Human Rights Watch denuncia abusos sexuales contra menores inmigrantes en centros canarios
La fiscal¨ªa investig¨® los hechos relatados por la ONG sin hallar indicios de los malos tratos
La ONG internacional Human Rights Watch tiene previsto presentar hoy un pol¨¦mico informe en el que denuncia violencia y abusos sexuales por parte de cuidadores en dos centros de acogida de menores inmigrantes de Canarias: La Esperanza, en Tenerife (con 200 menores), y Arinaga, en Las Palmas (con 135 menores), ambos dependientes del Gobierno aut¨®nomo. El informe levantar¨¢ pol¨¦mica porque sus conclusiones est¨¢n basadas en declaraciones sin contrastar de menores no identificados.
Simone Troller, la investigadora que llev¨® a cabo la tarea, explica su trabajo:
Pregunta. Ustedes titulan su informe Espa?a no protege los derechos de los menores extranjeros no acompa?ados en las Islas Canarias. ?C¨®mo han llegado a esa conclusi¨®n?
"No dimos nombres a la direcci¨®n del menor porque no sab¨ªamos qu¨¦ har¨ªan con ellos"
"La fiscal¨ªa no investig¨® bien, no llev¨® int¨¦rpretes y habl¨® con los ni?os en grupo"
"Hay malos tratos de los cuidadores a los menores, en especial a los m¨¢s peque?os"
Respuesta. Espa?a ha respondido a la llegada a Canarias de un n¨²mero sin precedentes de menores de una forma que viola el derecho internacional de esos ni?os. Concretamente, porque los que se encuentran en los centros de emergencia contin¨²an en peligro de sufrir maltratos y abusos. Nosotros hemos establecido los hechos y documentado los abusos. Y nadie parece sentirse responsable de lo que est¨¢ ocurriendo, ni el Gobierno de Canarias ni el Gobierno central.
P. Ustedes hablan de palizas, calabozos y abusos sexuales en centros de acogida de Tenerife y Gran Canaria. ?De unos menores sobre otros o de los cuidadores sobre los menores?
R. De los cuidadores sobre los menores, en particular sobre los m¨¢s peque?os.
P. El informe est¨¢ basado sobre todo en lo que le contaron los menores, que no aparecen identificados.
R. Tratamos sus testimonios como acusaciones, pero los consideramos muy seriamente. En especial algunos muy coherentes. Por ejemplo, cuando distintos chicos hablaban de los mismos hechos de una manera muy detallada y desde perspectivas diferentes. Algunos ten¨ªan cicatrices y marcas visibles en el rostro.
P. ?Usted les concede total credibilidad?
R. Respecto a los abusos y malos tratos en el centro de Arinaga, en Gran Canaria, los consideramos acusaciones y los denunciamos en la Fiscal¨ªa de Las Palmas.
P. ?Qu¨¦ les respondi¨®?
R. En realidad denunciamos los hechos ante dos instancias: la Direcci¨®n General del Menor de Canarias, que ostenta la tutela de los ni?os, y la Fiscal¨ªa de Las Palmas. La Direcci¨®n General del Menor contest¨® que s¨®lo pod¨ªa actuar si le proporcion¨¢bamos los nombres de las supuestas v¨ªctimas y de los supuestos autores.
P. ?Por qu¨¦ no se los dieron? ?No se fiaban de ¨¦l?
R. No se los dimos porque no sabemos lo que las autoridades van a hacer con esa informaci¨®n y porque tememos que los ni?os sean v¨ªctimas de una venganza por parte del personal del centro, a varios de cuyos miembros acusan como autores de esos delitos.
P. Pero al menos pod¨ªan haberle dado los nombres de los supuestos autores de los malos tratos.
R. No, porque en ese caso podr¨ªan demandarnos. Se?alarlos con el dedo nos convertir¨ªa en responsables legales.
P. ?Y la fiscal¨ªa qu¨¦ respondi¨®?
R. Abri¨® una investigaci¨®n y concluy¨® que no pod¨ªa constatar ninguna de las acusaciones que recogemos en el informe. Pero nos preocupa el m¨¦todo que ha utilizado para investigar estos hechos.
P. ?Por qu¨¦?
R. No llevaron int¨¦rpretes y, aparentemente, s¨®lo hablaron con los ni?os en grupo, lo que pudo inhibirles. Sabemos c¨®mo hicieron su investigaci¨®n porque nos enviaron una copia del informe. Un grupo de chicos incluso les dijo que no quer¨ªa hablar por miedo a que otros muchachos se chivaran a la direcci¨®n del centro. Por eso hemos enviado a la fiscal¨ªa una carta en la que le pedimos otra investigaci¨®n.
P. Dice que no facilit¨® a las autoridades los nombres de los presuntos agresores ni de las supuestas v¨ªctimas por miedo a que ¨¦stas sufrieran represalias. ?Pero si, seg¨²n usted, las estaban golpeando, torturando y violando! ?Qu¨¦ m¨¢s les pod¨ªan hacer?
R. En principio, hablamos de abusos sexuales en el centro de Arinaga, no de violaciones, porque no tenemos constancia de ellas. No quiero dar a entender que todos los ni?os est¨¢n siendo sometidos a abusos sexuales. En La Esperanza, los ni?os me dijeron que all¨ª los malos tratos terminaron un mes antes. Pero est¨¢ claro que los miembros del personal que supuestamente hab¨ªan participado en esos hechos continuaban en el centro.
P. Usted obtuvo los testimonios en enero y los hace p¨²blicos ahora, siete meses despu¨¦s. ?No se siente responsable de lo que hayan podido sufrir esos muchachos durante tanto tiempo?
R. Lo denunciamos a la Fiscal¨ªa de Las Palmas, que tiene la responsabilidad de investigar.
P. Pero la fiscal¨ªa no encontr¨® nada de lo que afirman.
R. Hoy mismo [por el martes] nos hemos reunido con la Fiscal¨ªa General del Estado, en concreto con Joaqu¨ªn S¨¢nchez Covisa, fiscal del Tribunal Supremo coordinador de Extranjer¨ªa, y con Jos¨¦ Mar¨ªa Paz Rubio, fiscal de Sala y coordinador de temas de protecci¨®n. Y ellos mismos se han quedado un poco sorprendidos del m¨¦todo empleado por la Fiscal¨ªa de Las Palmas y preocupados porque no haya detectado una situaci¨®n as¨ª. Van a pedirle un informe de c¨®mo ha hecho la investigaci¨®n, c¨®mo est¨¢n estos centros y qu¨¦ es lo que est¨¢ pasando en ellos.
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