Bush obtiene licencia para espiar
El presidente de EE UU logra una reforma legal que permite pinchar tel¨¦fonos y correos electr¨®nicos sin orden judicial
El miedo sigue guiando la pol¨ªtica en el Capitolio. Los dem¨®cratas pactaron ayer en el Senado la actualizaci¨®n de la legislaci¨®n sobre espionaje para ajustarla a las peticiones de la Casa Blanca, que ped¨ªa dotar temporalmente a los diferentes organismos de seguridad -CIA, FBI, NSA, etc¨¦tera- de mayores poderes para realizar escuchas a presuntos terroristas extranjeros sin orden judicial. La iniciativa s¨®lo estaba pendiente de ser refrendada por la C¨¢mara de Representantes, que retras¨® su receso vacacional para sacar adelante esta reforma. A pesar de que estaba descontado el apoyo de la c¨¢mara, la reforma legal no fue un mero tr¨¢mite; hubo m¨¢s de un encontronazo verbal durante el debate entre los republicanos en el Gobierno y los dem¨®cratas.
Muchos expertos creen que una reforma a la ligera puede dar lugar a abusos de autoridad
La Casa Blanca no quiere mostrarse d¨¦bil ante la amenaza del terrorismo. Y la oposici¨®n tampoco quer¨ªa irse de vacaciones sin actualizar esta legislaci¨®n, para no tener que cargar con el peso de su inacci¨®n pol¨ªtica si se produce un atentado durante el verano como el del 11-S. Por eso, los analistas anticipan que al final se llegar¨¢ a un acuerdo para hacer los ajustes que ped¨ªa el presidente George W. Bush para seguir adelante con su particular lucha contra el terrorismo.
As¨ª fue. El Senado dio el primer paso la pasada madrugada, aprobando la actualizaci¨®n de la legislaci¨®n sobre espionaje con 60 votos a favor y 28 en contra, sobre el texto presentado por el republicano Mitch McConnell. En s¨ªntesis, lo que se pretende con este cambio legal es que los servicios secretos, como la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), puedan interceptar conversaciones telef¨®nicas o mensajer¨ªa electr¨®nica de nacionales estadounidenses con presuntos terroristas en el extranjero, para evitar un ataque como el 11-S.
La ley, conocida como Foreign Intelligence Surveillance Act (FISA), en su redacci¨®n actual, que data de 1978, ya permite al Gobierno controlar las comunicaciones de sospechosos, pero requiere autorizaci¨®n judicial. Con la nueva f¨®rmula eso ya no ser¨ªa necesario y bastar¨ªa con la firma del fiscal general, hoy por hoy el controvertido Alberto Gonzales, actualmente bajo el punto de mira del Congreso por dos motivos: porque ¨¦l ya autoriz¨® escuchas ilegales para miles de estadounidenses, y por el despido de siete fiscales que no comulgaban con la l¨ªnea dura de la Administraci¨®n de Bush.
Por estos motivos, Nancy Pelosi, l¨ªder de los dem¨®cratas -partido que domina las dos c¨¢maras del Congreso-, vendi¨® caro su apoyo a la petici¨®n de Bush. La presidenta de la C¨¢mara de Representantes mantuvo el pulso hasta el ¨²ltimo minuto en ¨¦sta, porque no quer¨ªa que el Gobierno monopolizara todo el proceso de reforma de la legislaci¨®n sobre el espionaje.
Bush lleg¨® a amenazar con mantener abierto y activo el Congreso durante el receso veraniego -que deb¨ªa comenzar ayer- si no era capaz de sacar adelante los cambios legislativos que ped¨ªa. En su mensaje de radio de los s¨¢bados volvi¨® a pedir a la C¨¢mara de Representantes que aprobara la ley "sin mayor dilaci¨®n", para que pueda firmarla lo antes posible. "Proteger Estados Unidos es nuestra obligaci¨®n m¨¢s solemne", dijo.
El viernes, tras reunirse en el cuartel general del FBI con el equipo de la unidad antiterrorista, dejaba claro que hab¨ªa trabajado "duro y siempre con buena fe con los dem¨®cratas para llegar a un acuerdo". "No vamos a poner la seguridad nacional a riesgo", remach¨® el presidente. Pelosi insiste en que se ha hecho todo lo que quer¨ªa Bush y que, a cambio, s¨®lo ped¨ªa a la minor¨ªa republicana que fuera sincera en el debate.
El presidente Bush considera que la modernizaci¨®n de la FISA es esencial para dotar a los servicios secretos de los medios que necesitan para proteger el pa¨ªs. Lo mismo opina el senador independiente Joseph Lieberman, que junto a otros 16 antiguos compa?eros del Partido Dem¨®crata vot¨® a favor de la reforma. "Estamos en guerra. Y el enemigo quiere atacarnos", dijo. Por eso a?adi¨® que "no es momento para atascarse en limar asperezas para conseguir una legislaci¨®n perfecta".
Los observadores del proceso, sin embargo, se llevan las manos a la cabeza porque consideran que ¨¦ste es un mecanismo que no debe revisarse a la ligera, porque puede atentar contra las libertades b¨¢sicas recogidas en la Constituci¨®n. Adem¨¢s, acusan a los dem¨®cratas de dar demasiada autoridad a la Casa Blanca.
La Uni¨®n para las Libertades Civiles de Am¨¦rica y el Centro para la Democracia y la Tecnolog¨ªa, dos prestigiosos think-thank, creen que se est¨¢ dando libertad al presidente Bush para que ajuste el sistema a lo que ¨¦l considera "terrorismo", y eso no es una garant¨ªa de que la NSA no intercepte conversaciones de estadounidenses nada sospechosos de ser terroristas.
![Bush visita el puente hundido en Minneapolis junto a Gary Babineau, que ayud¨® a salvar a los ni?os que iban en el autob¨²s que se ve al fondo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YE5W7YEBYMAPOA4STQ4BFXZZE4.jpg?auth=aa10d3dfe1842048e554e22e7288852000b7dac1fda4b7d8c2e2aaaff0010d92&width=414)
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