Habr¨¢ 'vacas locas' hasta 2012
Espa?a es el segundo pa¨ªs europeo en n¨²mero de casos, pero la enfermedad est¨¢ en declive
Una vaca loca ya no es noticia en Espa?a. Los 25 casos positivos registrados en los seis primeros meses de 2007 no han alarmado a nadie, aunque las autoridades prefieran mantener un perfil bajo en este tipo de informaciones. Tampoco los espa?oles tienen conciencia de que Espa?a es el segundo pa¨ªs de la UE en n¨²mero de positivos en estos a?os (en 2005 triplicaba las cifras de Francia, por poner un ejemplo) s¨®lo superada por el Reino Unido, epicentro de la enfermedad. Las vacas locas no infunden temor. El mercado se ha recuperado y los consumidores est¨¢n confiados a pesar de que los efectos se dejar¨¢n sentir durante un tiempo. ?Cu¨¢nto tiempo? Lo sabemos: 12 a?os. ?De cu¨¢ntas vacas locas estaremos hablando en Espa?a cuando esto acabe? M¨¢s o menos, la cifra rondar¨¢ las 800.
La producci¨®n est¨¢ recuperada: Espa?a exporta el 25% de su carne de vacuno
Una larga lista de medidas sanitarias ha permitido garantizar el consumo
Han pasado casi siete a?os desde aquel 22 de noviembre de 2000 cuando se anunci¨® el primer caso positivo en una granja de Carballedo (Lugo), que dio paso a unos meses de miedo entre los consumidores y desconcierto entre las autoridades. La Xunta gallega trat¨® de ocultar una mala noticia por el procedimiento de aniquilar cientos de reses para enterrarlas bajo cal viva en una mina abandonada. Fue a primeros de enero de 2001 en la localidad coru?esa de Mes¨ªa y las im¨¢genes del vertedero multiplicaron la sensaci¨®n de p¨¢nico.
La crisis dur¨® dos a?os, se improvisaron laboratorios, se construyeron incineradoras a toda prisa, se golpe¨® la actividad de los ganaderos a golpe de decreto hasta que el consumo se restableci¨® y la tranquilidad lleg¨® a los pol¨ªticos: los casos positivos empezaron a ser interpretados como mera rutina de una enfermedad que estaba bajo control.
Sin embargo, aquellos primeros a?os no fueron los m¨¢s duros. Los cient¨ªficos lo sab¨ªan, pero esa evidencia no lleg¨® al mercado, que se hab¨ªa recuperado antes que la enfermedad. El ¨²nico estudio epidemiol¨®gico efectuado en Espa?a sobre el caso anunciaba que los peores a?os ser¨ªan 2003 y 2004, a partir de los cuales el n¨²mero de casos empezar¨ªa a decaer.
Las estad¨ªsticas confirmaron las previsiones: en 2003 hubo 73 casos, frente a 138 en 2004. Para entonces, los precios ya se hab¨ªan recuperado y el mal de las vacas locas parec¨ªa algo del pasado. De hecho, el Gobierno de Zapatero ha vivido ajeno a este problema, a pesar de que durante su mandato se habr¨¢n registrado cerca de 270 positivos.
Es evidente que las medidas adoptadas convencieron a los ciudadanos de que ninguna vaca contaminada llegar¨ªa al consumo humano. El an¨¢lisis de todas las reses que llegan al matadero, la eliminaci¨®n de los famosos MER (materiales espec¨ªficos de riesgo), la incineraci¨®n de animales muertos y un largo etc¨¦tera de medidas sanitarias han permitido garantizar el consumo. Del origen y andanzas de cada filete que se consume en Espa?a el consumidor tiene m¨¢s informaci¨®n que de sus propios familiares. La producci¨®n est¨¢ tan recuperada que Espa?a exporta el 25% de su carne de vacuno.
Sin embargo, si el consumo est¨¢ garantizado, no puede afirmarse que la enfermedad haya sido eliminada por completo. Y mucho menos puede decirse algo sobre qu¨¦ productos, qu¨¦ empresas y qui¨¦nes contaminaron una parte de la caba?a de vacuno. Los culpables de una crisis que le ha costado al Estado y al sector ganadero miles de millones de euros (1.800 millones de p¨¦rdidas al sector ganadero, seg¨²n un informe del sindicato UPA) han pasado de rositas por una de las crisis alimentarias m¨¢s duras que han vivido Espa?a y Europa.
Algunos expertos critican que no se haya realizado un estudio epidemiol¨®gico activo de la enfermedad para descubrir c¨®mo se produjo la contaminaci¨®n. "Ciertas preguntas no se han hecho nunca. No ha interesado saber qui¨¦nes fueron los responsables, qu¨¦ marcas, qu¨¦ empresas. Se diluyeron las responsabilidades. Eso gener¨® falsas confianzas y que se levantara la mano", sostiene un cient¨ªfico que no desea ser identificado.
"No se hizo ese estudio", reconoce Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Vizca¨ªno, catedr¨¢tico de la facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. "Y la falta de ese estudio llev¨® a un error que fue pensar que estar¨ªamos libres de esa enfermedad simplemente porque no import¨¢bamos animales vivos del Reino Unido ni tampoco harinas de aquel pa¨ªs. No se contempl¨® que esas harinas de riesgo actuaban en un mercado triangular. Es decir, pod¨ªamos estar importando harinas de otros lugares sin sospechar que en esos sitios las compraban del Reino Unido".
S¨¢nchez Vizca¨ªno es uno de los autores del ¨²nico estudio epidemiol¨®gico efectuado en Espa?a. Recibi¨® el encargo en 2002. Junto a otros cient¨ªficos, calcularon cu¨¢les ser¨ªan los efectos de la enfermedad en Espa?a. Las principales conclusiones eran que hasta 2012 no dejar¨ªa de haber casos positivos, que ninguna res contaminada llegar¨ªa al consumo humano y que el descenso de casos comenzar¨ªa a partir de 2004. Las estad¨ªsticas se van cumpliendo, aunque no falten algunos sustos. "En 2006 est¨¢bamos en el punto alto de la horquilla", reconoce el director general de Ganader¨ªa, Carlos Escribano, "y nos tiene de los nervios eso de que estemos en cabeza de los pa¨ªses de Europa, pero hay una explicaci¨®n: aqu¨ª empezamos a sufrir casos m¨¢s tarde, por eso tardamos m¨¢s que los dem¨¢s en recuperarnos".
Galicia ha sido la comunidad m¨¢s afectada y la raza frisona la que m¨¢s casos ha dado (62,7%), hecho que se explica por la sospecha de que las harinas contaminadas fueron a parar, sobre todo, a los productos lactorreemplazantes. Un portavoz de la Xunta se limita a afirmar que en Galicia todo vacuno posterior a 2001 est¨¢ libre de la enfermedad.
Un extra?o caso tard¨ªo
Las estad¨ªsticas de casos positivos de vacas locas registradas en Espa?a llevan a la conclusi¨®n de que la enfermedad se gest¨® durante un espacio de tiempo coincidente con el consumo de harinas de origen animal, y ces¨® cuando ¨¦stas se prohibieron. Pero hay una excepci¨®n que ha causado cierta extra?eza: hay un caso que no encaja.
Efectivamente, de los 706 casos registrados hasta la fecha, todos menos uno pertenecen a reses que nacieron antes del a?o 2000. Los datos parecen confirmar que se trat¨® de una infecci¨®n ¨²nica pero muy larga y que se incub¨® en un periodo que va desde 1993 a 1998, justo antes de que se prohibiera el uso de harinas animales. Las autoridades sanitarias estiman que el sector respet¨® la prohibici¨®n.
Sin embargo, hay un caso que escapa a la estad¨ªstica y que ha causado cierta extra?eza, aunque no ha movido a la alarma. Corresponde a una res fallecida en el a?o 2005 en la localidad oscense de Fraga. Se trataba de una vaca frisona nacida el 14 de enero de 2002. Superaba el list¨®n del a?o 2000 y no se trataba de una vaca importada.
?Cu¨¢l ha sido la causa de su infecci¨®n? Seg¨²n las autoridades aragonesas, "no hay causa probada de alimentaci¨®n con harinas animales". La informaci¨®n que se ha dado sobre este caso en particular no es muy completa, pero no parece haber provocado ninguna preocupaci¨®n especial. Las vacas locas dejaron de ser noticia.
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