El origen de un espacio

Separar la danza moderna de la narraci¨®n teatral y privarla de excesos expresivos para convertirla simplemente en movimiento del cuerpo en el tiempo y el espacio fue la intenci¨®n b¨¢sica de Merce Cunningham. Su proyecto se vinculaba a las concepciones musicales de John Cage y a la reflexi¨®n de Marcel Duchamp sobre la uni¨®n de arte y vida. En los a?os cincuenta comienza a intercambiar ideas con Robert Rauschenberg y Jasper Johns, con lo que sus trabajos condensan diversas facetas del arte contempor¨¢neo. Pero esta uni¨®n de danza, m¨²sica y pl¨¢stica no persigue ninguna Gesamtkunstwerk: surge de una noci¨®n de arte que quiere trabajar con fragmentos de la experiencia cotidiana y anteponer el pensamiento a la ilusi¨®n. Por eso establece pronto f¨¦rtil relaci¨®n con la performance y con el videoarte.

De estos inicios y de sus con

secuencias se ocupa la exposici¨®n, sugiriendo que la danza contempor¨¢nea es un lugar de enlace entre diferentes iniciativas art¨ªsticas. Parte de Merce Cunningham: a su semblanza en v¨ªdeo por Nam June Paik suceden filmaciones de sus obras: Walkaround Time (1968: protagonista, El Gran Vidrio; decorados de Jasper Johns) o Variations V (obra multimedia que incorpora visualmente la infraestructura electr¨®nica). Se a?aden obras de Trisha Brown e Yvonne Rainer. Brown, m¨¢s all¨¢ de sus trabajos de calle (como Hombre que baja caminando por la fachada de un edificio), tiene una gran afinidad con Rauschenberg: el ritmo de Set and Reset, cuyos decorados corrieron a cargo del pintor, recuerda poderosamente al de Pelican, obra del propio Rauschenberg, en la que intervino Brown como bailarina.

Entre 1964 y 1972 se sit¨²an obras como Site, de Robert Morris (antes de su dedicaci¨®n a la escultura), las filmaciones con doble c¨¢mara de Dan Graham o los paseos de Bruce Naumann en torno a un cuadrado. Son trabajos importantes que discurren en direcciones diversas pero lo hacen sobre un lenguaje ya inicialmente fraguado. Algo diferentes son las bellas obras de Rebecca Horn (Unicornio, Abanico corporal blanco), centradas en los cambios espaciales y sensoriales que surgen de formas u objetos a?adidos al cuerpo.

La muestra se extiende hasta obras actuales. Go-Go Dancing Paltform (1991), del cubano Gonz¨¢lez Torres, consiste en un prisma casi minimalista que es en realidad una tarima de baile coronada por l¨¢mparas. Una vez al d¨ªa (sin prefijar hora), un bailar¨ªn act¨²a pero con una m¨²sica que s¨®lo ¨¦l puede o¨ªr. Si la exactitud de la pieza choca con la acci¨®n, ¨¦sta se separa del espectador que s¨®lo puede mirar. As¨ª, diversas formas de arte concurren sin que lleguen a unirse. Record: I love you (1999), un v¨ªdeo de Eva Meyer y Eran Schraerf, incorpora, mediante un sencillo y exacto juego de espejos, las estructuras del escenario a los giros de dos bailarines. Un v¨ªdeo de Catherine Sullivan, fechado en 2004, une collage, mimo y texto.

La muestra (producida por el CAAC y el Museo de Arte Actual de Siegen) re¨²ne obras de inter¨¦s que no es f¨¢cil ver juntas, pero sobre todo plantea una hip¨®tesis: la aparici¨®n de un espacio art¨ªstico, el de la danza, en el que cobran mayor sentido muchas iniciativas art¨ªsticas actuales.