cuenta de que le est¨¢ haciendo el juego a estos delincuentes cuando dice "ser¨¢ que ha tenido un arrebato...".
S¨¢nchez: "Hay que hacer visibles a las v¨ªctimas. As¨ª se sienten m¨¢s protegidas"
Lorente: "En 2004 se habl¨® mucho del tema al preparar la ley y bajaron los cr¨ªmenes"
D¨ªaz: "Los periodistas pod¨¦is cuestionar c¨®mo funciona el sistema y no se est¨¢ haciendo"
Un grupo de expertos debate sobre el papel de los medios de comunicaci¨®n en las agresiones machistas
Mar¨ªa Esperanza S¨¢nchez (M. E. S): Normalmente, el periodista no es el que dice "era una buena persona", sino que eso se lo dice la gente que le conoc¨ªa. Y siempre es eso lo que dicen, de lo cual se deduce que la gente que rodea a esa persona, o no est¨¢ atenta o tiene temor a decir lo que sab¨ªa. Yo recibo ese mensaje como lectora y oyente: no te f¨ªes de la gente que tiene cara de buena porque a lo mejor no lo es. Ese es un mensaje positivo y ayuda a crear conciencia.
A. D.: Probablemente a algunas personas les haga pensar eso, pero para otras el efecto es el contrario: seguir sin ver como delincuente a este tipo de persona. La mayor¨ªa de estos delincuentes tiene una doble imagen: en el mundo exterior son normales y en su casa son dictadores. Si nos quedamos s¨®lo con lo que dice el vecino de que era muy buena gente, estamos transmitiendo: "si una buena persona ha hecho esto, es que la v¨ªctima habr¨¢ hecho algo".
Fernando Santiago (F. S.): El Gobierno plantea la necesidad de que los medios se autorregulen y yo estoy radicalmente en contra. No se puede generalizar. Hay buenos periodistas, malos, medios de comunicaci¨®n que fomentan el amarillismo para ganar audiencia. Es de sentido com¨²n que no podemos dejar de informar de que un tipo ha matado a su mujer. Los l¨ªmites son las leyes y luego est¨¢ el sentido profesional ¨¦tico o com¨²n de los periodistas.
M. E. S. S¨ª, pero quiz¨¢s s¨ª que se puede completar esa informaci¨®n. Si t¨² en la televisi¨®n ves el reportaje de la noticia en la casa donde se ha producido el asesinato, ves el relato de los vecinos diciendo que era una buena persona y pasas a otra cosa, esa informaci¨®n queda incompleta. ?se es el momento para que un experto explique por qu¨¦ la gente dice que ¨¦se es una buena persona, qu¨¦ caracter¨ªsticas tiene el asesino de mujeres y c¨®mo no hay que confundirlo con una buena persona.
A. D. Los periodistas pod¨¦is cuestionar c¨®mo funciona el sistema y eso no se est¨¢ haciendo. Se dice que la mujer ha muerto, pero no c¨®mo ha llegado hasta all¨ª. ?Qu¨¦ ha sucedido para que una mujer muera a pesar de que ha denunciado y ha intentado evitarlo? Algo falla en el sistema y ah¨ª creo que el periodismo podr¨ªa hacer una labor impresionante.
F. S. Estar¨ªa bien ver un estudio a la inversa: c¨®mo el problema de la violencia de g¨¦nero ha pasado a ser importante para la sociedad y eso tiene un reflejo en los medios de comunicaci¨®n.
Miguel Lorente (M. L.). Los periodistas no son diferentes del resto de la sociedad. Ves jueces, m¨¦dicos y polic¨ªas que adoptan una actitud parecida de integrar la violencia, cuando es evidente, bajo lo patol¨®gico, lo anormal o lo excepcional. ?Es normal que un hombre le pegue a su mujer? No. Luego si algo que no es normal ha ocurrido, el m¨¦dico puede pensar que tiene que haber una explicaci¨®n. No creo que sea una materia de autorregulaci¨®n, sino de responsabilidad profesional. El m¨¦dico, el juez, el polic¨ªa tiene que actuar de forma responsable y es importante que desde el periodismo se conozcan las caracter¨ªsticas de la violencia y c¨®mo tiende a integrarse bajo la justificaci¨®n.
M. E. S. Es tambi¨¦n importante hacer visibles a las v¨ªctimas. As¨ª se sienten m¨¢s protegidas. Llevamos 44 mujeres muertas. Imaginaros que ETA hubiera matado a 44 personas en lo que va de a?o. Este pa¨ªs se habr¨ªa hundido. Y no pasa eso con m¨¢s v¨ªctimas de violencia: esas 44 mujeres se mueren solas y se quedan solas.
F. S. Mientras seamos capaces de mantener en los medios de comunicaci¨®n y en la sociedad la tensi¨®n de atender y rechazar este tipo de violencia iremos extendiendo el rechazo y evitando que esto ocurra. El que mata a su mujer es tan asesino como el que le pega un tiro a un concejal.
M. L. A diferencia del terrorismo en que todo se relaciona y ya sea un tiro en la nuca como un secuestro o una bomba es terrorismo, en el caso de la violencia de g¨¦nero la propia diferencia entre los casos es utilizada para mostrar la inexistencia del problema. La gente dice "?qu¨¦ tiene que ver este obrero que mat¨® a su mujer peg¨¢ndole un tiro con el inmigrante que la asesin¨® tir¨¢ndole por el balc¨®n? Nada". En 2004 se debati¨® mucho sobre la violencia de g¨¦nero porque se estaba tramitando la ley y el resultado es que aument¨® la sensibilidad y bajaron los cr¨ªmenes.
A. D. En el 2004 dejamos de hablar de los asesinatos y las detenciones y pasamos a hablar de otra serie de conductas como las amenazas, las coacciones. Porque la realidad m¨¢s habitual es el acoso psicol¨®gico y, sin embargo, lo obviamos.
M. L. En los estudios que se han hecho sobre medios de comunicaci¨®n y violencia, el 90% dice que conocen la violencia de g¨¦nero a trav¨¦s de los medios. Y de ellos, el 97%, a trav¨¦s de la televisi¨®n, que es la imagen m¨¢s distorsionada de la violencia de g¨¦nero. Cuando hay un homicidio, la mayor¨ªa de los informativos empiezan diciendo "un nuevo caso de violencia de g¨¦nero". Parece que cuando no hay homicidio no hay violencia. Esta imagen es donde nos podemos cuestionar muchas de las cosas que se pueden hacer a trav¨¦s de los medios, pero desde la responsabilidad, no desde la limitaci¨®n o la indicaci¨®n.
F. S. Que desde el Gobierno, por mucha buena voluntad que se tenga, se pida autorregulaci¨®n siempre se va a ver como un intento de coartar.
M. L. Lo importante es que se sepa que la violencia tiene sus caracter¨ªsticas. Para valorar la agrupaci¨®n de casos es importante que se sepa que la violencia de g¨¦nero es un proceso, no una respuesta inmediata a nada. El agresor se construye una especie de plataforma de dominio basada en la violencia y dentro de esa plataforma aparecen las agresiones. Es un proceso: paran las agresiones, luego se repiten, pero siempre hay violencia. Cuando acaba la agresi¨®n no llega a la no violencia, sino el control mediante el acoso, la cr¨ªtica. En ese proceso es cuando ¨¦l va construyendo el homicidio y cuando puede aparecer la noticia sobre otro caso que tendr¨ªamos que ver si influye o no. Los datos indican una acumulaci¨®n. Algunos ser¨¢n por azar, pero dadas las caracter¨ªsticas de este crimen y de la construcci¨®n que necesita el agresor, conforme con c¨®mo te identifiques t¨² con la noticia vas a adelantarte a lo que tienes pensado hacer. Muchas v¨ªctimas te dicen "cuando ¨¦l ve¨ªa una noticia en la tele me dec¨ªa 'eso te va a pasar a ti".
A. D. He tenido un caso as¨ª.
M. L. Hay 6000.000 casos de violencia al a?o. Se denuncian 150.000 y hay unos 70 homicidios. Es decir, que cuando de un grupo tan grande se da lugar a una manifestaci¨®n tan peque?a significa que el componente individual es muy elevado por lo que la influencia de las noticias va a ser distinta. Hay, por ejemplo, varios casos con suicidio la misma semana. Posiblemente son agresores que han ido pensando lo que van a hacer y cuando ven un caso, se deciden. La noticia tiene un doble impacto: uno en la v¨ªctima y otro en el agresor. La tendencia humana es no identificarse con las noticias malas. Puedes ver mil accidentes de tr¨¢fico y el impacto es m¨ªnimo. Todo el mundo cree que a ¨¦l eso no le va a pasar. El agresor cuando ve una noticia de un homicidio no lo ve con un sentido negativo. No piensa: "huy, ad¨®nde puedo llegar yo". Sino que si ya se lo estaba pensando dice: "Mira qu¨¦ bien se ha quedado ese". Sin embargo, la mujer, como es una noticia mala, nunca cree que le va a pasar a ella. ?stas son cosas que se deben hacer para a la hora de hacer una noticia, aportar este tipo de informaciones y saber que no es un caso aislado.
F. S. Es decir, no hay efecto llamada.
M. L. La violencia no nace donde no la hay, no. Pero quien est¨¢ manejando la idea de acabar con la vida de su mujer y ve una noticia, puede adelantarse. Por ejemplo, en Andaluc¨ªa hubo en tres d¨ªas tres casos de violencia con atropello, cuando este es un m¨¦todo rar¨ªsimo. Es decir, los casos previos pueden llevar a otro agresor a precipitar su conducta y a imitar alguno de los elementos del otro suceso. Por ejemplo, el suicidio o el atropello.A. D. Estoy de acuerdo en que no existe una relaci¨®n directa entre medios de comunicaci¨®n y un nuevo asesinato. Pero los medios pueden influir en el desarrollo de muchos casos. No es casualidad que el agresor aproveche las noticias para decirle a la mujer :"?Lo ves? Te puede pasar lo mismo". Hay que evitar que se vea s¨®lo el poder de matar que tienen estos delincuentes y que no se vea el reproche penal, social y la posibilidad de escapatoria que tiene la mujer.
M. E. S. De todas formas, cada medio y cada periodista tiene una manera de enfrentarse a cualquier hecho informativo y tambi¨¦n a ¨¦ste. Es muy dif¨ªcil decir: "autorregulaci¨®n". ?Por qu¨¦ todos los periodistas entender¨ªan la misma cosa por autorregulaci¨®n? No es posible. Hay medios que s¨®lo tratan el momento del crimen, el asesinato. Pero hay otros que se plantean muy seriamente que es un problema grave y adem¨¢s de contar la noticia hacen una exhaustiva informaci¨®n sobre este asunto.
F. S. Creo que lo que hay que procurar es que nunca dejen de llamarnos la atenci¨®n estos cr¨ªmenes. Es muy importante que mantengamos la capacidad de indignarnos, de que ocupen primeras p¨¢ginas porque eso es se?al de un rechazo social.
M. E. S. El crimen hay que contarlo, pero no decir s¨®lo que un hombre ha matado a una mujer. La informaci¨®n es estar permanentemente sobre un asunto que es de primera importancia. Igual que se est¨¢ permanentemente sobre el terrorismo. Y hay que informar en positivo sobre las cosas que tenemos: que las mujeres sepan c¨®mo les protege la ley, que esa protecci¨®n sea efectiva, denunciar a los jueces que se saltan la ley y a los fiscales que dejan a las mujeres sin amparo.
F. S. Puede que en la profesi¨®n no hayamos reflexionado lo suficiente sobre este asunto. Al final lo importante es la responsabilidad del que est¨¢ escribiendo.
A. D. Si los medios de comunicaci¨®n abordaran de una forma m¨¢s completa esta materia, igual que si los operadores jur¨ªdicos intervini¨¦ramos de forma m¨¢s exhaustiva, habr¨ªa menos mujeres muertas. No digo que se¨¢is responsables directos ni mucho menos, pero si todos mejor¨¢ramos la calidad de nuestro servicio profesional muchas mujeres llegar¨ªan antes a los recursos y a lo mejor algunas no morir¨ªan. Porque hay muchas muertes anunciadas en las que han fallado muchas cosas.
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