Tras el discurso de Bush, Blair puede quedarse en casa
Leer el discurso pronunciado por el presidente Bush el 16 de julio, en el que pretend¨ªa inyectar nueva vida en el proceso de paz de Oriente Pr¨®ximo y orientarlo en una nueva direcci¨®n, es comprender por qu¨¦ sus pol¨ªticas en Irak han sido tan inequ¨ªvocamente catastr¨®ficas. Ignora por completo las realidades m¨¢s fundamentales del conflicto entre Israel y Palestina.
Presidente Bush. "En Gaza, los radicales de Ham¨¢s traicionaron al pueblo palestino al hacerse con el poder de forma ilegal y violenta".
La realidad. Al pueblo palestino no le traicionaron los miembros de Ham¨¢s, a los que hab¨ªa escogido para dirigir su Gobierno en las primeras elecciones aut¨¦nticamente democr¨¢ticas del mundo ¨¢rabe, sino Bush y el primer ministro Ehud Olmert, que, con una actitud t¨ªpicamente colonial, planearon derrocar a los gobernantes democr¨¢ticamente elegidos por el pueblo palestino a base de suministrar armas y dinero a Al Fatah, el partido que perdi¨® las elecciones. Los t¨¦rminos empleados por Bush -"agresi¨®n", "ilegalidad" y "traici¨®n"- definen muy bien su intento fracasado de lograr que el partido rechazado por los votantes palestinos llevara a cabo un golpe de Estado contra Ham¨¢s, el partido vencedor. Ham¨¢s consigui¨® vencer a los insurrectos y a su l¨ªder, Mohammed Dahlan -principal caudillo de Gaza y consejero de seguridad nacional de Abbas-, y los expuls¨® a todos de Gaza.
Presidente Bush. "Ham¨¢s ha demostrado, sin lugar a dudas, que est¨¢ m¨¢s entregado al extremismo y el asesinato que al servicio del pueblo palestino".
La realidad. El pueblo palestino escogi¨® a Ham¨¢s con un porcentaje abrumador, porque la organizaci¨®n "demostr¨® sin lugar a dudas" su compromiso con el pueblo palestino mediante una red de instituciones sociales -educativas, m¨¦dicas y econ¨®micas- que el partido gobernante, Al Fatah, no fue capaz de igualar. Es m¨¢s, los palestinos estaban convencidos de que la corrupta direcci¨®n de Al Fatah estaba aprovechando el proceso de paz para enriquecerse.
Las salvajadas cometidas por Ham¨¢s en el transcurso de una acci¨®n preventiva leg¨ªtima merecen una condena sin reparos. Pero lo que no merecen es la hipocres¨ªa de Bush y Olmert. ?Acaso cre¨ªan que Dahlan y sus milicias -entrenadas y equipadas por Estados Unidos e Israel-, si hubieran logrado dar su golpe, habr¨ªan tratado a los activistas de Ham¨¢s con m¨¢s suavidad? Olmert sab¨ªa a la perfecci¨®n lo que cab¨ªa esperar de Dahlan, pero ?se molest¨® alguien en hablarle a Bush de las c¨¢rceles de Gaza dirigidas por Dahlan en la que se torturaba y mataba a militantes de Ham¨¢s durante los a?os noventa?
Presidente Bush. "Vamos a seguir transmitiendo un mensaje de firmeza a Ham¨¢s: 'Gaza debe dejar de ser un refugio desde el que lanzar ataques contra Israel. Deben aceptar el leg¨ªtimo Gobierno palestino".
La realidad. ?Qu¨¦ se ha fumado el presidente Bush? ?Al Fatah, el partido que perdi¨® las elecciones, es el "leg¨ªtimo Gobierno palestino"?
En cuanto a los ataques contra Israel, Ham¨¢s declar¨® el fin unilateral del terrorismo y la violencia y lo respet¨®, en t¨¦rminos generales, durante a?o y medio, a pesar de que Israel se negaba a responder en los mismos t¨¦rminos y sigui¨® adelante con los asesinatos selectivos.
Presidente Bush. "Estamos reforzando nuestros compromisos pol¨ªticos y diplom¨¢ticos. Hoy, una vez m¨¢s, el presidente Abbas y el primer ministro Olmert se han sentado a discutir las prioridades y a resolver varias cuestiones... ha trabajado con las dos partes con el fin de perfilar un horizonte pol¨ªtico para un Estado palestino".
La realidad. Olmert ha rechazado todos los esfuerzos de Condoleezza Rice para lograr que se sentara a discutir con Abbas cualquiera de los elementos que podr¨ªan ayudar a definir un horizonte pol¨ªtico, y se ha negado de forma tajante a que Abbas plantee cualquier cuesti¨®n relacionada con el status permanente: fronteras, asentamientos, Jerusal¨¦n, refugiados. Bush no ha respaldado en ning¨²n momento los esfuerzos de su ministra: Olmert ha despreciado la ¨²ltima propuesta de Rice de que Israel se comprometiera a respetar ciertos "puntos de referencia" que permitieran avanzar hacia unas negociacio
nes sobre el status permanente, sin que Bush haya hecho la menor objeci¨®n.
Presidente Bush. "El Gobierno palestino tiene que detener terroristas, desmantelar su infraestructura y confiscar las armas ilegales, tal como exige la Hoja de Ruta".
La realidad. La Hoja de Ruta exige tambi¨¦n que Israel no s¨®lo interrumpa la expansi¨®n de los asentamientos en Cisjordania, sino que los desmantele. Adem¨¢s, obliga expl¨ªcitamente a cada uno de los dos lados a poner en pr¨¢ctica sus exigencias, dentro de cada una de las tres fases del proceso que se establecieron en ella, independientemente de lo que haga la otra parte. Es decir, los palestinos no pueden esperar a que Israel detenga los asentamientos para retrasar el fin de la violencia, del mismo modo que Israel no puede retrasar esa interrupci¨®n de los asentamientos y exigir que, antes, los palestinos culminen sus esfuerzos para acabar con la violencia. Bush ha impuesto unas sanciones draconianas para castigar las infracciones de los palestinos, pero no ha hecho lo mismo con las infracciones israel¨ªes, y ha contribuido activamente a impedir que el Consejo de Seguridad negociara con las dos partes de manera ecu¨¢nime.
Presidente Bush. ", el pueblo palestino pondr¨¢ su futuro en manos de los patrocinadores extranjeros de Ham¨¢s, en Siria e Ir¨¢n".
La realidad. Ham¨¢s no es creaci¨®n de Siria ni Ir¨¢n, ni tampoco es un aliado natural de ninguno de los dos pa¨ªses; Ir¨¢n es chi¨ª y Siria propugna un nacionalismo ¨¢rabe laico que es anatema para los islamistas. El padre de Bachar el Asad asesin¨® a miles de miembros de los Hermanos Musulmanes en la ciudad de Hama porque se opon¨ªan a su Gobierno. Ham¨¢s nunca ha expresado su apoyo a los actos violentos de Siria e Ir¨¢n -ni mucho menos los de Al Qaeda- contra Estados Unidos y los intereses occidentales. Ham¨¢s s¨®lo recurri¨® al apoyo de Siria e Ir¨¢n como reacci¨®n frente al intento de Bush de estrangularle econ¨®micamente. El boicoteo de Ham¨¢s promovido por Estados Unidos e Israel es lo que est¨¢ empujando a la organizaci¨®n en brazos de Ir¨¢n. Ham¨¢s ha rechazado los llamamientos de Al Qaeda a repudiar los acuerdos de La Meca y poner fin a la hudna que la propia organizaci¨®n se impuso cuando decidi¨® implantar un alto el fuego unilateral.
Presidente Bush. "Estados Unidos dar¨¢ al Gobierno del primer ministro Salam Fayyad m¨¢s apoyo econ¨®mico e instar¨¢ a Olmert a ofrecer m¨¢s gestos de buena voluntad a los palestinos".
La realidad. El d¨ªa del discurso del presidente, el primer ministro palestino, Salam Fayyad, en una entrevista con el diario Ha'aretz, declar¨® que "ser¨ªa un grave error, incluso un error patol¨®gico, centrar la agenda palestino-israel¨ª en este tipo de gestos". Dijo que "los gestos de buena voluntad, por bienvenidos que sean, no sirven de nada sin negociaciones".
Lo ¨²nico que quiz¨¢ sea motivo de esperanza en el discurso de Bush es su afirmaci¨®n de que las negociaciones deben desembocar en un "acuerdo territorial con fronteras aprobadas por las dos partes, que reflejen los l¨ªmites anteriores y las realidades actuales, y con ajustes mutuamente acordados". Es posible interpretar con esta frase que Estados Unidos apoya el principio, consagrado en resoluciones anteriores y en la Hoja de Ruta, de que Israel no puede hacer ning¨²n cambio territorial unilateral sin el consentimiento de los palestinos. Por desgracia, si bien Bush se muestra de lo m¨¢s claro al hablar de las condiciones que deben cumplir los palestinos para obtener su Estado, se mantiene penosamente vago e impreciso al hablar de la obligaci¨®n de Israel de regresar a las fronteras anteriores a 1967.
Al margen de las tergiversaciones y desinformaciones que conten¨ªa el discurso de Bush, esta ¨²ltima iniciativa no tiene ninguna posibilidad de impulsar el proceso de paz. A pesar de todos sus gestos hacia Abbas, Olmert no tiene la menor intenci¨®n de verse "atrapado" en un proceso de paz que podr¨ªa obligar a Israel a desmantelar una parte importante de su estructura de asentamientos. Igual que ha ocurrido en otras ocasiones, nunca le faltar¨¢n pretextos para posponer el comienzo de las negociaciones. M¨¢s importante todav¨ªa es el hecho de que un proceso de paz del que se excluya a Ham¨¢s no tiene la m¨¢s remota posibilidad de salir adelante; y, desde luego, Olmert cuenta con eso.
La propuesta del presidente Bush de celebrar una conferencia internacional en oto?o tiene todos los s¨ªntomas de ser una idea improvisada y de ¨²ltimo minuto, que nadie hab¨ªa elaborado suficientemente ni en la Casa Blanca ni en el Departamento de Estado. Por supuesto, no se consult¨® de antemano a ninguno de los "vecinos" a los que Bush piensa invitar a la conferencia. Y si, como dijo Bush, s¨®lo se va a invitar a los que reconozcan el derecho de Israel a existir y acepten todos los acuerdos anteriores, ¨¦se es un requisito que no cumplen ni la mayor¨ªa de los vecinos de Israel ni el propio Israel. Despu¨¦s de haber afirmado por en¨¦sima vez en su discurso -aunque en t¨¦rminos suaves- que los israel¨ªes deben detener la expansi¨®n de los asentamientos y desmantelar los que son "ilegales", Bush tiene que ser consciente de que Israel est¨¢ infringiendo de forma descarada pr¨¢cticamente todos los acuerdos y resoluciones anteriores de la ONU.
Ojal¨¢ Bush hubiera consultado a alguien ajeno a su c¨ªrculo inmediato de aduladores; entonces quiz¨¢ se habr¨ªa enterado de que, si Israel hubiera cumplido los acuerdos anteriores, incluida la obligaci¨®n de retirarse a las fronteras anteriores a 1967 -salvo en el caso de los territorios intercambiados por acuerdo entre las dos partes-, no habr¨ªa ninguna necesidad de m¨¢s conferencias internacionales. Si Israel sigue neg¨¢ndose a cumplir estos acuerdos, la conferencia ser¨¢ una p¨¦rdida absoluta de tiempo.
Si, como al parecer espera Bush, su discurso va a definir el mandato de Blair como enviado especial del Cuarteto, m¨¢s le valdr¨ªa al primer ministro quedarse en su casa.
Henry Siegman es director del U.S./Middle East Project e investigador no residente en la Fundaci¨®n para las Relaciones Internacionales y el Di¨¢logo Exterior (FRIDE), en Madrid. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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