Sinceridad y temple

La bailaora Eva Yerbabuena derriti¨® el escenario del Teatre Grec de Montju?c con su ¨²ltimo espect¨¢culo Santo y se?a. El p¨²blico que descubri¨® a esta granadina hace aproximadamente unos 10 a?os, en el tablado El Cordob¨¦s de Las Ramblas de Barcelona donde realiz¨® algunas actuaciones, presagi¨® su triunfo y fue ese mismo p¨²blico el que la noche del viernes se sinti¨® orgulloso ante el brillante baile de esta artista, ahora convertida en una figura del flamenco.

La Yerbabuena es una mujer menuda, de expresi¨®n enigm¨¢tica. Una bailaora que se rige por los c¨¢nones del clasicismo flamenco con alguna concesi¨®n contempor¨¢nea. Su baile tiene temple y contundencia, lentifica el desgarro de su gesto con una elegancia natural, mientras su zapateado, vers¨¢til, seguro y electrizante, golpea el suelo con continuas caricias. El braceo felino lo dominan el giro de sus expresivas manos y sus imp¨²dicas caderas se dejan arrullar por la m¨²sica, en tanto que la cintura cimbrea con insolencia. Su baile destila sinceridad de raza.

El espect¨¢culo que ofreci¨® en el Teatre Grec, Santo y se?a, es una antolog¨ªa de sus espect¨¢culo anteriores: Eva, 5 Mujeres 5, La voz del silencio, A cuatro voces y El huso de la memoria. Espect¨¢culos con los que ha obtenido entre otros muchos galardones el Premio Nacional de Danza (2001), el Premio Giraldillo de la Bienal de Sevilla (2002), el Premio Max de las Artes Esc¨¦nicas (2006 ) y la Medalla de Andaluc¨ªa (2007).

A diferencia de los anteriores, su ¨²ltimo trabajo no tiene un hilo argumental, se presenta como un intenso paseo por los distintos palos del flamenco. El cuerpo de baile compuesto por cuatro bailaores -Mariano Bernal, Eduardo Guerrero, Alejandro Rodr¨ªguez y Juan Manuel Zurano- nunca baila junto a Eva. Ellos sirven de transici¨®n cuando la bailaora se cambia de traje. Su flamenco es exigente y resulta un cuarteto cohesionado.

Otra de los alicientes del espect¨¢culo es la sugestiva m¨²sica de Paco Jarana, que interpreta en directo a la guitarra junto a Manuel de la Luz, el percusionista Manuel El P¨¢jaro y el saxo y flauta Ignacio Vidaechea.

Magn¨ªficos los cantaores Enrique Soto, Pepe de Pura, Jeromo Segura y Jos¨¦ Valencia. La circunstancia de que en ocasiones canten entre el p¨²blico es otro atractivo de este magn¨ªfico espect¨¢culo de 90 minutos de duraci¨®n con 15 artistas en escena.

Eva inicia Santo y se?a con una sentida seguidilla, en la que deslumbra por su arrebatadora fuerza. Luego con bata de cola y mant¨®n baila un mirabr¨¢s, t¨ªpico de C¨¢diz para acabar con la sole¨¢, ese dram¨¢tico palo que en ella alcanza una majetuosidad sagrada.

Todo el espect¨¢culo est¨¢ ba?ado por una luz tenue que intensifica la fuerza del flamenco de este conjunto de artistas.