Sinatra, Springsteen y Soprano
Nueva Jersey, encantadora decadencia al otro lado de Manhattan
Tan cerca, tan lejos. Eso siempre dicen los neoyorquinos de Nueva Jersey. Aunque separados por un r¨ªo delgado, parecen mundos aparte. Gracias a su inmenso cintur¨®n industrial, algunos lo han llamado "la axila del pa¨ªs", y Woody Allen lo calific¨® de "un bald¨ªo vasto y primitivo". Y mientras Kander y Ebb inmortalizaron a la Gran Manzana con New York, New York, o Billy Joel filosofaba sobre un "estado mental neoyorquino", los residentes de Nueva Jersey sol¨ªan tener la impresi¨®n de que su Estado era un lugar m¨¢s bien del que escapar. As¨ª lo vivieron Philip Roth, Allen Ginsberg, Frank Sinatra, Jerry Lewis, Kevin Spacey, Jack Nicholson, Danny De Vito, Meryl Streep y muchos otros famosos que nacieron aqu¨ª y huyeron en cuanto pudieron.
El hijo m¨¢s c¨¦lebre de Nueva Jersey, Bruce Springsteen (oriundo de Freehold), plasm¨® este sentimiento en Born to Run (Nacido para correr), pero tambi¨¦n se?al¨® algo m¨¢s: nacer en Nueva Jersey tambi¨¦n significa ser Born in the USA (Nacido en Estados Unidos), y por esa misma raz¨®n venir aqu¨ª puede ser m¨¢s interesante que el t¨ªpico paseo por el Soho o Tribeca.
Nueva Jersey -a ratos bonito, a ratos feo, pueblerino, decadente, siniestro, pintoresco- se enorgullece de sus ra¨ªces obreras y de ese aire un poco anacr¨®nico que te hace sentir como si hubieras retrocedido una d¨¦cada. ?se, sin duda, es el estado mental de Nueva Jersey que se respira al cruzar el r¨ªo Hudson.
A 20 minutos de Manhattan -por el metro PATH, 1,50 d¨®lares (1,10 euros), desde las calles Christopher, 9, 14, 23 y 33-, Hoboken (40.000 habitantes) es hoy d¨ªa una ciudad dormitorio para gente que trabaja en la Gran Manzana, pero tambi¨¦n es la ciudad natal de dos claves de la cultura norteamericana: la pel¨ªcula On the waterfront y Frank Sinatra. A la salida de la estaci¨®n de trenes -una preciosa estructura beaux-arts- est¨¢ la zona portuaria donde Elia Kazan film¨® a Marlon Brando interpretando al pobre ex boxeador frustrado por "haber sido un aspirante". Aqu¨ª, en este viejo muelle, las vistas panor¨¢micas de Manhattan, al otro lado del r¨ªo, s¨®lo agudizan esa sensaci¨®n de cercan¨ªa tan lejana.
Un orgullo de ojos azules
Sin embargo, el orgullo de Hoboken es Frank Sinatra. Su casa natal en 415 Monroe Street desapareci¨® en 1967, pero una estrella de bronce en la calle conmemora su vida aqu¨ª. En las calles vecinas abundan lugares que veneran a Blue Eyes (ojos azules): en el Piccolo's Clam Bar (92 Clinton Street) s¨®lo tocan temas de Sinatra, y tambi¨¦n hacen un excelente s¨¢ndwich cheesesteak; y Leo's Grandevous (200 Grand Street) tiene paredes de fotos de Sinatra, un wurlitzer con su m¨²sica y comida italiana casera.
Y aunque no es un lugar para crooners, Maxwell's (1039 Washington) es un monumento a la m¨²sica: Nirvana, Fugazi, REM y otros tocaron aqu¨ª antes de alcanzar el estrellato. Incluso para los no fan¨¢ticos de Sinatra pasear por Hoboken es como pasear por otra ¨¦poca: con sus pasteler¨ªas italianas, bares y casas de tres o cuatro pisos con fachada de ladrillo;una bonita y nost¨¢lgica escapada de Nueva York.
Un aire a la 'cosa nostra
'Otro legado que dej¨® Sinatra a Nueva Jersey fue su aire mafioso. Hay m¨¢s susurros que hechos concretos, pero, seg¨²n la leyenda, Sinatra inspir¨® el personaje de Johnny Fontaine en El padrino. Hoy d¨ªa, la onda mafiosa sigue viva gracias a la serie de televisi¨®n Los Soprano, y aunque mucho se filma en Queens, algunos lugares esenciales son de aqu¨ª: fue delante del Skyway Diner en South Kearny (Central Avenue y 2nd Street, 973 589 6823) donde Christopher Moltisanti es balaceado; en Route 17 en Lodi est¨¢ el Satin Dolls Club, la inspiraci¨®n para el club Bada-Bing, la sede de las actividades turbias de Tony, y en la zona de Newark, Montclair y Harrison hay otros lugares de filmaci¨®n que se pueden visitar (www.nj.com/sopranos/index.ssf?/sopranos/map.html).
Tony Soprano tambi¨¦n ha aparecido por el boardwalk de Asbury Park (cuando se intoxic¨® con comida hind¨²). Pero el verdadero boss aqu¨ª es, sin duda, Bruce Springsteen, cuyos temas Thunder Road o Badlands se vuelven reales al pasear por los edificios abandonados de este balneario marchito. Aqu¨ª est¨¢ ese cruce tan propio de Nueva Jersey entre el cutrer¨ªo y la elegancia, donde el Paramount y el Baronet, los teatros al borde del mar, intentan frenar la decadencia con conciertos de tercera, lejos de lo que fueron cuando los Hermanos Marx y Ginger Rogers sub¨ªan a escena.
?se es el Nueva Jersey que canta Springsteen. Pero aun en sus ¨¦pocas m¨¢s duras, Asbury Park siempre se ha salvado con la m¨²sica, y sobreviven varios de los garitos donde tocaban Springsteen y Jon Bon Jovi (nacido en Perth Amboy) en sus inicios, entre ellos The Stone Pony (913 Ocean Avenue), The Fast Lane (206 Fourth Avenue) y el Wonder Bar (1213 Ocean Avenue), donde The Boss conoci¨® al saxofonista Clarence Clemons. En la avenida Cookman est¨¢ el nuevo Asbury Park, con tiendas de muebles retro (FS20, 647 Cookman), moda vintage (Allan & Suzi's, 641 Cookman), y un caf¨¦ modernillo (America's Cup, 633 Cookman).
Para comer, Sonny's Southern Cuisine (574 Cookman) y Adriatic Restaurant and Lounge (1409 Kingsley) son favoritos de Bruce y Danny De Vito, respectivamente. Otro famoso de la zona, Jack Nicholson, suele preferir Mom's Kitchen (1129 5th Avenue) en Neptune, a unos cuatro kil¨®metros.
GU?A PR?CTICA
A una hora y media en tren desde Penn Station, en Manhattan, Asbury Park puede ser un viaje de un d¨ªa o el visitante se puede alojar en los bed & breakfast de Ocean Grove. Dos opciones son el Quaker Inn (39 Main Avenue, 001 732 775 75 25) y The House by the Sea (14 Ocean Avenue, 001 732 776 73 46), o los hoteles de Asbury Park, como el Berkeley Carteret, un edificio art d¨¦co (1401 Ocean Avenue, 001 732 776 67 00), o el Empress Hotel (101 Asbury Avenue, 001 732 774 01 00), donde Judy Garland se alojaba en sus ¨²ltimos a?os cuando daba conciertos en la zona.O'New Jersey, de Robert Heide y John Gilman, es el libro definitivo sobre los encantos de este Estado.
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