Meter mano sale (casi) gratis
Un juez multa con 22.000 euros a un m¨¦dico por abusar de siete mujeres, pero ni le inhabilita ni le obliga a indemnizar a las v¨ªctimas
Carmen no sale de su asombro. Porque a finales de febrero de 2004, un m¨¦dico rehabilitador del centro de salud Federica Montseny, en Puente de Vallecas, le meti¨® mano y ahora, tres a?os m¨¢s tarde, le ha salido pr¨¢cticamente gratis. Adem¨¢s, el doctor abus¨® sexualmente de otras seis pacientes, entre 2002 y 2004. Les tocaba en los genitales y los pechos. As¨ª lo reconoce una sentencia del Juzgado de lo Penal n¨²mero 19 de Madrid adelantada ayer por la cadena SER, que condena al m¨¦dico a pagar alrededor de 22.000 euros por lo sucedido. La sanci¨®n, sin embargo, la tendr¨¢ que abonar al Estado. "Se le pod¨ªa poner una pena de c¨¢rcel o una multa. Han optado por lo ¨²ltimo, como si fuera una simple multa de tr¨¢fico", explicaba ayer el abogado de varias de las v¨ªctimas, Israel Garc¨ªa.
"Fue directo a tocarme por debajo de las bragas", recuerda Carmen, una paciente
Sorprendentemente, la sentencia no inhabilita al m¨¦dico y tampoco fija una indemnizaci¨®n para las siete mujeres. Este extremo las ha indignado. "Para m¨ª el dinero no era lo importante. Lo grave es que este se?or sigue ejerciendo su profesi¨®n, aunque sea con la vigilancia de una enfermera", se quejaba Carmen. Adem¨¢s, el juez, que condena al m¨¦dico por un delito de abusos sexuales, absuelve al acusado del delito de abusos sexuales agravado, diferentes entre s¨ª. Este ¨²ltimo delito, contemplado en el art¨ªculo 182 del C¨®digo Penal, consiste en el "acceso carnal, introducci¨®n de objetos o penetraci¨®n bucal o anal". En ese caso las penas pueden ascender hasta a 10 a?os de prisi¨®n.
"La sensaci¨®n que da es que en Espa?a un m¨¦dico puede abusar sexualmente de una paciente y que no pasa nada mientras tenga cuatro millones de pesetas en el banco", se?alaba Garc¨ªa. Por un lado, dec¨ªa el abogado, estaban satisfechos: "La sentencia reconoce los hechos". Pero por otro, contrariados: "Por siete delitos sexuales la multa no puede ser tan exigua".
Carmen trabajaba en una oficina. Y como tantos espa?oles que sufren enfrente de un ordenador, ten¨ªa las cervicales hechas polvo. As¨ª que acudi¨® al m¨¦dico. Seg¨²n explica, la actuaci¨®n del doctor fue "paulatina y fr¨ªa". As¨ª, el primer d¨ªa que lleg¨® a la consulta, el doctor le orden¨® que se quitara la ropa de cintura para arriba. "Me toc¨® las cervicales y la espalda por detr¨¢s", recordaba Carmen. Hasta ah¨ª todo m¨¢s o menos normal. Pero el segundo d¨ªa el m¨¦dico le pidi¨® que se quitara tambi¨¦n los pantalones. "Me masaje¨®, adem¨¢s de las cervicales, los muslos", describ¨ªa. A la mujer le pareci¨® "raro", pero al mismo tiempo, explicaba, confi¨® en el hombre. "No piensas que eso pueda suceder", se?alaba.
A partir del tercer d¨ªa el asunto fue m¨¢s extra?o: "En esa ocasi¨®n ya ni me toc¨® el cuello pr¨¢cticamente. S¨®lo los muslos". Y por fin, el cuarto y ¨²ltimo d¨ªa que Carmen estuvo en manos del m¨¦dico, ¨¦ste fue un paso m¨¢s all¨¢. "Fue directo a tocarme debajo de las bragas", recordaba indignada la mujer en conversaci¨®n telef¨®nica. Entonces, Carmen puso la excusa de que se estaba mareando y se march¨® de la consulta. "Sal¨ª llorando", recuerda con tristeza.
Otra de las particularidades del doctor era que trataba a las pacientes en una sala que cerraba con llave. "Te fijas y te parece extra?o, pero realmente no lo piensas. Porque ¨¦l era muy correcto y muy serio en todo momento", explicaba Carmen. La mujer, con todos esos recuerdos vivos en su mente, dec¨ªa: "La sentencia me parece incre¨ªble, light e injusta. Pretend¨ªamos que no volviera a ejercer en su vida como m¨¦dico".
Carmen fue una de las siete mujeres de las que abus¨® el condenado. Seg¨²n recoge la sentencia, el m¨¦dico actu¨® de manera similar con todas. "Acudi¨® a consulta por una contractura muscular, comenzando el acusado a tocarle las nalgas, meti¨¦ndole la braga por la raja del culo e introduciendo despu¨¦s los dedos por dentro de la citada prenda, llegando hasta los genitales", reza parte del documento.
"Presentaremos un recurso de apelaci¨®n solicitando pena de prisi¨®n y la inhabilitaci¨®n del m¨¦dico", anunci¨® el abogado. Durante el juicio, tanto la fiscal¨ªa como las acusaciones particulares exigieron penas de prisi¨®n para el acusado. Este peri¨®dico intent¨® conocer la opini¨®n de la Consejer¨ªa de Sanidad respecto a esta sentencia, adem¨¢s de saber por qu¨¦ el departamento que dirige Juan Jos¨¦ G¨¹emes no decide inhabilitar al doctor por su cuenta. Un portavoz prometi¨® responder a lo largo de la tarde. Pero nunca m¨¢s se supo, a pesar de que se intent¨® contactar con ¨¦l repetidas veces.
La ¨²nica opini¨®n de Sanidad la logr¨® la cadena SER por la ma?ana, a la que explic¨® que en su d¨ªa ya se inhabilit¨® de empleo y sueldo al m¨¦dico durante seis meses, la m¨¢xima sanci¨®n por los hechos sobre los que no hay sentencia firme. Pasado ese tiempo, el hombre retorn¨® a su puesto de trabajo, explicaron. Adem¨¢s, seg¨²n la consejer¨ªa, dirigida en el momento de los hechos por Manuel Lamela, el doctor ya no ha vuelto a pasar consulta solo. Le acompa?a una enfermera que, adem¨¢s, hace de vigilante.
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