Una ni?era del miedo
?Por qu¨¦ nos gustan tanto las viejas historias? Eso es lo que nos preguntamos cuando caen en nuestras manos libros como Cuentos g¨®ticos. Elizabeth Gaskell (Londres, 1810-Alton, Hampshire, 1865) es una escritora singular en la literatura inglesa. Pertenece al grupo de escritores llamados victorianos cuya c¨²spide es Charles Dickens y en el que caben, cada uno con sus preferencias tem¨¢ticas, Benjamin Disraeli, Charles Reade, Anthony Trollope, George Eliot, Thackeray y Charles Kingsley, entre otros. Gaskell se distingue de ellos por su empe?o en hacer un tipo de novela que Praz califica de "novela de tesis", lo cual es cierto, pero de aquella manera. En una de sus novelas m¨¢s populares, Norte y Sur (Alba, 2005), enfrenta al norte industrial de Inglaterra con el sur agr¨ªcola y rural con serenidad y lucidez respecto al cambio impresionante que la Revoluci¨®n Industrial est¨¢ ocasionando en el pa¨ªs, pero en la que quiz¨¢ sea su novela m¨¢s conocida, Cranford (Alba, 2000), encontraremos ecos de su antecesora Jane Austen, del mismo modo que los hallaremos m¨¢s adelante de Charlotte Br?nte, de la que hizo una biograf¨ªa ejemplar (Alba, 2000).
CUENTOS G?TICOS
Elizabeth Gaskell
Traducci¨®n de ?ngela P¨¦rez
Alba. Madrid, 2007
544 p¨¢ginas. 28 euros
Elizabeth Gaskell manifiesta una clara penetraci¨®n psicol¨®gica en la organizaci¨®n de las actividades de sus personajes, bien por lo que la actividad misma delata, bien por los pensamientos que la voz narradora adivina en ellos. Su manera de contar es la del narrador omnisciente y no tiene empacho en dirigirse al lector cuando lo cree conveniente, lo que equivale a recordar a ¨¦ste que est¨¢ leyendo una historia de ficci¨®n que le est¨¢ siendo revelada paso a paso.
A menudo, la claridad o, quiz¨¢ ser¨ªa mejor decir, la franqueza con que relata hace que su escritura semeje padecer de evidencia, pero la calidad de esa misma claridad le da cuerpo y suficiencia bastantes como para huir del mayor peligro de este modo expresivo cual es la explicitud. Sus historias transcurren a lo largo de muchos a?os, lo que crea una sensaci¨®n de paciencia y amplitud. Y en cuanto a sus temas, Gaskell, sin perder de vista en ning¨²n momento la intimidad de sus personajes, les hace incurrir decididamente en los problemas de su tiempo, bien de manera directa y cercana a las "novelas de tesis", como en Mary Barton o Norte y Sur, bien a trav¨¦s de un uso mucho m¨¢s acentuado de la novela de corte intimista, como en Los amores de Sylvia (Del Bronce, 2002) o la inacabada Hijas y esposas (Del Bronce, 2000), porque Gaskell fue una autora consciente del mundo en que viv¨ªa y decidida a sacar sus ideas al exterior.
Estos Cuentos g¨®ticos siguen mostrando su esp¨ªritu anal¨ªtico, pues poseen los elementos caracter¨ªsticos del g¨¦nero, pero hay adem¨¢s un deseo de indagaci¨®n, de intentar ver m¨¢s all¨¢ de la apariencia g¨®tica que casa perfectamente con el temperamento de su autora. Queda a la vista en La bruja Lois, una impresionante reconstrucci¨®n del famoso episodio de la caza de brujas en Salen en el siglo XVII, de una ejemplaridad did¨¢ctica que no cede un ¨¢pice a la formidable intensidad dram¨¢tica. La maldici¨®n de los Griffith, que contiene una de las maldiciones m¨¢s truculentas que han tenido cabida en un relato, se desarrolla como un perfecto melodrama en el que descubrimos algo m¨¢s: una incursi¨®n en los fundamentos del g¨¦nero, y lo mismo puede decirse de La clarisa pobre, donde con un empleo noble y convincente de la casualidad para sacar adelante un intrincado argumento, aborda una variante del tema del doble. La rama torcida trata con crudeza realista el tema del hijo echado a perder; es un cuento cl¨¢sico que transcurre con inquietante tranquilidad hasta adquirir una extraordinaria temperatura dram¨¢tica final. La historia del caballero es una vuelta de tornillo al tema de la doble identidad resuelto de manera previsible -Gaskell construye estas intrigas sin miedo a ser descubierta antes de tiempo, pues su intenci¨®n salta siempre por encima de la an¨¦cdota en la que se apoya- con una muy bella escena final que descubre, como por arte de magia, un episodio de cr¨®nica negra. Curioso, de ser cierto, es una preciosa enso?aci¨®n llena de humor acerca de la esencia misma de lo fant¨¢stico. La mujer gris es un memorable relato sobre el miedo construido con toda la carpinter¨ªa del melodrama g¨®tico. Y en La vieja ni?era nos encontraremos con unos fantasmas reales que se disponen a representar una escena terrible.
Hay siempre una ¨²ltima dis
tancia en todos ellos, la distancia que interpone una autora consciente del mundo que la rodea, lo que revela en su uso literario de lo g¨®tico un aire distinto y muy interesante respecto a las obras cl¨¢sicas del g¨¦nero. V¨¦ase, si no, el relato de la soledad y el extra?amiento de la mujer casada a su pesar en el ¨²ltimo de los relatos. En fin, porque contienen todo eso nos gustan tanto las viejas historias.

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