Galicia, memoria del exilio
No conozco a Xurxo Mart¨ªnez Crespo, pero es un nombre que deberemos recordar con agradecimiento pues viene de rendir un inestimable servicio a la memoria de las luchas en Galicia. El libro que acaba de publicar, Galiza en Dominicana, Nicaragua, Panam¨¢ e Venezuela. Unha ollada fotogr¨¢fica, constituye un avance en la empresa de recuperaci¨®n de la historia social que est¨¢ impulsando la Confederaci¨®n Intersindical Galega (CIG) con el apoyo de la Xunta.
Explica Xurxo Mart¨ªnez en su introducci¨®n que se trata de "un libro sobre el exilio pol¨ªtico y econ¨®mico gallego en esos cuatro pa¨ªses" y que, a diferencia de otras obras sobre esta misma tem¨¢tica, se ha buscado aqu¨ª "presentar las im¨¢genes de una parte olvidada, ignorada de nuestra historia". En efecto, editado con esmero en formato italiano, el libro se presenta como un ¨¢lbum fotogr¨¢fico repleto de im¨¢genes a menudo in¨¦ditas, procedentes de los archivos privados de las personalidades evocadas. Pues, seg¨²n sigue explicando Xurxo Mart¨ªnez, la obra "no habla del exilio y de la emigraci¨®n en abstracto, sino de exiliados en concreto: de los que conocemos acaso los nombres pero desconocemos sus rostros y las circunstancias de estas mujeres y hombres en su emigraci¨®n, en su exilio, en su ¨¦xodo".
De las 40 personalidades evocadas (muy pocas mujeres), algunas son conocidas como Eduardo Blanco Amor, el comandante Jorge Soutomaior, Eugenio y Mario Granell o Celso Emilio Ferreiro, pero aun as¨ª resulta apasionante ver por vez primera fotos desconocidas que constituyen excepcionales documentos visuales. Por ejemplo, las de la visita del comandante Soutomaior a las guerrillas del Pathet Lao a finales de los a?os 60 en Laos; o las del artista Eugenio Granell conversando con Andr¨¦ Breton en Santo Domingo.
M¨¢s interesante es la revelaci¨®n de hechos sociales poco sabidos, incluso en Galicia. Se documenta as¨ª, con miles de fotograf¨ªas in¨¦ditas, c¨®mo miles de trabajadores gallegos participaron en la construcci¨®n del Canal de Panam¨¢ entre 1904 y 1914. Casi un 20% de los obreros eran espa?oles. Y los dos tercios de los espa?oles ven¨ªan de Galicia. M¨¢s de 5.000. Que, por el mismo trabajo, en virtud del racismo dominante, cobraban menos que los norteamericanos, pero m¨¢s que los afroantillanos. Otras joyas son las fotos que ilustran la vida de un gallego tenebroso, Jos¨¦ Almoina. Nacido en Lugo en 1903, vicec¨®nsul de la Rep¨²blica en Burdeos y exiliado, en 1939, en la Dominicana, Almoina acaba convirti¨¦ndose en secretario particular del dictador Trujillo. Conoce a Gal¨ªndez (una foto los muestra juntos asistiendo, en 1942, en Santo Domingo a una conferencia del lehendakari Jos¨¦ Antonio Aguirre), huye a M¨¦xico donde publica una cr¨ªtica de la dictadura trujillista y donde ser¨¢ baleado, en 1960, por dos pistoleros enviados por Trujillo.
Interesantes tambi¨¦n las p¨¢ginas consagradas a R¨®mulo Gallegos, el gran escritor y ex presidente de Venezuela, del que no siempre se sabe que era descendiente de gallegos y muy aficionado a visitar y permanecer en nuestro pa¨ªs, en concreto en Beluso, Pontevedra. Otro descubrimiento es la personalidad del periodista Jos¨¦ Benavides, nacido en Ponteareas en 1910, que fue c¨®nsul de la Rep¨²blica en Niza, parti¨® al exilio en Venezuela, donde fue el primer secretario de redacci¨®n del diario El Nacional, se cas¨® con una diplom¨¢tica y con ella se traslad¨® a Mosc¨², donde frecuent¨®, en 1949, a la embajadora del reci¨¦n fundado Estado de Israel, Golda Meir, quien lo recuerda en sus memorias.
Como dice en el pr¨®logo nuestro amigo Farruco Sesto, no partir¨ªan los gallegos a la emigraci¨®n ni al exilio, "si la tierra gallega se gobernara, o se autogobernara, con sentido de justicia y de inclusi¨®n que le permitiese ser consecuente y generosa con sus hijos". Quienes tuvieron que exiliarse, por discriminaci¨®n econ¨®mica o por represi¨®n pol¨ªtica, tienen ahora el consuelo de saber que no han ca¨ªdo en el olvido.
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