"Tenemos que pensar tambi¨¦n en el gran p¨²blico"
Despu¨¦s de la fiesta inaugural en las campas de Armentia, que present¨® ayer un grupo de animadas bandas de Nueva Orleans, el Festival de Jazz de Vitoria comienza hoy sus sesiones en Mendizorrotza con una novedad, Konexioak, una combinaci¨®n de m¨²sicos vascos y norteamericanos, que han preparado el concierto en conexi¨®n transatl¨¢tica, al que seguir¨¢ la actuaci¨®n de Chano Dom¨ªnguez. En un panorama de inflaci¨®n de festivales, el director del certamen, I?aki A?¨²a, apuesta por una programaci¨®n que combine estrellas medi¨¢ticas como Norah Jones, con conciertos exclusivos de maestros de la talla de Ornette Coleman o eventos multiart¨ªsticos como el que llevar¨¢ a escena al director de cine Spike Lee.
"A diferencia de festivales que han surgido apoyados por instituciones p¨²blicas, nosotros no podemos permitirnos p¨¦rdidas millonarias"
"No s¨¦ si hay un 'estilo Vitoria', pero al hacer el programa siempre pensamos en determinados conciertos que son ineludibles para el aficionado"
Pregunta. Antes, decir jazz y verano era decir Euskadi. Ahora los tres festivales vascos cuentan con una extensa competencia en el resto de la pen¨ªnsula.
Respuesta. Hemos pasado del desierto musical a la sobresaturaci¨®n. Cuando el Festival de San Sebasti¨¢n se hac¨ªa en el Vel¨®dromo de Anoeta, era absurdo que el tr¨ªo de Chick Corea tuviera 16.000 espectadores, pero es que tambi¨¦n hay que reconocer que era la ¨²nica m¨²sica en Espa?a en directo en aquel momento. En la actualidad, los tres festivales de jazz de Euskadi somos veteranos y, considero, hemos creado una referencia clara: en el mes de julio, el jazz est¨¢ aqu¨ª, en Euskadi.
P. Pero empiezan a surgir festivales como hongos. ?No afecta a ese mensaje de que el jazz en verano es sin¨®nimo de Euskadi?
R. Efectivamente, ese mensaje nos beneficiaba a los tres festivales, porque nuestros programas, de una manera u otra, son complementarios. Conseguimos una muy buena imagen. De repente, en distintos ayuntamientos de Espa?a se ha optado por una f¨®rmula similar a la nuestra, pero con la singularidad de que cuentan con el respaldo claro de las instituciones p¨²blicas. Nosotros no podemos permitirnos p¨¦rdidas de decenas de miles de euros. Lo cierto es que ahora hay una aut¨¦ntica explosi¨®n de m¨²sica en directo y los bolsillos no son de goma. La econom¨ªa de la familia es una.
P. ?Qu¨¦ estrategia se marca Vitoria para seguir estando en primer l¨ªnea?
R. El Festival de Vitoria busca el ser singular en determinados aspectos. Por ejemplo, la exclusividad de las actuaciones: el a?o pasado, Sonny Rollins ofreci¨® en nuestra ciudad su ¨²nico concierto en Europa; y este a?o, Ornette Coleman o Spike Lee s¨®lo ofrecer¨¢n en Espa?a sus actuaciones de Vitoria. Y luego est¨¢, desde siempre, la voluntad de mantener entretenido al aficionado durante todo el d¨ªa.
P. Que, por cierto, este a?o se extiende a la hora del aperitivo, con los conciertos en el Centro Cultural Montehermoso, en el Jard¨ªn de Falerina.
R. Efectivamente, la vida jazz¨ªstica comienza en ese nuevo escenario, al mismo tiempo que la brass band de Rob Espino discurre por la ciudad. Despu¨¦s de la comida y la correspondiente siesta, el concierto del Teatro Principal; luego Mendizorrotza; despu¨¦s las jam session en hoteles y bares. A m¨ª lo m¨¢s me enternece es que haya gente de Vitoria que gaste d¨ªas de sus vacaciones para disfrutar a tope del festival.
P. Lo que s¨ª han conseguido es, sobre todo, fidelidad en su p¨²blico, sea de Vitoria o proceda de otros lugares.
R. Hace dos a?os, realizamos un estudio socio-econ¨®mico y los datos resultantes fueron, sobre todo, gratificantes: siete de cada diez asistentes hab¨ªa estado alguna vez anterior en el festival, con una media de ocho ediciones por persona. Esa fidelizaci¨®n que tenemos, y que seguro tambi¨¦n tienen Getxo o San Sebasti¨¢n, es lo m¨¢s dif¨ªcil de conseguir.
P. ?Considera que, despu¨¦s de 30 ediciones, el Festival de Jazz de Vitoria ha conseguido definir un estilo particular?
R. No lo s¨¦; s¨ª tengo claro que, cuando presentamos el programa, hay determinados conciertos que son ineludibles para el aficionado. Este a?o, por ejemplo, es el caso de Ornette Coleman, alguien que durante a?os ha estado sin grabar, vuelve otra vez a los estudios y los escenarios. Inmediatamente, quisimos contar con ¨¦l en su gira europea, porque su presencia encaja a la perfecci¨®n en nuestra l¨ªnea de trabajo.
P. Pero tambi¨¦n apuestan por m¨²sicos m¨¢s populares, como Norah Jones, que ha puesto el cartel de "No hay entradas".
R. Al final, armar el programa del festival es una tarea muy compleja, porque partimos de un aforo de 4.000 personas: tenemos que contentar gustos diferentes pero que han de ser complementarios. Conseguirlo con el especialista en jazz es f¨¢cil, porque yo soy aficionado al jazz. Pero tambi¨¦n tenemos que pensar en el gran p¨²blico. Desde el principio, hemos tratado de combinar ambos aspectos, siempre con el jazz como referente. Comenzamos programando cl¨¢sicos como Oscar Peterson o Ella Fitzgerald junto con blues, en busca de un p¨²blico m¨¢s joven; luego, apostamos por el jazz el¨¦ctrico de Jaco Pastorius o Pat Metheny; m¨¢s tarde, estrellas del rock como Eric Clapton o Phil Collins acompa?ados de m¨²sicos de jazz... Siempre buscando nuevos p¨²blicos.
P. Y este a?o, Spike Lee, el jueves 19, con Terence Blanchard. ?Supone la apertura del festival a otras pr¨¢cticas art¨ªsticas?
R. Los que estamos en el festival somos gente con una inquietud cultural que supera la m¨²sica. El concierto de Spike Lee s¨®lo se presenta en tres lugares en Europa: Rotterdam, Estambul y Vitoria. Es decir, es una apuesta decidida por una f¨®rmula novedosa, que recuerda los comienzos del cine mudo. Ahora, que esto tenga continuidad en el futuro, no lo s¨¦, estamos abiertos a todo.
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