La dimisi¨®n de Piqu¨¦ abre una crisis en el PP
El l¨ªder catal¨¢n acusa a la c¨²pula nacional de perjudicar su imagen y autoridad - ? "He trabajado en circunstancias nada f¨¢ciles y en un partido en el que no faltan mezquindades y miserias", dice a Rajoy
A la tercera fue la vencida. Josep Piqu¨¦, l¨ªder del PP catal¨¢n desde 2000, present¨® ayer su dimisi¨®n irrevocable despu¨¦s de considerarse desautorizado por la direcci¨®n nacional y no obtener, seg¨²n su versi¨®n, el respaldo de Mariano Rajoy. Piqu¨¦ abandona la pol¨ªtica y renuncia a todos sus cargos. La crisis se ha producido despu¨¦s de que los malos resultados del PP el 27-M llevaran a la c¨²pula a retocar el comit¨¦ de campa?a para las generales sin incluir a personas de m¨¢xima confianza de Piqu¨¦. Esta soluci¨®n fue pactada, pero una filtraci¨®n a la prensa que ¨¦l vio como una desautorizaci¨®n abri¨® la crisis. La direcci¨®n ha querido, dice, "demoler" su "imagen frente a la sociedad catalana" por "mezquindades y miserias". Tras la dimisi¨®n de Jaume Matas en Baleares, ¨¦ste es el segundo bar¨®n moderado que pierde Rajoy. Daniel Sirera y Alberto Fern¨¢ndez se perfilan como posibles sucesores.
La interpretaci¨®n de que Acebes hab¨ªa dado un golpe de mano indign¨® a Piqu¨¦
El dirigente catal¨¢n llam¨® a Rajoy, amenaz¨® con marcharse. Confiaba en un gesto
Piqu¨¦ formaliz¨® su renuncia con una carta remitida a Mariano Rajoy en la que, entre otras cosas, le dice: "Como sabes, he seguido trabajando, en circunstancias nada f¨¢ciles y en el seno de un partido en el que no faltan mezquindades y miserias (que debo decir que se compensan, m¨¢s que de sobra, con gente admirable por la que siento un enorme respeto y reconocimiento y que me han ayudado a mantener las ganas y la ilusi¨®n)". Llov¨ªa sobre mojado.
Al d¨ªa siguiente de las elecciones municipales del 27-M, en medio de la euforia generada en el PP por la victoria en votos totales sobre los socialistas, los dirigentes m¨¢s reflexivos no paraban de repetir en privado una idea: tenemos un problema grave en Catalu?a. El PP hab¨ªa logrado unos resultados excelentes en Madrid y en la Comunidad Valenciana, razonables en otros muchos sitios de Espa?a, malos en el Pa¨ªs Vasco y p¨¦simos en la comunidad de Piqu¨¦, un quebradero de cabeza hist¨®rico para la derecha espa?ola. Esto gener¨® las cr¨ªticas de los tradicionales enemigos de Piqu¨¦ situados especialmente en torno al portavoz en el Congreso de los Diputados, Eduardo Zaplana. Piqu¨¦ ha sido siempre duramente criticado, adem¨¢s, por los medios conservadores que llegaron al extremo de pedir el voto para Ciudatans en las elecciones catalanas.
Hasta ahora, Rajoy, a quien siempre le ha unido un v¨ªnculo de confianza con el l¨ªder catal¨¢n, hab¨ªa preferido dejar pasar el tiempo. Esta semana, sin embargo, llegaron las decisiones consecuencia de aquellos malos resultados. ?ngel Acebes, secretario general del PP, se desplaz¨® a Barcelona para ejecutar unos cambios que hab¨ªan sido pactados entre Rajoy y Piqu¨¦. El hombre m¨¢s reforzado ser¨ªa el diputado Daniel Sirera, nombrado coordinador de la campa?a electoral para las generales junto a Xavier Garc¨ªa Albiol, que acababa de obtener un resultado extraordinario en Badalona. Eso dejaba fuera a Francesc Vendrell, mano derecha de Piqu¨¦. Hasta ah¨ª todo estaba relativamente tranquilo. Sin embargo, la aparici¨®n ayer en tres peri¨®dicos de una versi¨®n ofrecida por fuentes de la direcci¨®n nacional seg¨²n la cual Acebes habr¨ªa dado un golpe de mano en Catalu?a indign¨® a Piqu¨¦, que culp¨® de ello a G¨¦nova. Era la tercera vez que la direcci¨®n nacional desautorizaba al l¨ªder catal¨¢n. Ya sucedi¨® cuando ¨¦l dijo que tanto Acebes como Zaplana representaban el pasado en el PP y cuando defendi¨® que la propuesta de financiaci¨®n del Estatuto de Catalu?a se parec¨ªa mucho a una del PP. En esta segunda ocasi¨®n Piqu¨¦ present¨® su dimisi¨®n, pero Rajoy se lo llev¨® a su casa y, tras m¨¢s de tres horas de presi¨®n, logr¨® convencerle para que siguiera.
Ayer, por la ma?ana todo parec¨ªa indicar que esto ser¨ªa una nueva crisis con final feliz. Piqu¨¦ habl¨® con Rajoy, amenaz¨® con dimitir y ¨¦ste le pidi¨® tiempo. El l¨ªder catal¨¢n confiaba, seg¨²n su entorno, en que Rajoy aprovechar¨ªa un acto p¨²blico que ten¨ªa en Isla Antilla (Huelva) para hacer alg¨²n gesto que confirmara la autoridad de Piqu¨¦ en Catalu?a. Hasta hace pocos d¨ªas en el PP se daba por seguro que el l¨ªder del PP catal¨¢n ser¨ªa el n¨²mero uno de la lista al Congreso de los Diputados por Barcelona, volviendo as¨ª a la primera fila de la pol¨ªtica nacional de la mano de su amigo Rajoy. El entorno de Piqu¨¦ entend¨ªa que para presentarse a unas generales, que son fundamentales para el PP, Rajoy deb¨ªa disipar cualquier duda sobre su respaldo al catal¨¢n, algo muy complicado con las informaciones de los peri¨®dicos encima de la mesa.
Rajoy no se refiri¨® en ning¨²n momento de su acto a la crisis, ni siquiera veladamente, aunque todos los dirigentes que le rodeaban, entre ellos el andaluz Javier Arenas, gran aliado de Piqu¨¦, no hablaban de otra cosa en los pasillos.
El acto concluy¨®. Piqu¨¦ segu¨ªa sin recibir el respaldo p¨²blico que quer¨ªa y ning¨²n miembro de la direcci¨®n general sali¨® a los medios para apoyar a Piqu¨¦. El l¨ªder del PP catal¨¢n reuni¨® a su equipo de m¨¢xima confianza, entre ellos Vendrell, y ante la ausencia de apoyo tom¨® una decisi¨®n definitiva: dimisi¨®n, esta vez s¨ª, irrevocable. Piqu¨¦ llam¨® a Rajoy, que por entonces se dispon¨ªa a tomar el AVE para Madrid, con la decisi¨®n tomada y sin posibilidad de marcha atr¨¢s.
La carta de dimisi¨®n es harto expl¨ªcita. Piqu¨¦ dimite "despu¨¦s de constatar la voluntad de la direcci¨®n nacional del partido de imponer un replanteamiento estrat¨¦gico en Catalu?a, perjudicando la imagen y la autoridad personal de su presidente y de su equipo". La misiva recuerda a Rajoy que d¨ªas atr¨¢s acept¨® reconsiderar la dimisi¨®n ante los argumentos "pol¨ªticos y, sobre todo, humanos" que le dio el presidente del partido. M¨¢s adelante, repite que s¨®lo "los argumentos personales" esgrimidos por Rajoy han retrasado una decisi¨®n que "en ning¨²n caso iba a ir m¨¢s all¨¢ de las elecciones generales".
Piqu¨¦ declin¨® en conversaci¨®n telef¨®nica con este diario a?adir nada al comunicado emitido por su partido para anunciar la dimisi¨®n. Se limit¨® a despedirse con un lac¨®nico "hasta el futuro".
La resoluci¨®n de la crisis, tal vez la peor de las posibles para los intereses de Rajoy a s¨®lo ocho meses de las generales, sent¨® como un jarro de agua fr¨ªa en la direcci¨®n del PP. Oficialmente desde G¨¦nova, la sede central del PP, se limitaban a mostrar su sorpresa: "Un presidente de un partido no puede dimitir por un titular de prensa, esto no tiene ninguna l¨®gica. Se han producido unos cambios en el comit¨¦ de campa?a, pero no es verdad que Acebes imponga nada. Todo estaba pactado con Piqu¨¦, que precisamente presid¨ªa ese ¨®rgano. Todo se hab¨ªa desarrollado con normalidad". Sin embargo, en privado otros dirigentes mostraban su indignaci¨®n porque Piqu¨¦ abra una crisis de este calado en una comunidad clave para el PP a ocho meses de las elecciones. La dimisi¨®n se produce, adem¨¢s, dos semanas despu¨¦s de que Jaume Matas arrojara la toalla al saber que no iba a poder gobernar en Baleares.
Piqu¨¦ fue un fichaje independiente de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en 1996 mientras Matas ha desarrollado una carrera de gestor pero no siempre en primera l¨ªnea de la pol¨ªtica. Ambos representaban al sector de barones moderados y proclives a las reformas estatutarias que m¨¢s claramente han apoyado a Rajoy. La marcha de Piqu¨¦ cobra as¨ª relevancia pol¨ªtica puesto que pertenece al grupo que m¨¢s ha respaldado a Rajoy en la etapa que sigui¨® a la derrota electoral de 2004, la m¨¢s dura para el l¨ªder del PP.
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