?Alegr¨ªa?
Deber¨ªa empezar esta columna con una exclamaci¨®n de alegr¨ªa. Evidente despu¨¦s de lo que acabo de ver en la ascensi¨®n del Aubisque: ?S¨ª, bravo Michael, te lo mereces, el Tour es todo tuyo, enhorabuena! Pero no puedo. No puedo porque ser¨ªa enga?arme a m¨ª mismo. Porque estoy muy contento por ¨¦l, eso es cierto, por mi compa?ero y por mi equipo, por lo que est¨¢n a punto de lograr (y lo que ya han logrado). Pero hay un poso de tristeza que empa?a toda esta alegr¨ªa.
La misma tristeza que pude ver en la rueda de prensa de Rasmussen en el d¨ªa de descanso. En esa rueda de prensa en la que nadie le pregunt¨® por lo que queda, por los rivales, por c¨®mo se ve y qu¨¦ es lo que espera de s¨ª mismo. No, nada de eso interesaba. No puede ser que nadie se d¨¦ cuenta de la circunstancia. Michael Rasmussen est¨¢ viviendo un sue?o hecho realidad. Quiso ser ciclista, as¨ª que se inici¨® en la bicicleta de monta?a y consigui¨® llegar a ser campe¨®n del mundo. Pero eso no era todo, quer¨ªa m¨¢s. Dio el salto a la carretera y quiso ser el mejor escalador del mundo, y consigui¨® ganar varias veces la clasificaci¨®n de la monta?a del Tour. Pero tampoco esto era todo, hab¨ªa algo m¨¢s. Porque tambi¨¦n quer¨ªa, alg¨²n d¨ªa, llegar de amarillo a Par¨ªs. Y ahora est¨¢ a punto de conseguirlo, un sue?o hecho realidad, el camino se le presenta f¨¢cil y llano despu¨¦s de superar con matr¨ªcula de honor la prueba de ayer, pero parece que todo esto a nadie le importa.
Porque parece ser que en Francia no va a ser un ganador grato. Ni para el p¨²blico (manipulado y mediatizado) ni para los organizadores. Y tampoco para el presidente de la UCI, lo que no deja de ser sorprendente: ?se puede ser tan parcial ocupando el puesto que ocupa? Por cierto que en Francia en este momento, cualquier ganador que no fuese franc¨¦s ser¨ªa no grato, por otra parte.
Para m¨ª Rasmussen va a ser el mejor ganador posible de este Tour porque as¨ª lo ha dictado la ley de la carretera. Eso se llama justicia deportiva, y sobre ella ¨¦l ha sido el m¨¢s fuerte. Fuera de ella, Michael ha cometido errores que ahora est¨¢ pagando. Pagando muy caro, adem¨¢s. Ayer enton¨® un mea culpa; asume su responsabilidad y es consciente del riesgo, porque ha recibido ya dos avisos, y las reglas de la UCI indican que tres son un positivo.
Yo ahora hago lo que puedo para correr ese velo de tristeza y empaparme de la alegr¨ªa de la victoria. Es dif¨ªcil, lo s¨¦, a¨²n est¨¢ muy reciente la desilusi¨®n de lo de Vinok¨²rov, y la de Heras, y la de Landis, y la de la Operaci¨®n Puerto. Dif¨ªcil pero no imposible. Habr¨¢ que pensar en Michael, en su sue?o, y en lo cerca que est¨¢ de conseguirlo.
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