"?Esto es China!"
Pek¨ªn acoge al Bar?a como una prueba con vistas a los Juegos y patina en la organizaci¨®n
El Bar?a aterriz¨® la madrugada de ayer en Pek¨ªn para iniciar su gira asi¨¢tica y pronto descubri¨® algo: que la capital china est¨¢ entusiasmada con el amistoso que el equipo azulgrana jugar¨¢ ma?ana ante el Beijing Gouan, hasta el punto de que ha convertido la cita en el pistoletazo de salida de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2008. Algo as¨ª como lo fue para Barcelona la Copa del Mundo de Atletismo en el estadio Ol¨ªmpico de Montju?c. "Este partido es la primera actividad ol¨ªmpica y celebramos una fecha especial: s¨®lo faltar¨¢n tres d¨ªas para que quede justo un a?o para la ceremonia inaugural", dijo Li Wei Mian, secretario general del Comit¨¦ Ol¨ªmpico de Pek¨ªn en una rueda de prensa en el hotel del equipo a la que asistieron Rijkaard, Zambrotta, Vald¨¦s y un Abidal con cara de p¨®quer. Hu Jia Wei, presidente de la Federaci¨®n China de F¨²tbol, y el director general de Audi, patrocinador de la gira y de los Juegos, coincidieron en inaugurar la cuenta atr¨¢s.
Barcelona no puede dar muchas lecciones: Montju?c se inund¨® aquel lluvioso d¨ªa de 1991 y Pek¨ªn ayer patin¨® en su primera prueba. La organizaci¨®n de la gira fue un fiasco: el Bar?a no pudo, como quer¨ªa, adelantar una hora su ensayo vespertino porque no le concedieron la escolta policial requerida. Los c¨¢maras y productores de televisi¨®n fueron retenidos en el aeropuerto m¨¢s de cinco horas acusados de no disponer de los documentos necesarios para que sus equipos pudieran entrar en el pa¨ªs. Les retiraron de forma rotatoria el pasaporte y les exigieron que se turnaran en una sala para vigilar el material. La acreditaci¨®n para la gira fue un caos: exigieron dinero por ella (la duda fue si eran 50 euros o 50 yuans) hasta que la organizaci¨®n azulgrana pidi¨® que se anulara el pago. Tres credenciales no sirvieron para ver a pie de c¨¦sped el ensayo. Hubo momentos para el humor: el autocar que traslad¨® a los periodistas se detuvo camino del estadio, tan pancho, a reponer gasolina. El batall¨®n de polic¨ªas no impidi¨® que una joven corriera por el c¨¦sped hasta donde estaba Ronaldinho realizando estiramientos.
"?Esto es China! ?Esto es China!", grit¨® enfurecido en ingl¨¦s un cargo de la organizaci¨®n asi¨¢tica cuando alguien del Bar?a le pidi¨® que no cobrara por las acreditaciones. Quiz¨¢ el problema es juzgar la milenaria cultura china con la inflexible mirada de Occidente. El Bar?a lo sabe y estaba ayer tan feliz. El presidente Laporta, acompa?ado de sus hijos, presenci¨® el ensayo saludando a los hinchas. ?sta no es la guerra del club: ha planeado una gira para jugar partidos, pero tambi¨¦n para entrenar en condiciones. Rijkaard est¨¢ m¨¢s radiante que nunca. Se pas¨® el vuelo en la cola del aparato, fumando con otros pasajeros mientras Laporta jugaba a p¨®quer, hablando de sus vacaciones en Los ?ngeles y Saint Tropez y de m¨²sica. Y todo apunta a que los cracks no acabar¨¢n saturados de actos. Eso s¨ª: ayer Ronaldinho, Zambrotta y Giovanni do Santos, acudieron a la inauguraci¨®n de una tienda de Nike. Del local, no lejos de la inmensa plaza de Tiananmen y de la Ciudad Prohibida, part¨ªa una pista roja que simulaba ser de tart¨¢n. Era en honor de Liu Xiang, campe¨®n ol¨ªmpico de los 110 metros vallas, un dios en este pa¨ªs. Cientos de chinos estaban all¨ª, tras unas vallas sujetas por unos jovenc¨ªsimos polic¨ªas. Y dio la impresi¨®n de que los seguidores estaban m¨¢s all¨ª por Xiang -una enorme foto suya pend¨ªa del edificio- que por el gaucho.
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