Fela Kuti, la leyenda del rebelde inc¨®modo
A los 10 a?os de su fallecimiento, el embriagador 'afro-beat' del cantante protesta nigeriano sigue ganando adeptos
Ten¨ªa 59 a?os cuando dej¨® de respirar, el 2 de agosto de 1997, en la ciudad de Lagos. Su muerte fue s¨®rdida: se negaba a reconocer la causa de sus dolencias ("el sida es una enfermedad del hombre blanco") y s¨®lo recurri¨® a tratamientos tradicionales. Testarudo, una de sus ¨²ltimas canciones atacaba el uso higi¨¦nico del cond¨®n como contrario a la cultura africana. No ve¨ªa relaci¨®n entre su promiscuidad -lleg¨® a tener 27 esposas- y el sarcoma de Kaposi que acab¨® con su vida. S¨®lo tras el entierro, que convoc¨® a un mill¨®n de nigerianos, su hermano mayor hizo p¨²blica la naturaleza de su mal.
Fela Kuti se escapa de nuestros esquemas. Fue un cantante de protesta, con todo lo que eso comporta en un r¨¦gimen dictatorial como el de Nigeria. Sus piezas se?alaban con el dedo los vicios de la sociedad poscolonial, ensa?¨¢ndose especialmente con los militares. Los uniformados demostraron su proverbial falta de cintura y le encarcelaron en varias ocasiones, por delitos que iban desde la tenencia de divisas a la posesi¨®n de marihuana. En 1977, tras popularizar el burl¨®n Zombie, mil soldados arrasaron su Rep¨²blica de Kalakuta, la comuna de Lagos donde viv¨ªa y trabajaba. Hubo violaciones y palizas; la madre de Fela muri¨® a consecuencia de las agresiones.
Los 'felamaniacos' espa?oles anuncian para septiembre siete fiestas 'fela' en diferentes ciudades de la Pen¨ªnsula
Sus piezas se?alaban con el dedo los vicios de la sociedad poscolonial, ensa?¨¢ndose con los militares
Pero Fela merec¨ªa algo m¨¢s que solidaridad. Su afro-beat era arrebatador: un espeso potaje de funk, jazz y ritmos nigerianos, base para excitantes expediciones donde Fela tocaba teclados y saxos, aparte de cantar en pidgin, el ingl¨¦s de la calle, o en yoruba, una de las lenguas nigerianas. En la m¨²sica, no aceptaba compromisos. Ajeno a la idea occidental de la canci¨®n breve para la radio, editaba elep¨¦s con un tema por cada cara, que pod¨ªan durar hasta 30 minutos. Cuando Motown quiso contratar sus servicios, se neg¨® a considerar la idea de recortar su m¨²sica. T¨ªpicamente, rechaz¨® firmar -le pagaban un adelanto de un mill¨®n de d¨®lares- con el potente sello estadounidense, tras consultar con un hechicero.
Sus arrebatos eran temibles. Aunque trabaj¨® con m¨²sicos blancos como el baterista Ginger Baker, se enfrent¨® con Paul McCartney en 1972: el ex beatle alucin¨® al escucharle ("la mejor banda en directo del mundo"), pero Fela se present¨® en el estudio de Lagos donde grababa para recriminarle que quisiera robarle su m¨²sica; McCartney prefiri¨® alejarse del afro-beat. Algunos productores for¨¢neos -Wally Badorou, Dennis Bovell, Bill Laswell- intentaron moderarle, pero el presidente negro volv¨ªa irremediablemente a sus peores h¨¢bitos: las divagaciones instrumentales, los desarrollos gratuitos, los sermones pueriles.
As¨ª que, 10 a?os despu¨¦s de su desaparici¨®n, la m¨²sica de Kuti sigue siendo un continente inmenso por explorar: lanz¨® m¨¢s de 50 elep¨¦s. Muchos de ellos fueron recogidos a pares en CDs de Universal. Hubo un intento de presentarle a un p¨²blico amplio, como el homenaje Red hot + riot, editado por una organizaci¨®n que combate el sida. Pero su m¨²sica se mantiene viva a trav¨¦s de sus disc¨ªpulos y sus hijos. Femi Kuti factura afro-beat muy accesible mientras su hermano Seun dirige Egypt 80, una banda nucleada por veteranos.
Otro alumno es el baterista Tony Allen, ahora cercano al estrellato pop por su aventura con Damon Albarn, el cantante de Blur. Aunque la semilla del afro-beat ha prendido con fuerza en las pistas de baile, abriendo brecha las grabaciones de esa pareja de latinos de Nueva York que funciona bajo el nombre de Masters at Work. La delegaci¨®n espa?ola de los felaman¨ªacos es particularmente activa: organizada como Asociaci¨®n Afrobeat Project y encabezada por un celebrado pinchadiscos madrile?o, DJ Floro, anuncia para septiembre siete fiestas Fela en diferentes ciudades de la Pen¨ªnsula; el 7 y el 8 en Madrid (Sala Juglar y La boca del Lobo); el 14 en Granada (Afrodisia Club y Booga Club); el 18 en Barcelona (Sidecar); el 21 en San Sebasti¨¢n (Etxekalte), y el 28 en Sevilla (Malandar).
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