Siniestralidad laboral
El pasado 5 de julio tuvo lugar un accidente laboral en la planta de la cementera Holcim en Carboneras (Almer¨ªa), con el resultado de la muerte de cuatro trabajadores y heridas muy graves en otros cuatro. Es un accidente m¨¢s, que se suma a la larga cadena de trabajadores fallecidos por causas del trabajo en esta comunidad y en el resto del Estado. Pues bien, he observado que en cada ocasi¨®n en que se producen estas muertes surgen de inmediato numerosas declaraciones que intentan dar la impresi¨®n de que, sobre estas muertes y sus causas, existe una gran sensibilizaci¨®n; que pol¨ªticos, jueces, fiscales, empresas y sindicatos est¨¢n actuando; s¨®lo un cierto fatalismo impide que se invierta la tendencia. Es una impresi¨®n que, no tengo duda, puede ir acompa?ada de unos buenos deseos. Sin embargo, y pese a no tener duda de estas intenciones -tampoco dudo de las de mi vecino que me ha deseado un buen d¨ªa, y mejor ni le cuento al volver- en la sociedad est¨¢ instalada una sensaci¨®n de fracaso. Y es as¨ª porque consta que los accidentes siguen creciendo, pese a la existencia de leyes de prevenci¨®n y al mayor esfuerzo de sindicatos, empresas y pol¨ªticos. Una sensaci¨®n a la que acompa?a otra de impunidad. No pasa nada, o pasa muy poco a los responsables, aunque los siniestros se produzcan por omisi¨®n de medidas de seguridad. Y as¨ª, en estos d¨ªas de accidentes y como siempre, se han abierto las puertas a las declaraciones.
Hay otras que han coincidido, y que no deben mezclarse por cuanto se apartan de este h¨¢bito. Las ha realizado Juan O?a, fiscal de Sala coordinador en materia de accidentes de laborales. Destaca como una de las causas de siniestralidad laboral la precariedad en el empleo y la inmigraci¨®n no regularizada. Tambi¨¦n, y como una de sus posibles soluciones, el establecimiento de una polic¨ªa especializada en estas materias. Y la verdad es que pienso, y m¨¢s a¨²n siendo conocedor durante muchos a?os de la profesionalidad que ha guiado en su hacer diario a este fiscal, que muchas soluciones deben de abordarse desde esta ¨®ptica. Sin embargo este abordamiento, ni es bastante ni debe cegarnos otros an¨¢lisis. Hoy contamos con un empleo menos precario, y los accidentes siguen aumentando. Hemos pasado de una inmigraci¨®n ilegal a otra en la que la regularizaci¨®n ha frenado y ha impedido abusos y delitos contra los trabajadores, y la siniestralidad sigue creciendo. Hoy, el trabajador en general est¨¢ m¨¢s formado. Con estos datos, bajo estas circunstancias, y algunas m¨¢s, hay que abrir otras l¨ªneas de respuesta. Tal vez, entre estas v¨ªas, est¨¢n las de diferenciar entre prevenci¨®n y accidentes ya causados. En cuanto a la prevenci¨®n, cuidando que las medidas establecidas se apliquen realmente en las empresas (ese sistema que anuncia el fiscal O?a). Tambi¨¦n mediante la aplicaci¨®n de las leyes en vigor. No es tanto, como se dice en muchas de declaraciones, la sensibilizaci¨®n de la sociedad como la aplicaci¨®n de la ley por jueces y magistrados. Las leyes penales y sancionadoras existen, s¨®lo es necesario que fiscales y jueces y funcionarios act¨²en.
No resulta entendible que se cuente con una plantilla de jueces y fiscales tan profesionales como para instruir operaciones tan complejas como la Malaya, Ballena Blanca y se tenga que aguardar a su conversi¨®n en especialistas para abordar temas que, en general, no tienen una gran complejidad. No es la sociedad en general, ni los trabajadores o sus familias quienes deben sensibilizarse -que tambi¨¦n, sobre todo evitando que el percibo de indemnizaciones ayude a tapar responsabilidades penales- sino los responsables de aplicar las leyes, de forma que aquellos empresarios que las incumplan sean tratados como lo que son, como unos delincuentes, sin que el hecho de hacer frente a las indemnizaciones les haga merecedores de otro tratamiento. Este mejor tratamiento, cuando se da, s¨®lo sirve de caldo de cultivo para que la sensaci¨®n de impunidad siga extendi¨¦ndose, y no pueda ser evitada por unas leyes que s¨®lo est¨¢n sirviendo para acompa?ar en el sentimiento a ese cortejo f¨²nebre de muerte de trabajadores yute, de ser actuadas y exigidas, muchas muertes podr¨ªan evitarse.
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