"Si volviese a nacer, ser¨ªa f¨ªsico"
Su discurso es pausado y de frases con argumento. Su casa, un enorme cubo en las afueras de Ourense, parece estar en conjunci¨®n con el cosmos, quiz¨¢ porque sabe que "Dios no juega a los dados con el hombre", como sentenci¨® su admirado Einstein. Adolfo Dom¨ªnguez (A Pobra de Trives, 1950) aparece en el sal¨®n por sorpresa. M¨¢s que caminar, da la impresi¨®n de que levita, aunque se mueve a un ritmo fren¨¦tico.
Pregunta. Al entrar en su p¨¢gina web lo primero que se lee es "contiene alma". ?Qu¨¦ es el alma?
Respuesta. Las investigaciones est¨¢n acorralando la creencia de que es algo distinto de la materia, aunque eso no cuestiona la existencia de Dios. Einstein era un gran creyente. Yo tengo mis dudas. Pero ¨¦sa es una frase que aparec¨ªa en una camiseta. Soy un dise?ador bastante interior. Mi mujer, Elena, dice que si no la tuviese al lado colapsar¨ªa por exceso de densidad.
"La obesidad ata?e al 50% de la poblaci¨®n y la anorexia al 0,00... Una sociedad que ve la anorexia y no la obesidad tiene un problema"
"En el cine no encontr¨¦ hueco y me dije: 'esto no es para m¨ª'. Soy pragm¨¢tico, si un muro cuesta agujerearlo, elijo un sitio m¨¢s f¨¢cil""
P. ?Cree en Dios?
R. No soy creyente a la manera cl¨¢sica. No comparto el Dios de las religiones monote¨ªstas. A lo mejor, comparto el de las religiones polite¨ªstas o el dios de Spinoza. No soy un laico recalcitrante ni un no creyente militante. Veo muchos valores en las religiones. El mundo ser¨ªa mucho peor sin ellas, con todo lo que tienen de negativo.
P. Tiene pinta de monje o de anacoreta. ?Es pose?
R. No soy ninguna de las dos cosas. Anacoreta es dif¨ªcil cuando diriges una empresa con 1.700 personas, pero mi vida particular es bastante retirada. Mi vida social es m¨¢s bien escasa. Soy m¨¢s interior que exterior. Mis aficiones son solitarias, como leer, escribir o escuchar m¨²sica.
P. Si tecleamos en Google las palabras "Adolfo Dom¨ªnguez escritor" sale un tipo que se llama Gustavo Adolfo Dom¨ªnguez Bastida, m¨¢s conocido como Gustavo Adolfo B¨¦cquer. ?No le molesta que no se reconozca su faceta como escritor?
R. B¨¦cquer es el segundo mejor poeta espa?ol del XIX. La primera fue Rosal¨ªa de Castro. No me molesta para nada. Yo soy un escritor aficionado.
P. ?Por qu¨¦ toca tambi¨¦n el palo de la literatura?
R. He escrito toda mi vida. Hilar palabras con la sintaxis correcta para m¨ª es un medio para poner orden en lo que me rodea.
P. ?Escribe a mano?
R. S¨ª, soy incapaz de escribir a m¨¢quina. Escribo con l¨¢piz y goma y luego lo paso al ordenador cuando no lo hace mi secretaria.
P. Antes se juzgaba la inteligencia de las personas por su caligraf¨ªa. ?C¨®mo es la suya?
R. No lo s¨¦, aunque la caligraf¨ªa es una manera de respetar a los dem¨¢s. Es como el estilo.
P. ?Es tambi¨¦n m¨¢s de aguja que de m¨¢quina de coser?
R. ?Huy! Ahora el proceso est¨¢ muy tecnificado. Tengo tantos frentes abiertos que no tengo tiempo para coger la aguja, aunque, por supuesto, s¨¦ hacerlo.
P. Public¨® la novela Juan Griego y una pieza teatral que se titula Todos los hombres. Y vendi¨® bastante. ?No va a continuar?
R. Siempre escribo, m¨¢s o menos, para poner orden en el caos. Pero no volver¨¦ a publicar porque ya he satisfecho ese deseo.
P. Hasta los zapatos que calza son de su firma. ?Nunca lleva ropa de otro dise?ador?
R. Nunca. ?Sabe la raz¨®n?
P. Porque le gusta la suya...
R. (Se r¨ªe) Porque me sale m¨¢s barata.
P. Acu?¨® el lema "la arruga es bella". ?No es lo mismo que defender que la errata es digna?
R. No s¨¦ si es digna o no, pero el error es absolutamente humano y absolutamente perdonable. Otra cosa es ser recalcitrante en el error porque eso ser¨ªa estupidez. Equivocarse y rectificar es signo de inteligencia.
P. Usted dijo que la obesidad se debe al ocio excesivo...
R. Se debe a que las neveras est¨¢n llenas. Cuando yo era ni?o estaban vac¨ªas. El ser humano siempre comi¨® menos de lo que quiso hasta hace 30 o 40 a?os.
P. ?Le gustan las sociedades delgadas?
R. Sin duda.
P. Le pueden caer palos por la anorexia.
R. Me da igual. La obesidad ata?e al 50% de la poblaci¨®n y la anorexia al 0,00... Una sociedad que ve la anorexia y no la obesidad tiene un problema.
P. ?Cu¨¢nto come?
R. No lo peso, pero lo justo para vivir. Aunque no completamente, soy casi vegetariano. Y m¨¢s bien, frut¨ªvoro. Soy descendiente de los ¨²ltimos monos que bajaron de los ¨¢rboles.
P. ?Cu¨¢nto deporte hace?
R. Como m¨ªnimo cuatro horas de nataci¨®n y tres de gimnasia a la semana. Adem¨¢s, paseo todos los d¨ªas y practico yoga tres veces por semana.
P. Xos¨¦ Cui?a tambi¨¦n practica yoga ahora.
R. No lo sab¨ªa, pero est¨¢ bien porque es un ejercicio excelente.
P. De no haberse dedicado a la moda, ?qu¨¦ le hubiese gustado ser? Estudi¨® cine en Par¨ªs...
R. Mi problema es que soy bastante disperso. No soy de la clase de gente que le gusta una actividad y se concentra en ella. Antes, a esta pregunta hubiese contestado concertista de chelo. Mejor, Mozart, al que adoro. Hubiese preferido tener talento musical que literario. La m¨²sica me fascina. Hoy dir¨ªa que si volviese a nacer, ser¨ªa f¨ªsico.
P. ?No ten¨ªa o¨ªdo?
R. No el suficiente. Tocaba el piano en el seminario, pero no ten¨ªa memoria musical ni habilidad manual. Me esforc¨¦ mucho, pero un compa?ero que no ten¨ªa nociones me adelant¨® en tres meses. Dej¨¦ de tocar. Fue una peque?a frustraci¨®n. En la vida uno no hace lo que quiere, sino lo que puede. Hay que cambiar el chip y en vez de hacer lo que te gusta, te tiene que gustar lo que haces.
P. ?No le gustaba el cine?
R. Menos que la m¨²sica, aunque es la m¨²sica del ojo. Pero no encontr¨¦ hueco. Al acabar de estudiar en Par¨ªs intent¨¦ entrar de meritorio y no hubo manera. Entonces me dije: "Esto no es para m¨ª". Soy bastante pragm¨¢tico. Si un muro me cuesta agujerearlo, elijo un sitio m¨¢s f¨¢cil.
UN LUSISTA CONVENCIDO
Adolfo Dom¨ªnguez confiesa ser una persona optimista. "Un empresario tiene que serlo por naturaleza", afirma mientras ense?a los cuadros de su hija Tiziana, que estudia Econ¨®micas en Madrid. "Ya est¨¢ en el papel de padre orgulloso", le reprocha Elena, su mujer, con la tiene otras dos hijas. Adolfo Dom¨ªnguez ha sufrido reveses. Le ardi¨® la f¨¢brica y tambi¨¦n super¨® una OPA presentada por Cortefiel. Tuvo crisis internas, como cuando sus hermanos, con los que comparte finca, se marcharon de la empresa por desavenencias. "No confundo lo p¨²blico con lo privado", comenta en gallego para escabullirse. Sorprende su manejo de la lengua de Rosal¨ªa. "Yo lo hablo bien y soy profundamente lusista. Independizar el gallego es un error porque nos quedamos sin la ventaja de una lengua que hablan 250 millones de personas. Y la lengua de Rosal¨ªa es muy parecida al portugu¨¦s".
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