La paciente lucha contra la ilegalidad

Rafael Romero es inspector de la Polic¨ªa Local de El Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz). En esta localidad, en la que existen unas 5.000 viviendas ilegales, en cada turno de trabajo una pareja de agentes patrulla por las zonas de proliferaci¨®n de construcciones para evitar que el fen¨®meno vaya a m¨¢s. Entre ellos se encuentra Romero, ronde?o de 47 a?os. Lleva en la Polic¨ªa desde 1988 y ha visto la evoluci¨®n de la ciudad: "Las urbanizaciones nuevas surgen como hongos".

Romero y su compa?ero eligen cada d¨ªa, sobre un mapa, una zona. Acuden, dan una vuelta, y si detectan alguna obra, hacen fotos y piden la licencia. "Normalmente, no la tienen, claro, porque son terrenos en los que no se puede construir, as¨ª que levantamos un acta de infracci¨®n". El inspector se enfrenta a caras largas. "No les hace gracia, claro, pero tampoco se enfrentan porque son conscientes de lo que hacen es ilegal".

Reconoce que su trabajo no es agradable. "Sabemos que la vivienda est¨¢ muy cara, que es un problema para los vecinos, y muchos de los que se levantan casas ilegales lo hacen como primera residencia". Tambi¨¦n le ha tocado precintar alguna que otra vivienda. Hace s¨®lo unas semanas desaloj¨® a los vecinos de unas casas sobre las que pesa una orden de derribo, en un ¨¢rea conocida como Cantarranas. "Es duro echar a tres familias de sus casas cuando en la ciudad hay miles de viviendas igual de ilegales que las suyas", se?ala Rafael Romero.

Tampoco son bienvenidos los agentes cuando tienen que parar una obra por decreto del ¨¢rea de Urbanismo. "Son los momentos m¨¢s conflictivos". Pero se sigue construyendo. "Nosotros levantamos infracciones, les llegan sanciones, pero como nunca se derriba nada, la gente tira para adelante".

Una observaci¨®n en la que coincide ?lvaro de Ory, responsable de Medio Ambiente y Urbanismo de la Polic¨ªa Auton¨®mica de C¨¢diz. "Notamos que existe m¨¢s miedo que cuando comenzamos a trabajar en estos casos, a principios de 2003. Pero las peticiones de actuaci¨®n nos llegan igual, no bajan, as¨ª que no s¨¦ hasta que punto la gente es totalmente consciente".

La Polic¨ªa Auton¨®mica s¨®lo trabaja a instancia de la Fiscal¨ªa o de un juzgado. Cada a?o investigan unos 50 casos contra la ordenaci¨®n del territorio con alrededor de 75 imputados. En muchas ocasiones, las pesquisas acaban con imputaciones por otros delitos como falsedad documental, desobediencia a la autoridad, estafa o prevaricaci¨®n.

Ory asegura que le gusta su trabajo, pese a que los frutos de sus investigaciones no se han visto hasta ahora. El primer juicio por caso urban¨ªstico basado en el trabajo de la Polic¨ªa Auton¨®mica se juzg¨® en junio, cuatro a?os y medio despu¨¦s de que comenzara a funcionar este servicio.

Romero y Ory no son los ¨²nicos que se dedican a la vigilancia urban¨ªstica en la provincia, aunque en la mayor¨ªa de las poblaciones no existen agentes destinados exclusivamente a estas tareas. La Guardia Civil destina tres personas al control urban¨ªstico, y en Chiclana, por ejemplo, tres agentes patrullan diariamente por las zonas de crecimiento de la poblaci¨®n. Pero el trabajo da para muchos m¨¢s.

"Cuando nos llaman de un lugar, por el camino vemos otras muchas construcciones ilegales. Incluso quienes sufren una inspecci¨®n nos alertan de que no son los ¨²nicos y nos reprochan que no investiguemos otras viviendas. A nuestro regreso, todas las obras est¨¢n cerradas y no queda nadie. Nos han visto y saben que podemos volver a por ellos". No es que hayan aprendido la lecci¨®n. M¨¢s bien es una estrategia para evitar la sanci¨®n. A los pocos d¨ªas, la obra volver¨¢ a estar en funcionamiento. Ni S¨ªsifo lo tuvo tan dif¨ªcil.