Conspiraci¨®n francesa

La inculpaci¨®n judicial por "complicidad en denuncia calumniosa y en el uso de falsos documentos, y abuso de confianza" del ex primer ministro franc¨¦s Dominique de Villepin saca a flote las conspiraciones que se llevaron a cabo desde el anterior Ejecutivo para intentar, sin ¨¦xito, cerrar el paso del El¨ªseo a Nicolas Sarkozy. Naturalmente, a Villepin le ampara la presunci¨®n de inocencia. Pero las medidas tomadas por los jueces dejan en mal lugar a la Administraci¨®n de Jacques Chirac.

A Villepin, que niega haber participado en "maniobra pol¨ªtica alguna", se le ha prohibido hablar, entre otras personas, con el ex presidente, y ¨¦ste, que est¨¢ siendo inculpado por otros asuntos relacionados con la financiaci¨®n de su partido cuando era alcalde de Par¨ªs, se ha negado a declarar en el caso Clearstream, refugi¨¢ndose en la inmunidad presidencial por las decisiones tomadas durante su mandato. Villepin ha pedido m¨¢s tiempo para examinar el dossier. Hasta ahora no ha exigido, como podr¨ªa, que por su anterior cargo el caso pasara a la Corte de Justicia de la Rep¨²blica.

Sarkozy nunca plante¨® p¨²blicamente conceder un indulto general ni a Chirac ni a Villepin, quiz¨¢s porque quer¨ªa aclarar ante la justicia este caso sucio que se mont¨® contra ¨¦l desde las filas de sus propios compa?eros de partido y de Gobierno. El caso Clearstream hace referencia a cuentas en Luxemburgo que apuntaban a Sarkozy y algunos allegados, en las que se habr¨ªan cobrado comisiones por la venta de 11 fragatas a Taiwan en 1991: todo se ha demostrado falso.

En esta conspiraci¨®n est¨¢n involucrados tambi¨¦n los servicios secretos, el testimonio de uno de cuyos mandos, el general Rondot, ha sido decisivo para poner en marcha las inculpaciones. La cuesti¨®n es hasta qu¨¦ punto las ¨®rdenes de investigar a Sarkozy y montar este caso partieron del entonces presidente de la Rep¨²blica, como mantiene Jean Louis Gergorin, ex vicepresidente de EADS y pieza fundamental para aclarar lo ocurrido.

Sarkozy puede estar empezando a saborear la venganza contra sus rivales. Sin embargo, el caso puede acabar salpicando a su actual Gabinete, pues la actual ministra de Interior, Mich¨¨le Aillot-Marie, entonces titular de Defensa, pudo estar enterada del caso semanas antes de que estallara, pero call¨®. Con el caso Clearstream, es toda la manera de funcionar de los a?os Chirac -en los que Sarkozy fue ministro- la que est¨¢ en tela de juicio. En este sentido, es una "cuesti¨®n de Estado", y no, como asegur¨® Villepin en mayo de 2006, un "petardo mojado".