Cort¨¢zar y Charlie Parker en un espejo roto

El perseguidor es el cuento de Cort¨¢zar que el escritor y guionista Andreu Mart¨ªn ha adaptado para el escenario y es la traducci¨®n musical de la b¨²squeda de un tiempo eterno a la que el protagonista dedica su vida. Los saxofonistas Dani Nel¡¤lo y Jordi Prats dirigen musicalmente este espect¨¢culo que relaciona ¨ªntimamente contenido y forma, pues Johnny Carter no es s¨®lo la recreaci¨®n de Charlie Parker, su estilo de vida y sus episodios biogr¨¢ficos, sino que tambi¨¦n hay en ¨¦l la esencia del propio autor, la fractura de esa linealidad temporal propia de Cort¨¢zar con la que pasaba de la realidad a la ficci¨®n, su metaf¨ªsica. Y el discurso sobre el tiempo y el tempo (Parker fue el m¨¢ximo exponente del be-bop) encuentra en este Carter esc¨¦nico, mitad Cort¨¢zar mitad Parker, un paralelismo que gana la partida al protagonista, un personaje que, sin ese trasfondo, no dejar¨ªa de ser el arquetipo de otro artista atormentado.

Pedro Guti¨¦rrez es Johnny Carter, un jazzman instalado en el Par¨ªs de los cincuenta, prematuramente envejecido, adicto al alcohol, a las drogas y a su saxo, con el que emprende esa b¨²squeda imposible por inmortal. Gonzalo Cunill es Bruno, un cr¨ªtico de jazz con pinta de detective. Sus charlas entran en di¨¢logo con los temas de Parker que Nel¡¤lo, Prats, el bater¨ªa Ram¨®n ?ngel Rey y el contrabajo Miquel ?ngel Cordero tocan en directo. Lecturas de lecturas, puntos de vista que convergen, El perseguidor es como un espejo hecho a?icos, la suma de todos ellos. Buen trabajo coral, en el que destaca el ajuste entre los dos personajes: Guti¨¦rrez por su exceso, y Cunill por su contenci¨®n.