Cada trasero es un mundo
Los ciclistas jam¨¢s cambian de sill¨ªn, y dentro de la enorme variedad que hay, cada uno lo exige a medida
Alejandro Torralbo, jefe de mec¨¢nicos del CSC, se pas¨® dos d¨ªas montando bicis nuevas para que los corredores del Tour pedalearan por Francia con una herramienta en perfectas condiciones. Cuadros, cadenas, zapatas de freno... todo nuevo. "Todo menos el sill¨ªn, claro", matiza el cordob¨¦s. Por supuesto: un ciclista puede cambiar de todo, pero nunca de sill¨ªn, jam¨¢s. Ni de zapatillas Es la ley de un deporte que de cintura para abajo consume el 80% del ox¨ªgeno que quema el m¨²sculo del ciclista. Flecha, del Rabobank, lo simplifica a¨²n m¨¢s: "Te pasas la vida sentado en la bici. Lo m¨ªnimo es tratar de estar c¨®modo". Es la ley del pelot¨®n: cada culo, un mundo.
Un sill¨ªn es para toda la vida. O por lo menos, se intenta. "He cambiado este a?o de marca y me cost¨® meses adaptarme", asegura Iban Mayo. El vasco prefiere un asiento blando y, al aterrizar en el Saunier, escogi¨® entre el amplio elenco de la nueva marca el que m¨¢s se adaptaba a su gusto. No hay l¨ªmite en las combinaciones. Los hay de pl¨¢stico, de carbono, recubiertos con gel, sin gel, blandos, duros, medios, con y varillas r¨ªgidas, con varillas suspendidas, macizos, huecos... "Un mundo. Las combinaciones en el mercado son casi infinitas. Y ya ni te cuento cuando interviene el dise?o", asegura David Fern¨¢ndez, jefe de mec¨¢nicos de Saunier. Las combinaciones de colores son infinitas, porque cada equipo personaliza los suyos. Excepto Euskaltel, todos los equipos tunean el asiento siguiendo el color marca de la casa.
B¨¢sicamente hay cinco fabricantes: Selle Italia, Selle Royal, Fi'zi:k, San Marco y Pr¨®logo. Esta ¨²ltima empresa fabrica al a?o m¨¢s de 15 millones de asientos para bicicletas... en China. La propietaria, Stella Yu, mont¨® ella sola el negocio en el patio de su casa. Los confeccionaba a mano y ella misma los empaquetaba, vend¨ªa y distribu¨ªa. Ahora tiene un imperio.
Los mec¨¢nicos, a veces, las pasan canutas para satisfacer a los ciclistas. Tiene su l¨®gica. "Cambiar la posici¨®n sobre el sill¨ªn puede cambiar el ¨¢ngulo de pedalada", asegura Pepe Mart¨ª, entrenador del Discovery Chanel. En las carreras contra el crono, cuando montan las llamadas bicis cabra, los ciclistas modifican su posici¨®n sobre el veh¨ªculo con la voluntad de ganar aerodin¨¢mica. La ley marca que entre el eje pedalier y la punta del sill¨ªn no debe haber m¨¢s de cinco cent¨ªmetros, pero los ciclistas adelantan la posici¨®n del asiento para acercarlo al manillar. Hecha la ley, hecha la trampa: las casas proveedoras sirven a los equipos sillines con la punta cortada. En cuanto a peso, no hay restricciones y los modelos oscilan entre los 100 y los 250 gramos.
Los ciclistas juran amor eterno a un tipo de asiento aunque se suban en un palo. Como Sastre, que usa un sill¨ªn duro como una piedra. "Soy muy blando", bromea. Todo lo contrario de Zabriskie: mantequilla, todo gel. Pese a ello, el norteamericano lleg¨® ayer fuera de control. Los hay que usan unos muy raros: una raja longitudinal los atraviesa; antiprost¨¢ticos, les llaman. Este a?o se han puesto de moda otros con una muesca en la parte ancha; dicen que ayuda en la prevenci¨®n de quistes.
Sirva el Caisse d'?pargne, antes Banesto, antes Reynolds, para dar un vistazo a la historia. En el equipo franco navarro se visualiza la evoluci¨®n de una parte esencial del ciclismo: tres generaciones de sillines. Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, el m¨¢nager, corr¨ªa en el Bic con Anquetil a finales de los 60. Usaba el ¨²nico sill¨ªn que ten¨ªa. "Por la noche le dabas grasa", recuerda. Vicente Iza fue el primer fichaje del Reynolds en 1980: "En mi ¨¦poca ya hab¨ªa varias casas comerciales, ya eran mucho m¨¢s c¨®modos", recuerda. Dej¨® la bici y se hizo masajista. Por sus manos han pasado de Perico Delgado a Valverde pasando por el m¨¢s grande, Miguel Indurain, que empez¨® y termin¨® su carrera con el culo sentado en un Turbomatic 4 de Selle Italia, un sill¨ªn muy simple para lo que ya se daba entonces en el pelot¨®n. Valverde ser¨ªa el ¨²ltimo eslab¨®n. Usa un sill¨ªn m¨¢s bien blandito pero en su caso, personalizado: "Vas como una bala verde", se lee en el sill¨ªn del candidato al Tour, al que evidentemente llaman Bala en el pelot¨®n. "Fue una idea de la casa comercial y me pareci¨® bien", se justifica el murciano. Los hay mucho m¨¢s cl¨¢sicos. El mismo sill¨ªn que usaba Indurain lo sigue utilizando ??igo Cuesta, del CSC: "Me vuelvo loco para encontrarlo. ?ste que llevo me lo pill¨® un amigo en una subasta por Internet".
Y si el l¨ªder, Rasmussen, le da a la lima para bajar el peso de su asiento al m¨¢ximo, Karpets quiere peso. ""El d¨ªa de Tignes, Vladimir llevaba la bici m¨¢s pesada del pelot¨®n, seguro", explica Fernando S¨¢nchez, el mec¨¢nico del Caisse d'?pargne. "S¨®lo el cuadro pesaba 400 gramos m¨¢s que el de los dem¨¢s, porque a ¨¦l no le gustan los de carbono. Y el sill¨ªn, 200 gramos". Subiendo a Tignes, Karpets no estuvo muy lucido. ?l achac¨® su malestar a dos razones: hab¨ªa estrenado sill¨ªn y lo hab¨ªa subido, por si acaso, siete mil¨ªmetros.
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