Con la timidez de una sonrisa
Es decir
Le han dicho y le han hecho de todo, pero nadie sensato puede dejar de reconocer que Jes¨²s de Polanco reforz¨® la democracia espa?ola en los a?os m¨¢s dif¨ªciles mediante la arriesgada fundaci¨®n de este peri¨®dico
Uno abre cada ma?ana desde hace tantos a?os las p¨¢ginas de este diario como si fuera la cosa m¨¢s natural del mundo, lo mismo que mojar la ensaimada en el caf¨¦ con leche o llevar a la ni?a a la escuela, esa clase de gestos dom¨¦sticos que parecen instalados desde siempre en el repertorio de los h¨¢bitos placenteros (?de placer, de placenta?), como si detr¨¢s de todo ello no respirasen todav¨ªa sus condiciones originarias de posibilidad. Entre las muchas alegr¨ªas de mi juventud figura la lectura temprana de este diario y la certidumbre de que por fin dispon¨ªamos de un peri¨®dico tan inteligente y bien cuadrado como la disposici¨®n ciudadana de pasar de Franco y sus tinieblas para siempre. La modernidad en Espa?a no se puede entender siquiera sin la existencia de EL PA?S, por lo mismo que tan feliz advenimiento no se comprende sin el compromiso vital de Jes¨²s de Polanco, un empresario al que no he visto en mi vida m¨¢s que en im¨¢genes y que siempre, ya ves lo que son las cosas, parec¨ªa a punto de arrancarse por buler¨ªas en las ocasiones m¨¢s solemnes.
Complementarios
Yo no s¨¦ si ese juez de apellidos premonitorios, Ferr¨ªn Calamita, es casado y con hijos, pero de ser el caso cuentan con todas mis condolencias. Ahora ha dictaminado que una mujer no puede tener la custodia de sus hijas a causa de su orientaci¨®n sexual (lesbiana, por supuesto), y adem¨¢s de satanizar a medio mundo, escribe en su auto sin pesta?ear que dos personas del mismo sexo no pueden atender a los ni?os porque "no son complementarias", para a?adir que lo primero es la protecci¨®n integral del menor y que "es el ambiente -el ambiente, dice- homosexual el que perjudica a los menores u aumenta el riesgo de que estos lo sean". El riesgo, dice, no la posibilidad, que ser¨ªa todav¨ªa una consideraci¨®n hom¨®foba pero algo menos salvaje. Este Calamita es muy libre de creer que la orientaci¨®n sexual se contagia tan f¨¢cilmente como un resfriado, pero entonces no deber¨ªa ser titular de un juzgado de familia. Y si ya en l987 se consider¨® "faltado al respeto" por la desnudez ajena y femenina, pues que venga el Opus y lo vea. ?O es que el baturrico Josemar¨ªa se duchaba sin quitarse la sotana?
A casita, que llueve
El drama de Josep Piqu¨¦ es que siempre ha sabido que ni ¨¦l ni su partido se comer¨ªan jam¨¢s una rosca en Catalunya sin contar precisamente con los catalanes que no eran militantes de su partido, es decir, con los catalanes gen¨¦ricos que tienen la fea costumbre de votar en clave catalana. Es lo que tienen los nacionalismos perif¨¦ricos, que se empe?an en ser nacionalistas perif¨¦ricos, mientras que los centralistas no quieren ver ni en pintura m¨¢s nacionalismo que el suyo. Para ser tan burros se requiere no ser de ninguna parte salvo de la que sopla a favor de las velas del poder, y as¨ª Acebes y Zaplana vienen a ser de donde obtienen el cargo. Pero que un gallego tan acreditado como Rajoy (que ni sube ni baja la escalera que los dem¨¢s le tienden con los pelda?os aserrados) deje caer como si nada a una pieza como Piqu¨¦, quiere decir que est¨¢ resuelto a echarse a perder otra vez en Catalunya.
La ¨¦pica ciclista
No es imprescindible hacer sangre, pero hasta el aficionado al footing de fin de semana en el cauce del Turia sabe que hay esfuerzos imposibles de realizar sin ingerir antes cuando menos un carajillo bien cargadito. El dopaje en el Tour de Francia no es ninguna novedad, otra cosa es que se detecte. Hace a?os, el ciclismo no despertaba el inter¨¦s de una ¨¦lite m¨¢s o menos art¨ªstica adicta a la coca¨ªna, mientras que ahora miles de espectadores siguen la carrera desde el sof¨¢ de casa con media docena de botellines de cerveza a su alcance mientras contemplan la subida al Aubisque como si fuera una sesi¨®n ampliada de cicloturismo profesional. Vinok¨²rov ha dado positivo, como es natural cuando alguien se hunde en una etapa y se desmelena en la contrarreloj del d¨ªa siguiente. Queda por ver la responsabilidad de los comentaristas televisivos que confunden el coraje del ciclista, el que sea, con una inyecci¨®n de gl¨®bulos rojos, o de lo que sea.
La estafa solidaria
Cualquier persona con ingresos regulares estar¨¢ dispuesta a salvar o tutelar a un ni?o del tr¨®pico a cambio de un euro a la semana. Como son tantos los que creen contribuir al bienestar de tanto ni?o desvalido mediante esa clase de vergonzante limosna, ocurre que los due?os de la patente se hacen de oro recaudando millones de euros que destinar¨¢n a su beneficio personal o, con algo de suerte, al de sus sobrinitos. Y todo en nombre de la vida, claro, esa entelequia, m¨¢s estafada cuanto m¨¢s pobre.
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