"Me hubiese gustado ser pintor"
Es un artista de la banca. Nadie cuestiona su destreza con la paleta financiera, pero Jos¨¦ Luis M¨¦ndez (A Coru?a, 1945), director general de Caixa Galicia y persona que exprime los segundos a conciencia, s¨®lo aminora el paso cuando se planta delante de un cuadro porque encuentra "paz, sosiego y tranquilidad". En el b¨²nker en el que la Fundaci¨®n Caixa Galicia almacena un tesoro valorado en m¨¢s de 18 millones de euros, al banquero se le escurren las horas como sucede con la arena en la mano. "No es perder el tiempo, es ganarlo", afirma mientras ense?a lienzos de Picasso, de Luis Seone y esculturas de Francisco Leiro. Con Leopoldo N¨®voa, su pintor de cabecera, los ojos se refugian en las cuencas para ponderar todos los matices del color gris.
"El primer pr¨¦stamo que ped¨ª fue de 30.000 pesetas para ir a estudiar a Oxford. Lo devolv¨ª, claro"
"La Ciudad de la Cultura es una obra magn¨ªfica, un Santiago del siglo XXI que contrasta con el medieval"
Pregunta. ?Le hubiese gustado tener mano con el pincel?
Respuesta. Ya lo creo que me hubiese gustado ser pintor.
P. ?Nunca lo ha intentado?
R. Lo intent¨¦, pero soy un desastre. Por eso admiro la pintura. Me costar¨ªa trabajo hacer una l¨ªnea recta sin regla. Uno es consciente de sus limitaciones.
P. Y se venga de la impericia con una gran colecci¨®n de arte.
R. El arte es una de las manifestaciones m¨¢s sublimes del ser humano. Ser capaz de expresar en un lienzo un conjunto de pensamientos para que otro permanezca en ¨¦xtasis toda la vida sin aburrirse es una de las cualidades que m¨¢s aprecio.
P. ?Pero los banqueros no coleccionan millones?
R. Las dos cosas son compatibles. Para generar arte y para comprarlo hay que tener medios. De hecho, la banca medieval se implic¨® en el mecenazgo.
P. La Fundaci¨®n Caixa Galicia ha dinamizado la cultura con exposiciones tan importantes como Frida Kahlo, Diego Rivera o Tamara de Lempicka. ?Qu¨¦ piensa de la Ciudad de la Cultura?
R. Arquitect¨®nicamente es una obra magn¨ªfica. Es una configuraci¨®n de un Santiago del siglo XXI que contrasta con el medieval. Una de las tareas que tendr¨¢n que hacer los urbanistas es c¨®mo integrar esas dos ciudades.
P. ?No hay en Galicia demasiados contenedores de cultura?
R. Lo que abunda no da?a. No por mucho trigo es mal a?o. Si en algo se caracteriza la Galicia de los ¨²ltimos a?os es por el esplendor que tiene la atracci¨®n al arte en el sentido m¨¢s amplio: pintura, m¨²sica, teatro. Si se compara esta Galicia con la otra en la que escaseaba, yo me inclino por esta ¨²ltima. Est¨¢ surgiendo una enorme sensibilidad en una regi¨®n con m¨¢s posibilidades econ¨®micas. La oferta cultural privada y p¨²blica es magn¨ªfica, sin necesidad de ir a Madrid o al extranjero. Ganar dinero en la vida no es un elemento determinante.
P. ?Cree que interesa el arte? ?No ser¨ªa m¨¢s rentable para la proyecci¨®n de Caixa Galicia apostar por el f¨²tbol?
R. Nada es incompatible. No entiendo una sociedad sin arte ni sin actividades de esparcimiento. Ahora la gente no tiene que desplazarse cientos de kil¨®metros para ver un partido o una exposici¨®n. ?sta es la Galicia actual. Una sociedad moderna.
P. Es futbolero...
R. Lo fui.
P. ?Ya no le gusta?
R. No es que no me guste, pero el f¨²tbol actual no me convence porque se intenta s¨®lo ganar, que es importante, pero sin dar espect¨¢culo. El f¨²tbol, como el arte, tiene que ser brillante. Me gusta el ingl¨¦s, r¨¢pido, de ataque y de equipo.
P. Jug¨® en el mismo equipo con Lendoiro. ?Qui¨¦n era mejor?
R. Yo jugaba de medio centro.
P. ?Y ¨¦l de medio estorbo?
R. (Suelta una carcajada) No, por Dios. Jugaba en el ataque. Le d¨¢bamos bien los dos, lo que pasa es que yo era miope. Me costaba ver la porter¨ªa y no hab¨ªa lentillas en aquellos tiempos.
P. D¨ªgame que tuvo que pedir un cr¨¦dito de joven.
R. Claro. El primer pr¨¦stamo que ped¨ª fue al Instituto Nacional de Previsi¨®n, de 30.000 pesetas para ir a estudiar a Oxford. Lo devolv¨ª, claro.
P. Y se dijo que lo mejor era dirigir una caja de ahorros...
R. Si se puede, claro.
P. Usted caracteriza por ir siempre hecho un pincel en lo que se refiere a la vestimenta. Cada d¨ªa parece m¨¢s joven como en la novela El retrato de Dorian Gray. ?Cu¨¢l es el secreto?
R. Es un pacto con Merl¨ªn. Una buena gastronom¨ªa galaica fundamentada en la casta?a y en las tortas de millo.
P. ?Contin¨²a recorriendo en bicicleta 20 kil¨®metros a diario?
R. No, ahora corro en una cinta 45 minutos. Empezaba a caer con frecuencia y cambi¨¦. Lo primero que hago cuando me voy de viaje es meter unas zapatillas muy viejas y un ch¨¢ndal de los a?os 60 que compr¨¦ en la Sorbona.
P. Su orgullo por unos or¨ªgenes humildes choca con su aspecto impecable. "Soy gallego", respondi¨® una vez cuando le preguntaron si era un yuppie...
R. Evidentemente no renuncio a nada. Yo calculo el color de la camisa y el de la corbata, aunque no sean muy caras. El problema est¨¢ en saber llevar las cosas, pero mi origen es clar¨ªsimo. Siempre me ha desagradado que a alguien no le concediesen la categor¨ªa que le correspond¨ªa por sus m¨¦ritos por no haber nacido en un determinado lugar. Estoy orgulloso de ser de esta tierra.
R. ?Qui¨¦n es m¨¢s british, Alfonso Paz-Andrade o usted?
R. ?l, porque su mujer es brit¨¢nica y la m¨ªa, valenciana. A m¨ª me gusta mucho la forma de ser sajona en muchos aspectos.
P. ?C¨®mo le gustar¨ªa que lo pintasen?
R. De manera muy abstracta, como un poliedro irregular. Jorge Castillo me hizo un collage, pero me gustar¨ªa hacer mi propio autorretrato. Soy incapaz de pintar, pero como ser¨ªa un poliedro irregular quiz¨¢ me atreva.
P. ?Se ha pintado mal la imagen de los banqueros?
R. Creo que s¨ª. Las generalizaciones da?an a algunas profesiones. El banquero se asoci¨® a un af¨¢n codicioso de acumular riqueza y no se dan cuenta de que son instrumentos fundamentales para generar trabajo. Se debe a los libros del XIX, pero creo que esa imagen ya ha desaparecido.
ORGULLO POR LA TIERRA.
XURXO LOBATO
Despu¨¦s de cenar, escucha a Wagner si el d¨ªa fue "esplendoroso" y a Mahler, si "melanc¨®lico". Su padre regentaba un ultramarinos y a los 23 a?os le toc¨® la responsabilidad de tirar del carro familiar cuando el progenitor falleci¨®. Le hubiese gustado ser cirujano vascular, abogado o pintor, pero acab¨® en banquero. No se arrepiente de nada "porque genera resentimiento". Se cas¨® a los 24 con Matilde, una soci¨®loga. Tienen tres hijos. A su nieto mayor -"el coleguilla", como le llama- lo lleva cada s¨¢bado a ver prados y vacas de una tierra que ha se ha sacudido "la resignaci¨®n". El otro d¨ªa acudi¨® al concierto de Man¨¢, y "hubiese preferido estar abajo, entre la juventud". En la foto, M¨¦ndez posa en el b¨²nker del arte de Caixa Galicia apoyado en un Picasso ('Perfil en la ventana'), con la escultura 'Muda o cacho', de Leiro, y un Seoane detr¨¢s.
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