Armstrong, en carrera
El ex campe¨®n y copropietario del Discovery sigue el Tour desde alg¨²n lugar de Europa y aconseja v¨ªa 'e-mail' a Bruyneel la t¨¢ctica para Contador
Lance Armstrong est¨¢ en el Tour. F¨ªsicamente se le espera el pr¨®ximo domingo en Par¨ªs, pero el siete veces ganador de la grand boucle lleva metido en carrera desde que lleg¨® a Europa. Est¨¢ de vacaciones y su paradero es un misterio, aunque las apuestas van a la par, repartidas entre los que le sit¨²an en la florida Provenza francesa y los que juran que anda con sus hijas por la Toscana, en Italia.
Pero Armstrong lleva dos tardes apareci¨¦ndose en la blackberry de su amigo y socio Johan Bruyneel, el director del Discovery Chanel, equipo del que el ex campe¨®n es copropietario todav¨ªa: "Tiene que atacar para descolgar a Kl?den y a Evans"; "ahora, ahora"; "m¨¢s tiempo, m¨¢s tiempo, necesita sacar m¨¢s tiempo"; o bien "cuidado con el descenso" son algunos de los mensajes instant¨¢neos que recibi¨® ayer Bruyneel en la pantalla de su computador de bolsillo mientras Contador y Rasmussen se peleaban en el Peyresourde.
"No parar¨¦ de atacar. No quiero tener la sensaci¨®n de no intentar coger el amarillo", dice el espa?ol
"Lance me tiene frito: mi blackberry echa humo", resume Bruyneel, sonriente y satisfecho del rendimiento de Alberto Contador y feliz al comprobar que su amigo Lance est¨¢ en la carrera, aunque sea a distancia. Parece que el texano est¨¢ disfrutando viendo las andanzas del chaval de Pinto, ¨¦se al que jalean por igual en los Pirineos los seguidores vascos de la marea naranja de Euskaltel y el chico que llevaba ayer una bandera morada de Castilla con estrella roja de cinco puntas. Ellos, como Armstrong, se identifican con el maillot blanco, con el ¨²nico ciclista capaz de poner en apuros a Rasmussen, el irreductible l¨ªder.
"No s¨¦ ni las veces que le he atacado", reconoc¨ªa ayer Contador; "he perdido la cuenta. Puede que no me haya servido de mucho, pero no voy a parar", avis¨® ayer el espa?ol junto al r¨ªo Neste, pasada la meta, al pie del Peyresourde.
Hubo quien s¨ª anot¨® los demarrajes del de Pinto: fueron cuatro subiendo (hubo un quinto, pero lo fren¨® la cercan¨ªa de una moto) y otro en el repecho de la bajada, cuando ya Hincapi¨¦ trabajaba para tratar de descolgar a Rasmussen. "No he podido soltarle, no ha habido manera", se lamentaba Contador. "Le atacaba, le miraba a la cara, desafiante, y siempre me cog¨ªa. Y s¨®lo pensaba en atacarle otra vez", recordaba il narratore, como le conocen ya los italianos, que resum¨ªa: "Rasmussen est¨¢ muy pero que muy fuerte. Yo no me voy a ir de aqu¨ª sin vaciarme. Me cueste caro o no, no dejar¨¦ de intentarlo. No quiero quedarme toda la vida con la sensaci¨®n de no haber tratado de coger el maillot amarillo. Me da igual si eso me pasa factura. El mi¨¦rcoles -por ma?ana- lo intento otra vez", asegur¨®.
Por su parte, Rasmussen, el l¨ªder, ve a Contador como la mayor amenaza para quitarle el maillot amarillo. "Es el ¨²nico capaz de hacerme sufrir", reconoci¨® ayer el dan¨¦s. "Tiene la aceleraci¨®n m¨¢s fuerte del pelot¨®n, pero hoy se ha beneficiado del rebufo de las motos", asegur¨®, molesto y sin entender por qu¨¦ su estado de forma levanta tantas sospechas.
Unas sospechas a las que Pat McQuaid, presidente de la UCI, ha dado p¨¢bulo al decir que preferir¨ªa que el dan¨¦s no ganara el Tour. "Con toda la especulaci¨®n que se ha generado a su alrededor, creo que ser¨ªa mejor que fuera otro el que ganara la carrera", afirm¨® el dirigente. "La ¨²ltima cosa que necesita nuestro deporte es m¨¢s especulaci¨®n sobre el dopaje", afirm¨®. Despu¨¦s, record¨® que, pese a que el ciclista ha sido apartado de la selecci¨®n danesa por no someterse a dos controles sorpresa en mayo y junio pasados, "no ha roto ninguna regla" y que "merece el beneficio de la duda".
Rasmussen esgrime sus argumentos y sale al paso de las acusaciones. "Me romp¨ª el f¨¦mur en octubre y desde entonces he trabajado muy duro pensando s¨®lo en el Tour, por eso estoy tan fuerte", se justificaba el corredor del Rabobank, que entiende que si sale vivo del infierno pirenaico de ma?ana seguir¨¢ de amarillo en Par¨ªs pase lo que pase en la contrarreloj de Ang?ul¨¨me.
Pero en el Discovery no olvidan que tras el d¨ªa de descanso en los Alpes, el dan¨¦s sufri¨® subiendo el Galibier. Hoy la carrera descansa, as¨ª que ma?ana es la fecha se?alada en el calendario del equipo de Contador. En el de Armstrong, que seguramente se reconoce en el chaval del maillot blanco, ¨¦se que sube como si levitara, la pedalada suave, un molinillo incesante que construyen ataques secos y elegantes. Sentado ante el televisor, y est¨¦ donde est¨¦, Armstrong se siente parte de la carrera cada vez que ve c¨®mo el de Pinto mira a los ojos a Rasmussen y le adivina una duda. Entonces, manda un mensaje de email: "M¨¢s ataque, m¨¢s ataque. Ahora".
A este paso, a Bruyneel le colapsa el correo.
Por otra parte, varios agentes de aduanas registraron los veh¨ªculos de los equipos Rabobank, CSC, Discovery Channel y Astana durante la etapa de ayer, al paso de los coches por la autopista A64, en el suroeste de Francia, junto a la frontera con Espa?a. Los agentes rechazaron posteriormente hacer declaraciones sobre los registros, que por un momento recordaron al esc¨¢ndalo Festina, en 1998, cuando la polic¨ªa encontr¨® sustancias dopantes en el coche del equipo franc¨¦s. "Ha sido un registro rutinario", explic¨® Brian Nygaard, portavoz del CSC; "nos pararon en el puesto de peaje y nos pidieron ver los papeles y lo que llevamos en el frigor¨ªfico. Cuando llevas vitaminas para los corredores debes hacer un papeleo". "Miraron las pertenencias de los corredores. No encontraron nada", a?adi¨® Corrine Druey, portavoz del Astana.
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