Al volante sin ir a la autoescuela

Estaba convencido de que no ser¨ªa capaz de aprobar. Pero Y. P. G, obrero de la construcci¨®n de 20 a?os, necesitaba el permiso de conducir. Se decidi¨® por lo f¨¢cil: no perder ni una tarde rellenando test. Prefiri¨® pagar el triple de lo que cuesta, de media, una autoescuela. Lleg¨® a pedir un cr¨¦dito de 3.000 euros a su banco para que otro chico, supuestamente bregado en las preguntas capciosas sobre el C¨®digo de Circulaci¨®n, se presentara en su lugar. Con tan mala pata que el experto suspendi¨®. A la segunda no hubo mejor suerte y al siguiente suplantador lo pillaron con un DNI falso.

En lo que va de a?o, los agentes del Grupo de Investigaci¨®n y Apoyo a Tr¨¢fico (GIAT) de Madrid han detenido a 20 personas en 13 operaciones contra grupos o individuos que se dedican a suplantar a otros en el examen de conducir. En todo el a?o pasado hubo 32 detenciones. Sacarse el carnet de conducir sin pasar con la autoescuela cuesta entre 1.000 y 3.000 euros y el trato puede incluir s¨®lo el te¨®rico o un pack que incluye te¨®rico y pr¨¢ctico. El permiso C, para conducir camiones, alcanza en este mercado negro los 5.000 euros. No es f¨¢cil detectar a los suplantadores. Suelen ir con gorras que tapan hasta la frente y si es preciso se cortan el pelo para parecerse al de la foto del DNI. Los funcionarios son avezados y a los sospechosos, con sigilo, les cotejan la forma del ment¨®n e incluso las orejas.

Sacarse el carn¨¦ sin pasar por la autoescuela cuesta entre 1.000 y 3.000 euros

S¨®lo en Madrid se examinan diariamente 1.000 personas en el centro de M¨®stoles. Es la jefatura provincial de Tr¨¢fico con m¨¢s volumen de trabajo de Espa?a. Adem¨¢s del control de identidad rutinario, los agentes del GIAT suelen montar operativos aleatorios para controlar la documentaci¨®n. As¨ª fue como desbarataron la intentona de Y. P. G. A su DNI real le hab¨ªan a?adido la foto del suplantador. Abultaba m¨¢s de lo normal y levant¨® las sospechas de un funcionario.

Las falsificaciones suelen ser de buena calidad, "profesionales", aseguran los agentes del GIAT. Lo m¨¢s habitual es que se sustituya la foto del DNI o la tarjeta de residencia por la de la persona que se examina. Aunque tambi¨¦n se da el caso, especialmente con ciudadanos asi¨¢ticos o subsaharianos, de que conf¨ªen en el parecido f¨ªsico y ni se molesten en modificar los papeles. Eso no impide que se les impute un delito de falsificaci¨®n de documento p¨²blico.

En el momento en que firman el examen asegurando que son otra persona est¨¢n cometiendo un delito tipificado en los art¨ªculos 390 y 392 del C¨®digo Penal, que prev¨¦ penas de prisi¨®n de seis meses a tres a?os. Los agentes explican que la fiscal¨ªa suele pedir seis meses, por lo que es dif¨ªcil que pisen la c¨¢rcel.

Existen tres tipos de organizaciones dedicadas a estas pr¨¢cticas, integradas por asi¨¢ticos, subsaharianos o espa?oles. En los dos primeros casos, los clientes acuden a los suplantadores porque su dominio del espa?ol -o el ingl¨¦s, franc¨¦s o alem¨¢n, los otros idiomas en que se puede realizar el examen- no les permite enfrentarse a las preguntas del test o las indicaciones del examen pr¨¢ctico. Esa caracter¨ªstica dio una pista decisiva a los investigadores en 2004. En un control rutinario de mercanc¨ªas en el pol¨ªgono industrial de Cobo Calleja (Madrid), donde se concentran los almacenes de mayoristas chinos, Tr¨¢fico detect¨® a varios camioneros de esa nacionalidad con el permiso de conducir espa?ol en regla pero que apenas chapurreaban cuatro palabras en castellano. Tirando del hilo, llegaron hasta un hombre y una mujer chinos, cabecillas de una organizaci¨®n que consegu¨ªa permisos para sus paisanos suplant¨¢ndoles en los ex¨¢menes. Ambos hablaban un perfecto castellano y conduc¨ªan con destreza todo tipo de veh¨ªculos.

La mayor¨ªa de subsaharianos que se prestan, previo pago, a hacerse pasar por otra persona son de Guinea Ecuatorial, ex colonia espa?ola. Es el caso del ¨²ltimo detenido en Madrid, el mi¨¦rcoles pasado: un estudiante de tercero de Econ¨®micas que confiaba en sacarse as¨ª un dinero extra. Los clientes de los subsaharianos suelen ser nigerianos que, aunque en muchos casos hablan ingl¨¦s, carecen de formaci¨®n para superar el examen.

Hace a?os, seg¨²n constat¨® la Guardia Civil, buena parte de los espa?oles detenidos era de etnia gitana, un segmento de la poblaci¨®n con un ¨ªndices de analfabetismo superiores a la media espa?ola, que ronda el 3%. Siete de cada diez gitanos mayores de 15 a?os son analfabetos, seg¨²n la Fundaci¨®n Secretariado Gitano. Desde que en 2004 se desarticul¨® una organizaci¨®n dirigida por gitanos, no se han vuelto a detectar suplantadores de esa etnia.

Los espa?oles que pagan por conseguir el permiso responden a dos perfiles bien distintos: j¨®venes adinerados, estudiantes en muchos casos, que no quieren perder tiempo con el tr¨¢mite y personas de bajo nivel socioecon¨®mico. Los agentes del GIAT comprueban con estupor que, cuando los detienen, algunos no son conscientes de haber hecho algo grave. "Y resulta que conducen sin saber llevar bien un coche ni conocer las normas", se lamentan.