La ilusi¨®n de los que a¨²n no est¨¢n cansados
Juventino Calvo es un socialista rom¨¢ntico que ahora est¨¢ sentado con su duermevela. Un socialista de los que casi no quedan. De los del pu?o y la rosa mucho antes de nacer. Juventino vino al mundo hace 75 a?os con un cometido: heredar de su padre el oficio en la metalurgia y su compromiso por los humildes. Hoy es militante del PSOE en San Sebasti¨¢n de los Reyes. Hay cosas en las que manda el sentimiento.
Ahora se ha despertado. Y, con ¨¦l, su discurso en contra de los abusos de poder. Dec¨ªa ayer que el candidato m¨¢s serio como l¨ªder de los socialistas madrile?os es Tom¨¢s G¨®mez, actual alcalde de Parla. Acert¨®. Lo repet¨ªa una y otra vez en el hotel Audit¨®rium, donde se celebra el congreso extraordinario del PSM, entre una mancha heterog¨¦nea de militantes. "Es el que tiene intenciones de cambiar esto". Esto es, para ¨¦l, la guerra de poder en el interior del partido. "Cuando un pol¨ªtico se sienta en su sill¨®n, nadie tiene acceso a ¨¦l. Es como pedir audiencia al Rey", tronaba al tiempo que sus nudillos sobre la mesa. No, ¨¦l no est¨¢ cansado.
El congreso y los compromisos, dentro en la sala. Selladas las puertas. La cafeter¨ªa del hotel se convirti¨®, sin que nadie se lo propusiera, en un granero de ilusiones por el cambio. Lo m¨¢s repetido en los corrillos. Eso y la victoria de Tom¨¢s G¨®mez, el alcalde de Parla. ?ste, con su habitual gesto t¨ªmido, callado, se dejaba ver entre los militantes. Hubo esc¨¦pticos hasta ¨²ltima hora. Una era Carmen, labios rojos igual que su esperanza. Otro era V¨ªctor Mart¨ªn, con el pelo cano y una exigencia: que se demuestre que el PSM es "de fiar". Hab¨ªa que escuchar, razonaban, a los tres candidatos.
Pero la verdadera cruzada se libraba en tres salones. All¨ª se firmaban los avales a los candidatos. Una mujer, agarrada a su bolso y que prefer¨ªa no dar su nombre, estamp¨® su firma por la ma?ana. Vot¨® a Jos¨¦ Cepeda, "porque est¨¢ presentado por la militancia y no por la burocracia". La se?ora, con su compromiso socialista grabado a fuego, era hija de un maestro rojo de la guerra y ella se movi¨®, lo que la dejaba el traj¨ªn con sus hijos, durante la transici¨®n. Los jubilados como ella eran, con diferencia, los m¨¢s numerosos ayer.
El entusiasmo puede jugar malas pasadas. "Esto puede ser un sue?o o una pesadilla", dictaba un veterano socialista. Hablaba del aburrimiento de los militantes. Del poco entusiasmo socialista de los madrile?os. A unos pasos de ¨¦l, Santiago y Juan, los dos de M¨®stoles y de 28 a?os, que trabajan como t¨¦cnicos de prevenci¨®n. J¨®venes, algo no tan frecuente ayer en el congreso. Sonre¨ªan al explicar que el candidato ha de escuchar a la base del partido. Y no, no les ha dado tiempo de estar cansados.
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