El recuerdo del horror de Yemen
Los gu¨ªas vascos tratan de superar la muerte de su compa?eros Mikel Essery y Magie ?lvarez
Los gu¨ªas de viajes de aventura, los que se salen de los reccorridos trillados de los tours operadores, todav¨ªa no lo han digerido. El atentado en Yemen del pasado 2 de julio les ha dejado en silencio, pensativos. La muerte de los dos gu¨ªas vascos, Mikel Essery y Magie ?lvarez, ha prolongado la onda expansiva hasta Euskadi. "La nuestra no es una profesi¨®n de riesgo. M¨¢s all¨¢ del aire rom¨¢ntico y bohemio de los viajes, para nosotros son un trabajo que nos exige una gran dedicaci¨®n y entrega", aclara I?igo Krug, con m¨¢s de 70 pa¨ªses recorridos y adelantado de esta actividad en Espa?a. "Los ¨²nicos riesgos que asumimos son los accidentes de tr¨¢fico, lo mismo que si viajas por cualquier carretera del mundo. Si sabemos que corremos serio peligro, sencillamente, no vamos", agrega Jon Lazkano, responsable de viajes Banoa, la agencia a la que pertenec¨ªan los dos gu¨ªas fallecidos.
"Viajar no se ha convertido en una profesi¨®n peligrosa", dice el responsable de la agencia Banoa
"Muchos procedemos del mundo de la monta?a. Comenzamos en la d¨¦cada de los 90, atra¨ªdos por las cimas. Busc¨¢bamos d¨®nde estaban y dise?¨¢bamos el modo de llegar. Con los a?os le hemos dado la vuelta. Ahora nos atraen m¨¢s las rutas", explica Lazkano con naturalidad para justificar sus 20 a?os dedicados a viajar. "Lo de Yemen nos ha sorprendido. Viajar no se ha convertido en una profesi¨®n peligrosa, simplemente hay que estar cada vez m¨¢s sensibilizado con la seguridad", reconoce con la conciencia tranquila de quien no programa una ruta sin antes estudiar todos los riesgos.
Y as¨ª lo ha hecho desde siempre. El n¨²mero de pa¨ªses en los que ha guiado se pierden en su memoria: Pakist¨¢n, Yemen, Ir¨¢n, Nepal, Argelia, Senegal, N¨ªger, Marruecos... "De toda esa experiencia y de las horas dedicadas a documentarte desarrollas una sensibilidad que ayuda a la persona que acompa?as a cruzar la frontera de los estereotipos y acercarse a los pa¨ªses desde su lado m¨¢s social", explica. "Por eso, tras la muerte de Mikel no ha dejado de llamarnos gente, para quien Mikel era m¨¢s que un gu¨ªa; se hab¨ªa convertido en su amigo, en un persona especial".
A I?igo Krug no le atrajeron las monta?as, sino la aventura para salir a la carretera. Desde que cumpli¨® la mayor¨ªa de edad no ha parado. Ahora, con 45 a?os, gu¨ªa siete meses al a?o para dedicarse el resto del tiempo a coordinar los viajes y a disfrutarlos en sus propias vacaciones. "Es un veneno. Estudi¨¦ Periodismo, recorr¨ª toda China en bicicleta, me cas¨¦ con una sueca. Me perd¨ª por Marruecos y acab¨¦ optando por guiar para mantener la mochila al hombro el m¨¢ximo tiempo posible", explica. Pero advierte, contra cualquier tentaci¨®n rom¨¢ntica, que para ellos se trata ante todo de un trabajo que exige infinidad de horas de preparaci¨®n de una ruta y, que, una vez en ella, hay que ofrecer una dedicaci¨®n plana al grupo, a los clientes.
"Somos profesionales. Una raza aparte que no deja de mirarlo todo con curiosidad y de abrir ventanas a quienes nos acompa?an. Hacer turismo no es s¨®lo tachar pa¨ªses de la lista de destinos", remarca a punto de partir hacia Islandia, destino al que seguir¨¢n despu¨¦s a ?frica para guiar un safari, la Ruta de la Seda, Nueva Zelanda y la Patagonia. "Hay pocos libros tan completos como los gu¨ªas", concluye Krug, uno de los pocos que puede permitirse trabajar a tiempo completo en esta actividad. "Para vivir de esto necesitas mucha experiencia y la polivalencia de haber conocido la mayor¨ªa de los pa¨ªses".
Por el contrario, Xabier Ba?uelos compagina los viajes con la oficina de comunicaci¨®n de la agencia Bolunta de Bilbao. Una actividad a la que se dedica durante el curso para escaparse a Siria y Tanzania todos los veranos. "Llevo m¨¢s de ocho a?os sin vacaciones", aclara para dejar claro que su vocaci¨®n viajera es m¨¢s que una afici¨®n. "Todo conlleva un peligro. Viajar tambi¨¦n, y guiar un viaje supone un desgaste a?adido. Pero guiar llena, si transmites el entusiasmo por esos pa¨ªses, descubres rincones nuevos y acercas al turista a las diferentes culturas", afirma Ba?uelos con los mapas de Tanzania sobre la mesa.
Una situaci¨®n que tambi¨¦n comparte Fernando Odriozola, quien lleg¨® a Banoa de la mano de Essery. "Le entrevist¨¦ para un peri¨®dico y acabamos hablando de viajes. Yo hab¨ªa pasado dos a?os recorriendo todo Latinoam¨¦rica. Pas¨® un tiempo y me llam¨®", se?ala Odriozola todav¨ªa dolorido por la noticia. "Todos vamos a seguir viajando. Contamos con la motivaci¨®n suficiente para hacerlo. Viajar para nosotros es un modo de vida", sentencia convencido de que viajar tambi¨¦n es un arte y en esto los gu¨ªas son verdaderos especialistas.
"De vacaciones, no a la mili"
El coche bomba de Yemen se oy¨® de modo especial en la calle Ledesma de Bilbao. El reloj de la entrada parece marcar todav¨ªa la hora en la que estall¨® la noticia. Pero el ritmo sigue. "Ponemos todos los medios para evitar los riesgos. Si viajamos a un lugar es porque es seguro. En Yemen la gente te saluda por la calle. Est¨¢n orgullosos de que vayas a conocerlos. No llevamos a la gente a la mili, les llevamos de vacaciones", repite Jon Lazkano, responsable de viajes Banoa y con la bandeja del correo electr¨®nico todav¨ªa sin contestar. "Nos ha sorprendido la respuesta de la gente. Nos han llegado cientos de mensajes y nos han llamado varios clientes para darnos ¨¢nimos y preguntar por los ch¨®feres. Quer¨ªan saber si eran los que les llevaron a ellos. Estos viajes son diferentes, se crean verdaderas empat¨ªas con los lugares y las personas", contin¨²a.
Insiste Lazkano que el problema no son los destinos, sino el terrorismo. Sin embargo, el silencio est¨¢ ah¨ª. "El atentado nos ha dejado tocados. Ahora estamos m¨¢s sensibilizados, m¨¢s conscientes de la inestabilidad que causa el terrorismo. Hemos viajado a Yemen cuatro veces al a?o durante la ¨²ltima d¨¦cada y nunca ha pasado nada, y los que van repiten".
"No hay que abandonar los viajes, sino seguir cuidando la seguridad como hasta ahora", insiste Fernando Odriozola, con la mochila ya preparada para guiar a 24 personas por todo Guatemala.
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