Infancia recuperada
No puede faltar Mozart en Salzburgo, aunque la saturaci¨®n del a?o pasado con la representaci¨®n de sus 22 ¨®peras en el 250? aniversario de su nacimiento ha propiciado este verano una programaci¨®n restringida del compositor local. En el terreno l¨ªrico se limita a la reposici¨®n de Las bodas de F¨ªgaro, en la puesta en escena de Claus Guth, y a un programa doble de ¨®peras juveniles -El empresario y Basti¨¢n y Bastiana- en colaboraci¨®n con el hist¨®rico -casi un siglo de existencia- Teatro de marionetas de la ciudad, situado en la calle Schwarz y lindando con los jardines Mirabell. El espect¨¢culo es una delicia, se mire por donde se mire, y consigue despertar la sonrisa de espectadores de todas las edades, en su conseguida fusi¨®n de lenguajes.
La belleza de los mu?ecos, y su sabia utilizaci¨®n, no es todo. La calidad musical es sorprendente, con una orquesta juvenil dirigida con nervio y gracia por Elisabeth Fuchs, fundadora del Festival de Salzburgo para ni?os, y con un grupo de cantantes tambi¨¦n j¨®venes que aportan frescura y vitalidad a la propuesta. Se trata de Radu Cojocariu -habr¨¢ que seguirle la pista-, Christiane Karg, Ina Schlingensiepen y Bernhard Berchtold.
Las dos ¨®peras se juntan en una, al igual que se solapan cantantes, marionetas e instrumentistas alrededor del peque?o escenario. Los efectos visuales son m¨¢gicos y est¨¢n soportados por la calidad musical. El p¨²blico disfruta a placer con la idea y su realizaci¨®n. Las representaciones comienzan a las tres de la tarde, una hora que podr¨ªa ser heroica para otro tipo de espect¨¢culos. La verdad es que es una invitaci¨®n a sumergirse de pleno en la infancia recuperada, que dir¨ªa Fernando Savater, con el valor a?adido de una m¨²sica siempre estimulante. Thomas Reichert dirige la escena y Alfred Kleinheiz es el "empresario" que ejerce de maestro de ceremonias.
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