G¨¦nova se impone
Las tensiones entre la direcci¨®n nacional del Partido Popular y sus responsables en Catalu?a se han cobrado la primera v¨ªctima pol¨ªtica: Josep Piqu¨¦ ha presentado a Mariano Rajoy su dimisi¨®n irrevocable. A lo largo de la legislatura, el ex ministro hab¨ªa apostado por un discurso pol¨ªtico centrista, en abierto contraste con la radicalizaci¨®n impuesta desde la calle de G¨¦nova por Acebes y Zaplana. Piqu¨¦ entend¨ªa que ¨¦se era el ¨²nico camino para ampliar la base electoral del PP en Catalu?a, en imparable retroceso desde la tramitaci¨®n del nuevo Estatut y la dura campa?a de los populares, que muchos de sus propios votantes percibieron como un ataque injustificado. Quiz¨¢ haya que achacar a esta l¨ªnea de dureza auspiciada por la direcci¨®n nacional el mal resultado del PP catal¨¢n en las elecciones municipales del 27 de mayo y, sin embargo, el chivo expiatorio ha terminado siendo su principal cr¨ªtico dentro del partido.
La diferencia entre socialistas y populares en Catalu?a fue determinante en el resultado de los dos ¨²ltimos comicios generales: pas¨® de los cinco a los 15 diputados, contribuyendo a la p¨¦rdida por el PP de la mayor¨ªa absoluta y de las elecciones. Ante la disyuntiva de buscar el centro, y hasta un cierto aroma catalanista, o radicalizarse para recortar de nuevo las distancias, G¨¦nova parece haberse decantado por esta ¨²ltima l¨ªnea para afrontar la pr¨®xima convocatoria, y de ah¨ª que haya impuesto a Piqu¨¦ los encargados de dirigir la pol¨ªtica del partido hasta marzo. No se trata de caras nuevas, sino de la recuperaci¨®n de antiguos dirigentes desplazados por el ex ministro y su concepci¨®n de la pol¨ªtica conservadora. Junto a Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz, que, de acuerdo con las instrucciones de Acebes, se har¨¢ cargo del comit¨¦ de campa?a en raz¨®n de su buen resultado en Barcelona, el nuevo coordinador de organizaci¨®n ser¨¢ Xavier Garc¨ªa-Albiol, responsable en el pasado de un v¨ªdeo propagand¨ªstico de tintes racistas. G¨¦nova ha dejado claro el discurso con el que concurrir¨¢ a las generales en Catalu?a, y tal vez en el resto del pa¨ªs. Este movimiento est¨¢ en abierta contradicci¨®n con la teor¨ªa de Rajoy acerca de las nuevas caras y mensajes que deben acompa?arle en la campa?a de las pr¨®ximas elecciones.
Acebes remat¨® su golpe de tim¨®n exigiendo a los disconformes con la nueva l¨ªnea que se marcharan a casa y no molestasen. A Piqu¨¦ no le ha gustado y ha seguido su consejo. G¨¦nova se ha deshecho, as¨ª, de quien consideraba un lastre en su estrategia de confrontaci¨®n radical. Pero, al mismo tiempo, ha creado una vacante en su cartel electoral que les puede llevar a un fiasco considerable en Catalu?a.
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