Culto a la velocidad

Como vecino de Huesca, no puedo evitar sentir la crispaci¨®n que genera el desolador accidente ocurrido el pasado s¨¢bado de madrugada. Entre una niebla, formada por alcohol, estupefacientes y adrenalina, un joven perd¨ªa el control de su veh¨ªculo a m¨¢s de 150 kil¨®metros por hora. El autom¨®vil embest¨ªa, de forma salvaje, a un grupo de personas que estaban esperando un taxi a la salida de la discoteca Manhattan. Ninguno de los implicados en el suceso olvidar¨¢ jam¨¢s lo sucedido. El sentimiento de impotencia les repetir¨¢ una y otra vez la misma pregunta: ?por qu¨¦ alguien que no es apto para la conducci¨®n ten¨ªa la posibilidad de utilizar el coche?

En Huesca hay una tendencia al fen¨®meno tuning y un creciente culto a la velocidad. Los j¨®venes endeudan varios a?os de su vida para poder comprar coches de m¨¢s de 200 caballos y alardear de su desmesurado, e incierto, poder adquisitivo y gusto automovil¨ªstico. Las carreras ilegales y los excesos de velocidad inundan las calles y ponen en guardia al indefenso viandante.

Este s¨¢bado se demostr¨® que habr¨ªa que reestructurar la seguridad vial en Huesca. El problema es que se podr¨ªa haber hecho antes, porque no es la primera vez que un coche va, por esa v¨ªa, a la misma velocidad, y eso sin tener en cuenta otros lugares conflictivos donde los autos quebrantan las normas a diario.