"Ya es hora de salir de Auschwitz y fundar el Estado de Israel"
Avraham Burg (Jerusal¨¦n, 1955) luce kip¨¢, reloj azul celeste y atuendo informal. Ex presidente de la Agencia Jud¨ªa, el organismo promotor de la Aliya (emigraci¨®n de jud¨ªos a Israel) y del Parlamento, este ex dirigente laborista educado en yeshivas (escuelas religiosas) ha desatado la pol¨¦mica tras la publicaci¨®n de Defeating Hitler (Derrotando a Hitler). A su juicio, Israel est¨¢ sofocado por la ausencia de esp¨ªritu. Observa de cerca la evoluci¨®n de las comunidades jud¨ªas de Estados Unidos y Francia, mucho m¨¢s abiertas al resto de la sociedad, y alienta a los israel¨ªes a obtener pasaportes de otro pa¨ªs. Superar el trauma del Holocausto es, para el ahora hombre de negocios, imprescindible para el porvenir del Estado hebreo. "Ya es hora de salir de Auschwitz y fundar el Estado de Israel", dice, al tiempo que alerta de ciertas similitudes entre la sociedad israel¨ª y la alemana anterior al advenimiento del nazismo: "No hay diferencia entre el 'jud¨ªos fuera' y el '¨¢rabes fuera'. Est¨¢ escrito en las paredes, y lo m¨¢s preocupante es la indiferencia de la gente".
"Definir el Estado como jud¨ªo y democr¨¢tico es explosivo. Al final, prevalece la teocracia"
Pregunta. ?Cu¨¢les son los rasgos principales de la sociedad israel¨ª hoy?
Respuesta. Confusi¨®n, trauma y esperanza. Somos una sociedad incre¨ªblemente exitosa. Estamos asombrados. Pero tambi¨¦n conmocionados, porque todo es cada vez mucho m¨¢s dif¨ªcil. En 1945 se conoci¨® la existencia de Auschwitz, tres a?os antes de la fundaci¨®n de Israel. Sin embargo, fue un periodo muy optimista. La gente estaba llena de inspiraci¨®n y energ¨ªa. Hoy hablas con la gente y dice: "Todos son unos corruptos". Es una realidad confusa. Los logros son incre¨ªbles, pero no mejoramos desde el punto de vista psicol¨®gico. En los primeros a?os de Israel, el trauma fue suprimido por los desaf¨ªos inmediatos: el establecimiento del Estado y la guerra de independencia... La gente no ten¨ªa tiempo para curar sus heridas. Ahora volvemos a revivir el trauma.
P. Est¨¢ siempre presente.
R. Mi tesis es que, despu¨¦s de 60 a?os, ya es hora de salir de Auschwitz y fundar el Estado de Israel. Dejar atr¨¢s el trauma, que se ha convertido en el elemento principal que configura la sociedad. Cada enemigo es el enemigo m¨¢ximo; cada amenaza es la amenaza final; cada antisemita es el nazi n¨²mero uno. Mi argumento es que cuando te traumatizas a ti mismo, has perdido la esperanza. Se puede sospechar, dada la experiencia de los jud¨ªos. Pero sospechar siempre es una enfermedad. Si la sociedad israel¨ª no reacciona ser¨¢ porque es una sociedad enferma. Debemos desafiar los pilares fundacionales de esta sociedad. La puerta de entrada a Israel para los jefes de Estado no puede ser el Yad Vashem (Museo del Holocausto). Parte de la visita, s¨ª, porque la gente debe conocer nuestra dram¨¢tica experiencia. Pero no la puerta. Algo induce al optimismo: las generaciones j¨®venes est¨¢n dispuestas a reexaminar los dogmas de Israel. No s¨¦ cu¨¢l ser¨¢ el resultado, pero esto induce al optimismo.
P. ?Por qu¨¦ dice que Hitler define la identidad israel¨ª?
R. Cuando comenc¨¦ a escribir el libro, el t¨ªtulo era Hitler gan¨®. Mi punto de partida era muy melanc¨®lico y pesimista. Netanyahu, Ham¨¢s, Ahmadineyad. Cualquiera es calificado como un Hitler. Todos quieren aniquilarnos. El antisemitismo es el segundo Holocausto. Es cierto que hay enemigos que se fortalecen, pero si Israel s¨®lo siente enemigos y cree que todo el mundo est¨¢ contra nosotros, es el fin. Mi madre naci¨® en Hebr¨®n en 1921. En 1929, la mitad de su familia fue asesinada en una revuelta ¨¢rabe. La otra mitad fue salvada, tambi¨¦n por ¨¢rabes.
P. ?Por qu¨¦ cree que la concepci¨®n del Estado como jud¨ªo y democr¨¢tico es la clave de su destrucci¨®n?
R. El Estado no deber¨ªa tener un componente religioso en sus mecanismos de funcionamiento. Definir el Estado como jud¨ªo y democr¨¢tico es explosivo, porque siempre habr¨¢ una pugna entre la estructura religiosa y la democr¨¢tica. Cuando se da esta lucha, especialmente en las actuales circunstancias hist¨®ricas -una era muy religiosa y fundamentalista en el islam, la cristiandad y el juda¨ªsmo-, al final la teocracia prevalece sobre la democracia.
P. "Estamos perdidos. Todav¨ªa no han llegado las noticias, pero ya estamos muertos. Esto no funcionar¨¢ m¨¢s", ha advertido usted.
R. Lo que ha muerto es el esp¨ªritu de los fundadores de Israel. El esp¨ªritu de apertura, universalismo, libertades y democracia moderna se ha erosionado enormemente. La cuesti¨®n religiosa ha sido abandonada en manos de los ultraortodoxos. Son los guardianes del Monte del Templo. Se les ha cedido una parte de tu identidad: los rituales, las costumbres, la memoria. Y la responsabilidad sobre la relaci¨®n del pueblo con la tierra se ha dejado en manos de los colonos mesi¨¢nicos. Esto es contrario a la fundaci¨®n de una civilizaci¨®n israel¨ª moderna. Si continuamos as¨ª, estos dos elementos nos matar¨¢n. Hay que mirar a la di¨¢spora americana y europea. Ellos pueden ofrecer una interpretaci¨®n fant¨¢stica de la relaci¨®n entre nosotros y el resto del mundo, relaciones de confianza en lugar de relaciones traumatizadas.
P. ?Por qu¨¦ se siente Israel tan aislado?
R. La tradici¨®n dice, desde tiempos de la Biblia, que no se puede creer a los no jud¨ªos. Pero si analizas la situaci¨®n del pueblo jud¨ªo hoy y la comparas con las etapas anteriores de la historia, nunca hemos tenido una relaci¨®n tan incre¨ªble como la que sostenemos ahora con el mundo. La Iglesia cat¨®lica ha aceptado la legitimidad del Estado de Israel como expresi¨®n de la realidad pol¨ªtica del pueblo jud¨ªo. Jam¨¢s hab¨ªa sucedido. Nunca todas las superpotencias en el mundo hab¨ªan ofrecido un respaldo inequ¨ªvoco al Estado. Hay gente superficial que odia a los jud¨ªos por las pol¨ªticas de Israel, pero decir que estamos ante el segundo Holocausto, no, por favor. No, no. El antisemitismo es hoy s¨®lo parte del odio extendido por el mundo, como la arabofobia, la islamofobia...
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