"No quiero irme, soy feliz as¨ª"

Con 80 a?os y algunos problemas de salud ("el az¨²car, mi arma"), Chano Lobato, gran maestro de los cantes gaditanos, vive desde hace a?os un momento dulce. ?ltimo representante de una manera de entender y de ser flamenco, forjado en los tablaos y en las reuniones de aficionados o de se?oritos, desde su C¨¢diz natal ha recorrido el mundo cant¨¢ndole para que baile al gran Antonio, o a bailaoras m¨ªticas como Carmen Amaya. Hoy, con su voz rota y sabia, es uno de los cantaores m¨¢s solicitados, tanto por los llamados puristas como por el p¨²blico joven, que lo aclama incluso en un festival como el Esp¨¢rrago Rock. Chano Lobato act¨²a esta noche en La Uni¨®n rodeado por compa?eros como El Pele, Esperanza Fern¨¢ndez o Capullo de Jerez, y recibe el homenaje oficial del Festival Internacional del Cante de las Minas, que este a?o llega a su edici¨®n n¨²mero XLVII.

Pregunta. ?Qu¨¦ le parece que le homenajee un festival tan importante como el de La Uni¨®n?

Respuesta. Creo que reconocen que siempre que he ido por all¨ª he hecho mis cositas con dignidad, va a ser un buen homenaje, es un festival muy bueno. Con esto del az¨²car

el otro d¨ªa perd¨ª la cartera con la documentaci¨®n. Tendr¨¦ que llegar a La Uni¨®n y, si no me conocen, dir¨¦: soy Chano Lobato, cantaor flamenco, aunque malo, a ver si me dejan entrar a actuar.

P. ?Se encuentra bien de salud?

R. Estoy muy bien, es que tuve una bajada de az¨²car, llevo a la Rosario

a mal traer, yo soy un impertinente. Esto de la diabetes me lleva mal. ?Pero me vengo arriba! F¨ªjese que en el fondo los homenajes no me gustan, aunque los agradezco; eso de que los compa?eros me homenajeen..., parece que quieren jubilarme, y yo no me quiero ir nunca. No es por ego¨ªsmo, no es por dinero, es que si me falta esto, cantar, me muero, me cuesta la vida, no s¨¦ vivir sin hacer mis cositas.

P. Pero usted todav¨ªa se pone nervioso cuando sale al escenario.

R. Eso s¨ª, no lo puedo remediar, todav¨ªa me pongo nervioso y tengo miedo antes de salir al escenario.

P. Sin embargo, el p¨²blico le adora, los mayores y los j¨®venes.

R. Lo m¨¢s grande es que viene mucha gente joven a escucharme. Yo les digo mis cositas, les canto mis tanguitos, mis buler¨ªas, y los voy metiendo, y entonces les hago un pedacito por sole¨¢, por seguiriyas, sin abusar, y me lo aceptan todo.

P. Usted est¨¢ considerado, como gaditano, un cantaor gracioso, cuenta sus chistes en el escenario...

R. Ay, eso, lo saben quienes me conocen, es una defensa, cuento mis chistes para quitarme el miedo de estar en el escenario. Gracioso... ?yo he pasado muchas cosas duras en la vida...!

P. Quiz¨¢s lo que m¨¢s valoran es ese sabor antiguo que usted lleva al escenario.

R. Eso s¨ª. Si yo no supiera que voy con ese sabor, entonces, s¨ª que me ir¨ªa, es verdad que eso lo valoran. Pero estoy muy bien, el otro d¨ªa en Madrid hasta me di mi vueltecita bailando, que por poco acabo en la primera fila de butacas. Soy feliz as¨ª, s¨¦ que llegar¨¢ la hora de irme, pero todav¨ªa no.

P. ?C¨®mo ve el flamenco de hoy, a los j¨®venes?

R. Veo que lo hacen con mucha dignidad, yo los veo muy bien, a veces me llaman para formar parte de un jurado y digo que no sirvo, porque yo les doy un 10 a todos. Hacen sus mezclas, pero est¨¢n en su derecho si lo hacen bien. Nosotros tambi¨¦n lo hac¨ªamos, yo meto mis tangos, mis boleros por buler¨ªas, como ahora la ni?a de Morente. En eso El Chaqueta

[cantaor ya desaparecido] era el capit¨¢n.