Operaci¨®n Calatrava en Venecia
Comienza la construcci¨®n del cuarto puente sobre el Gran Canal, obra del arquitecto valenciano
Santiago Calatrava ha llegado a Venecia. O, al menos, la primera parte de su obra en la ciudad italiana. El complejo y delicado viaje de los extremos del cuarto puente sobre el Gran Canal -proyecto del arquitecto valenciano cuya inauguraci¨®n est¨¢ prevista a finales de 2007- termin¨® la madrugada del s¨¢bado.
Venecia amaneci¨® as¨ª con el primer gui?o a la arquitectura contempor¨¢nea entre sus canales y consigui¨® empezar una de las obras de Calatrava que m¨¢s retrasos ha sufrido.
Muchos venecianos tem¨ªan que se derrumbase el puente de Rialto durante el transporte de la estructura
Y es que han pasado 11 a?os desde que el Consistorio veneciano dio luz verde al proyecto. "Durante todo este tiempo nos han tomado el pelo. Lo veo y a¨²n no lo creo", comentaba Giancarlo Saoner desde su quiosco de revistas y peri¨®dicos, justo enfrente del nuevo puente. La llamada Operaci¨®n Calatrava, sin embargo, concluy¨® antes de lo previsto, a las 3.10. Los extremos del puente (cada uno de 85 toneladas) partieron el viernes del puerto de Marghera hacia la Punta de la Aduana, frente a la plaza de San Marcos. Desde all¨ª arranc¨® la "procesi¨®n" por el Gran Canal, desierto, sin vaporetti ni g¨®ndolas, pero con muchos curiosos en las orillas. La estructura viajaba en una plataforma flotante bautizada Susana, que a las doce comenz¨® su recorrido por el Gran Canal. Si el puente de madera de la Academia no present¨® ning¨²n problema, s¨®lo 90 cent¨ªmetros separaban la carga de Susana del arco de piedra del Rialto, el puente m¨¢s antiguo y m¨¢s bajo. Muchos venecianos tem¨ªan que se derrumbase. Pero, cuando Susana lleg¨® al Rialto, otras dos plataformas avanzaron hasta colocarse a ambas orillas del puente. De esa forma impidieron que tocase el puente, comentaba el s¨¢bado por la ma?ana, tras una noche en vela, el ingeniero Salvatore Vento, responsable de la ejecuci¨®n del proyecto: "Pasamos bajo el Rialto a la velocidad de un anciano, piano, piano". As¨ª, la obra de Calatrava pudo llegar a su destino, para conectar la estaci¨®n de autobuses con la de los trenes, y a las siete de la ma?ana se inici¨® el montaje del primer extremo. Ayer toc¨® el turno del otro extremo, que fue ensamblado a la orilla de Santa Luc¨ªa.
A¨²n m¨¢s complejo ser¨¢ el transporte, entre el 7 y el 8 de agosto, del arco central: 60 metros y 250 toneladas. "Esta prueba ha sido un juego de ni?os si se compara con lo que nos espera... La aventura no ha concluido", dec¨ªa Vento.
Entre el 11 y el 13 de agosto ser¨¢ montada la enorme estructura, formada por 74 vertebras de acero, parecidas al esqueleto de un dinosaurio. El resultado final ser¨¢, sin embargo, en palabras de Calatrava, mucho m¨¢s delicado. Y el Gran Canal tendr¨¢ su cuarto puente: una pasarela de cristal.


Una vieja historia
La propuesta de un cuarto puente sobre el Gran Canal se puso sobre la mesa en 1996, cuando el Ayuntamiento de Venecia asign¨® a Santiago Calatrava el dise?o del proyecto. Un a?o m¨¢s tarde, el Consistorio dio luz verde a la obra. Desde entonces, los tiempos de ejecuci¨®n se han convertido en un misterio.
Inicialmente, los gastos previstos eran de 3,8 millones de euros, que al final se han multiplicado hasta 11 millones. Por esta raz¨®n se abri¨® una investigaci¨®n judicial y el municipio form¨® una comisi¨®n que sigue investigando el caso.
El viaje por el Gran Canal hab¨ªa sido previsto para el verano pasado, pero se tuvo que retrasar por unos problemas que aparecieron en el ensamblaje de la estructura en acero.
Cuando la obra hab¨ªa sido casi terminada surgieron, adem¨¢s, nuevas cr¨ªticas y pol¨¦micas. Un colectivo de personas discapacitadas present¨® una queja, porque el puente inicialmente no contemplaba soluciones de tr¨¢nsito para quienes tienen alguna discapacidad. Fue necesario entonces dise?ar una especie de telef¨¦rico por el que podr¨¢n recorrer el puente dos personas discapacitadas a la vez. La idea del telef¨¦rico no gust¨® nunca del todo a Calatrava. Adem¨¢s, en Venecia, una ciudad formada por 117 islas, unidas por unos 400 puentes, son muy pocas las pasarelas que cuentan con aparatos para facilitar el tr¨¢nsito de personas en sillas de ruedas. Y la mayor¨ªa est¨¢n rotos o por alguna raz¨®n se encuentran fuera de servicio.
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