La ciudad de los piropos
Los residentes de la localidad de Parla alaban la gesti¨®n de su alcalde y su cercan¨ªa con los ciudadanos
El sol ca¨ªa a plomo en la tarde de ayer en toda la regi¨®n, pero en Parla muchos de sus habitantes combat¨ªan la can¨ªcula en un lugar extra?o para estar en plena meseta, la llamada playa de Parla, una enorme piscina de agua salada rodeada de praderas y sombrillas de paja. Tras el ba?o pod¨ªan volver a casa fresquitos en otra de las obras t¨®tem de la nueva Parla, el tranv¨ªa que la cruza de cabo a rabo.
Tranv¨ªa y playa son las obras m¨¢s conocidas de Tom¨¢s G¨®mez Franco, el alcalde de Parla que se ha comprometido a seguir en la brecha municipal a pesar de haber sido elegido el viernes secretario general de el PSM. Parla (95.000 habitantes) est¨¢ m¨¢s orgullosa que nunca de haberse conocido gracias a este ascenso y es seguro que sus amantes votantes -es el alcalde de ciudades de m¨¢s de 50.000 habitantes m¨¢s apoyado de Espa?a por segunda vez consecutiva- le van a echar de menos.
Un vecino sonr¨ªe al recordar al regidor disfrazado "de chino mandar¨ªn" en el carnaval
Es dificil¨ªsimo encontrar a alguien en Parla que le ponga pegas a G¨®mez, probablemente tambi¨¦n uno de los regidores m¨¢s piropeados del pa¨ªs. "Cercano a la gente; buen gestor; simp¨¢tico; alto y guapo; siempre a la escucha; trabajador...", los vecinos de Parla califican a G¨®mez con cualquier adjetivo positivo que se pueda imaginar.
"Mira, el anterior alcalde se qued¨® dormido en la funci¨®n de ballet de mi hija, roncaba a mi lado; con eso te digo todo", cuenta Mari Carmen, de 51 a?os, para comparar a G¨®mez con "un tal Ib¨¢?ez [Jos¨¦ Manuel Ib¨¢?ez, alcalde de la ciudad, tambi¨¦n socialista, hasta 1999]", le recuerda vagamente su marido, Manolo. El antes y el despu¨¦s de la llegada de G¨®mez a Parla pareciera como la distancia del d¨ªa a la noche a ojos de los vecinos.
"El cambio ya se not¨® al a?o de llegar ¨¦l", asegura Blanca antes de entrar a la playa con su familia. "Antes no hab¨ªa una flor, un ¨¢rbol, ni tampoco aceras", cuenta ella, "?ni campos de f¨²tbol!", apunta Alberto, su hijo. "Las aceras estaban picadas y ahora mira todo, est¨¢ dabuti", dice David, de 29 a?os, poco m¨¢s all¨¢, cerca de la parada Isabel II del tranv¨ªa verdigris que atraviesa silencioso el barrio.
?Y qu¨¦ pasar¨¢ cuando G¨®mez se vaya del todo? Ha prometido que continuar¨¢ en el Ayuntamiento hasta las pr¨®ximas elecciones dentro de cuatro a?os. Y los parle?os le creen. "Ha cumplido con todo lo que ha dicho, ?por qu¨¦ no va a ser as¨ª ahora?", se pregunta Blanca. "Estamos contentos por ¨¦l con esto del ascenso, pero a lo mejor lo sentimos cuando veamos a qui¨¦n nos deja aqu¨ª", reflexiona Manolo.
Tom¨¢s se mud¨® a Parla desde Pinto hace dos a?os. A sus 39 a?os, la vivienda en Pinto (a ocho kil¨®metros) no le resultaba asequible "y aqu¨ª es mucho m¨¢s barata", afirma. "La pol¨ªtica de gesti¨®n del suelo del alcalde ha sido distinta en Parla", aventura Tom¨¢s, otro vecino. M¨¢s piropos. Almudena, de 45 a?os, lleva 10 viviendo en Fuentebella, el barrio de los padres de G¨®mez. "Es que es todo, las calles, el ambulatorio nuevo, que ahora tardo cinco minutos en llegar a la Renfe y no 20 como cuando ten¨ªa que coger la camioneta", cuenta sentada en el tranv¨ªa. ?ngela, otra pasajera, inmigrante colombiana con dos a?os en Parla, opina que la ciudad es "muy limpia y segura".
En el frente juvenil, Carmen, de 14 a?os, asegura que antes al decir que uno era de Parla "te miraban como si fueras tercermundista, pero ahora tiene fama de sitio guay; el alcalde ha hecho mogoll¨®n de cosas". Tambi¨¦n los mayores est¨¢n satisfechos. Br¨ªgida, en su quiosco de la iglesia de la Asunci¨®n, est¨¢ contenta con el transporte gratis para mayores de 60, los centros para ellos y los viajes del Ayuntamiento. "Lo de las pensiones no es cosa suya, ?verdad?, porque eso s¨ª que est¨¢ muy mal", concluye.
La cercan¨ªa del alcalde G¨®mez es otra de las caracter¨ªsticas m¨¢s destacadas por los parle?os aparte de la obviedad de las obras. Un residente le vio disfrazado "de chino mandar¨ªn" durante un carnaval. Almudena, en la procesi¨®n de la Virgen de la Soledad. Raquel, una mam¨¢ que sale de paseo con su hija -"antes no se pod¨ªa, no hab¨ªa parques ni aceras y todo era barro"-, asegura que G¨®mez es un tipo "que te escucha, que te saca siempre conversaci¨®n, aunque no te conozca, siempre que te lo encuentras".
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