Llega el hurac¨¢n Cristina
La senadora y esposa del actual presidente comienza la carrera electoral para relevar a su marido
Evita Per¨®n no pudo ser la candidata a vicepresidente de Argentina de su marido, Juan Domingo Per¨®n, en 1952 por presiones de su partido y de los militares. En cambio, Cristina Fern¨¢ndez, la mujer del actual jefe de Estado, N¨¦stor Kirchner -ambos peronistas que reniegan de la est¨¦tica peronista-, inici¨® anteanoche (madrugada de ayer en Espa?a) su carrera a la presidencia de Argentina, que se dirimir¨¢ en las elecciones del 28 de octubre pr¨®ximo. De momento tiene entre el 50% y 60% de intenci¨®n de voto, muy por delante de sus principales rivales, el ex ministro de Econom¨ªa de Kirchner, Roberto Lavagna, que se presenta como independiente, y la izquierdista Elisa Carri¨®.
Con su tono impetuoso, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner llam¨® a un "di¨¢logo social" entre trabajadores y empresarios para continuar con el "modelo de acumulaci¨®n e inclusi¨®n social" que inici¨® su esposo hace cuatro a?os, cuando Argentina comenzaba a salir de su ¨²ltima crisis pol¨ªtica, social y econ¨®mica. Fern¨¢ndez de Kirchner comenz¨® su campa?a en La Plata (60 kil¨®metros al sur de Buenos Aires), la ciudad donde naci¨® hace 54 a?os y donde conoci¨® a su marido cuando eran estudiantes universitarios. A ¨¦l le dedic¨®, al borde de las l¨¢grimas, el final de su discurso. ?l, sentado en el palco junto a sus ministros, escuchaba con la mano derecha en la boca.
"Cambio de conducta"
Frente a los que juzgan como nepotismo que el presidente designe a su mujer como candidata a sucederlo, ella reivindic¨® el gesto de que su marido no busque la reelecci¨®n. "No es com¨²n que alguien con m¨¢s del 70% de opini¨®n positiva y con m¨¢s del 50% de intenci¨®n de voto decida no seguir. ?ste es el cambio m¨¢s importante: el de las propias conductas. Usted tiene autoridad, no porque se enoje, sino por lo que hizo y hace. Tampoco se la crea, no es ning¨²n h¨¦roe, pero tampoco es un hombre com¨²n. Los argentinos no lo van a olvidar y espero, en un ejercicio de ego¨ªsmo personal, que no lo extra?en demasiado", dijo mientras los 2.000 mandos peronistas que llenaban el moderno Teatro Argentino aplaud¨ªan de pie.
La senadora y primera dama, vestida con un traje de color marfil y tacones altos, hablaba desde un escenario montado para ella sola, en el que ca¨ªan papelitos celestes y blancos, los colores de la bandera argentina.
Horas antes del acto, en la autopista de Buenos Aires a La Plata se acumulaban los autobuses desvencijados que llevaban a personas de las barriadas pobres hacia el mitin. Pero los 10.000 militantes con banderas argentinas, im¨¢genes de Evita y el cl¨¢sico bombo peronista permanecieron afuera del teatro. Seguidores de diversos candidatos a alcaldes de ayuntamientos bonaerenses se enfrentaron con palos y piedras para ocupar los primeros espacios en la movilizaci¨®n. Unos 350 polic¨ªas los custodiaban y vallas negras imped¨ªan el acceso al Argentino, alquilado por el partido peronista. Dentro del teatro se sentaron los funcionarios, dirigentes pol¨ªticos, sociales, abuelas y madres de Plaza de Mayo y periodistas, que se debieron acreditar en la Secretar¨ªa de Medios de la Naci¨®n y recoger sus pases en la Casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Antes de entrar en el escenario, Fern¨¢ndez de Kirchner fue presentada como "senadora y futura presidenta de los argentinos". Nunca antes una mujer fue elegida presidenta en este pa¨ªs de Suram¨¦rica, una regi¨®n donde ya gobierna Michelle Bachelet en Chile. S¨®lo una mujer ocup¨® la presidencia argentina y fue una experiencia traum¨¢tica: la tercera esposa de Per¨®n, Isabelita, que hab¨ªa sido elegida vicepresidenta en 1973 y que, tras quedar viuda, gobern¨® entre 1974 y 1976. Cristina, como llaman a la candidata, destac¨® el papel de otras mujeres en la historia argentina: "No es casualidad que durante la dictadura hayan sido mujeres las que se pusieron pa?uelos blancos en las cabezas para buscar a los desaparecidos pol¨ªticos".
En su discurso, la candidata dijo que ven¨ªa a hablar de las tres "construcciones" sobre las que se bas¨® el Gobierno de N¨¦stor Kirchner y sobre las que se asentar¨ªa ella: "La reconstrucci¨®n del Estado democr¨¢tico constitucional, la construcci¨®n del modelo econ¨®mico y social y la construcci¨®n cultural, para recuperar la autoestima perdida". En cuanto al Estado democr¨¢tico constitucional, la senadora destac¨® que los tres poderes del Estado han recuperado sus papeles. Record¨® que el poder legislativo antes votaba leyes por presi¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI), de los sobornos -como cuando se vot¨® la flexibilizaci¨®n laboral- o de los militares en las calles -como cuando se votaron las leyes del perd¨®n para los que hab¨ªan cometido violaciones de los derechos humanos en la dictadura militar (1976-1983)-.
Tambi¨¦n apunt¨® contra la Corte Suprema por "convalidar la depredaci¨®n del Estado", en alusi¨®n a las reformas liberales de la d¨¦cada pasada. Record¨® que en los ¨²ltimos a?os se echaron por tierra las leyes del perd¨®n y los indultos a la c¨²pula de la dictadura.
En cuanto a la pol¨ªtica econ¨®mica y social, dijo que su "modelo de acumulaci¨®n e inclusi¨®n social es la contracara del modelo de transferencia neoliberal de los noventa". Se pregunt¨® cu¨¢l es la raz¨®n por la que el Gobierno de su marido redujo el paro y la deuda, aument¨® los salarios y se "desembaraz¨®" del FMI, al cancelar el pasivo con este organismo. Ella misma respondi¨® que fue por el modelo de "claro perfil industrial", con el que la agricultura logr¨® cosechas hist¨®ricas y se inici¨® un "proceso de reindustrializaci¨®n". Eso s¨ª, no olvid¨® que a¨²n persiste la pobreza, que afecta al 27% de los argentinos.
Una rebelde a la que comparan con Hillary
El presidente de Argentina, N¨¦stor Kirchner, lleg¨® al Teatro Argentino de La Plata 15 minutos antes de que su esposa, Cristina Fern¨¢ndez, empezase a hablar. Despu¨¦s se proyect¨® un v¨ªdeo de la candidata en campa?a, trabajando y junto con l¨ªderes internacionales, dado que ella busca desarrollar una pol¨ªtica exterior m¨¢s activa que la de Kirchner. Aparec¨ªa con Hugo Ch¨¢vez, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, Felipe Gonz¨¢lez, los Reyes de Espa?a, la princesa M¨¢xima de Holanda (de origen argentino) y Hillary Clinton, con quien diversos analistas la comparan. En su discurso, la candidata record¨® la frase de Bill Clinton de "es la econom¨ªa, est¨²pido", al decir que "la vida de los argentinos se arregla o desarregla desde la econom¨ªa".
A la candidata presidencial le gusta que la llamen Cristina Fern¨¢ndez, sin el apellido de su marido, en contraposici¨®n a la costumbre argentina y a como todos la conocen. Sus seguidores recuerdan que la actual senadora por la provincia de Buenos Aires siempre desarroll¨® su carrera con vuelo propio.
Fern¨¢ndez fue conocida a escala nacional antes que su marido porque en la d¨¦cada pasada se gan¨® la fama de rebelde en el grupo parlamentario peronista, que en su mayor¨ªa se adher¨ªa al entonces presidente Carlos Menem (1989-1999).
Naci¨® en La Plata el 19 de febrero de 1953 y estudio Derecho en los convulsionados a?os setenta. En la Universidad conoci¨® a N¨¦stor Kirchner. Juntos militaban en el ala izquierda del peronismo. En 1975 se casaron y se marcharon a Santa Cruz. Durante la ¨²ltima dictadura militar argentina (1976-1983) se dedicaron a la actividad privada como abogados.
En 1989, Cristina Fern¨¢ndez fue elegida por primera vez diputada provincial de Santa Cruz. En 1994 particip¨® en la asamblea que reform¨® la Constituci¨®n argentina y que permiti¨® la reelecci¨®n presidencial, tal como pretend¨ªa Menem. En 1995, Santa Cruz la eligi¨® senadora nacional. Hace dos a?os consigui¨® el 46% de los votos en la provincia de Buenos Aires, donde vive el 38% de los argentinos, en unas elecciones legislativas frente a la tambi¨¦n peronista Hilda Gonz¨¢lez de Duhalde. Para los comicios presidenciales de octubre, las encuestas muestran que Cristina Kirchner no tiene rival.
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