Bandera bajo el ?rtico

Dos batiscafos rusos han alcanzado el fondo marino del Polo Norte, donde han colocado una bandera rusa resistente a la corrosi¨®n. El ministro de Asuntos Exteriores de Canad¨¢ ha calificado la iniciativa de "espect¨¢culo", aunque tanto su pa¨ªs como Dinamarca, Noruega y Estados Unidos son conscientes de que se puede avecinar un nuevo episodio de un contencioso internacional que se ha mantenido a lo largo de todo el siglo XX. En concreto, un contencioso que afectar¨ªa a varios millones de kil¨®metros cuadrados bajo el ?rtico y a unas fabulosas reservas de hidrocarburos, minerales e, incluso, piedras preciosas.

La Convenci¨®n de Derecho del Mar de 1982 reconoce el derecho de los Estados ribere?os sobre su plataforma continental. Con la inmersi¨®n de los dos batiscafos y la colocaci¨®n de la bandera, Rusia parece dar a entender que el fondo ¨¢rtico forma parte de su plataforma y que, por tanto, le corresponde su explotaci¨®n. Pero se trata de una cuesti¨®n que no puede resolver de manera unilateral, como ya tuvo ocasi¨®n de comprobar en 2002. Naciones Unidas estudi¨® entonces las reclamaciones de Rusia y aplaz¨® la decisi¨®n ante la falta de pruebas concluyentes, que son las que la actual misi¨®n enviada por Mosc¨² ha tratado de obtener.

La cuesti¨®n ser¨¢ revisada en Nueva York dentro de dos a?os, en 2009, aunque todo apunta a que ser¨¢ dif¨ªcil llegar a una soluci¨®n tomando ¨²nicamente como base la geograf¨ªa submarina. El trazado de las cordilleras Lomon¨®sov y Mendel¨¦yev, que se extienden a lo largo de miles de kil¨®metros bajo las aguas heladas, no ofrece respuestas concluyentes, puesto que, a fin de cuentas, las fronteras son convencionales en la mayor parte de los casos y s¨®lo encuentran un d¨¦bil apoyo en la geograf¨ªa.

La iniciativa rusa no ha hecho m¨¢s que reactivar el inter¨¦s por el fondo ¨¢rtico entre los diversos pa¨ªses ribere?os que consideran disponer de alg¨²n derecho sobre ¨¦l. Resolver esta cuesti¨®n es lo primero, aunque despu¨¦s quedar¨ªa pendiente el desaf¨ªo tecnol¨®gico de explotar unas riquezas que se encuentran a profundidades de m¨¢s de 4.000 metros y sometidas a unas condiciones de temperatura y presi¨®n extremas. Rusia ha querido, en cualquier caso, ratificar ante la comunidad internacional la ambici¨®n que le llev¨® a instalar la primera estaci¨®n polar habitada en 1937.