Militares de emergencia
La Unidad Militar de Emergencias (UME), fuerza especializada del Ej¨¦rcito creada hace dos a?os para hacer frente a calamidades graves, se ha estrenado este verano combatiendo los incendios forestales de Canarias. Como suele ocurrir entre nosotros, esa intervenci¨®n ha sido ya descalificada con argumentos rutinarios por los celadores de guardia. Unos han echado en falta un Pacto de Estado contra el Fuego, otros un verdadero Plan Nacional contra las Cat¨¢strofes y los de m¨¢s all¨¢ (Rajoy) un Centro Nacional de Gesti¨®n de Crisis Graves. Tambi¨¦n ha habido quienes han alertado por lo que consideran intromisi¨®n militar en competencias de las comunidades aut¨®nomas.
La iniciativa de crear la UME fue consecuencia del incendio de Guadalajara, en 2005, en el que perecieron 11 personas. Pero la necesidad de un instrumento dependiente del Gobierno, con capacidad para atender con medios propios a emergencias que afecten a varias comunidades o en todo caso superen las capacidades de una dada, hab¨ªa sido detectada antes. La transferencia de las competencias de Protecci¨®n Civil a las autonom¨ªas dej¨® al Estado sin posibilidad de intervenci¨®n frente a cat¨¢strofes graves, y tambi¨¦n frente a problemas con implicaciones de seguridad, como la huelga de gr¨²as de 2004: miles de coches en los arcenes en v¨ªsperas de una operaci¨®n regreso de vacaciones.
Podr¨¢ discutirse si no ser¨ªa mejor recuperar directamente ciertas competencias, o establecer mecanismos de coordinaci¨®n m¨¢s eficaces, etc¨¦tera; pero no negar la existencia del problema, puesto tambi¨¦n de manifiesto con ocasiones de temporales graves de nieve, inundaciones o mareas negras como la del Prestige. La existencia de 17 sistemas de protecci¨®n civil diferentes puede ser disfuncional para ciertas situaciones. Y si cabe reprochar al Gobierno la v¨ªa seguida para crear esa unidad, sin un verdadero debate social y parlamentario, lo cierto es que se trata de una respuesta legal de entre las varias posibles a un problema real, y se est¨¢ desarrollando con razonable rapidez: ya hay casi 2.000 efectivos operativos de los 4.310 previstos en 2008.
El aspecto m¨¢s pol¨¦mico es el hecho de que se trate de una unidad militar. Es evidente que se ha decidido as¨ª por razones pragm¨¢ticas: la competencia del Estado en materia de Defensa no es discutida por nadie, y el Ej¨¦rcito cuenta con experiencia probada en este tipo de intervenciones. Seguramente se contaba con que habr¨ªa menos resistencia a una unidad castrense que, por ejemplo, a la creaci¨®n de un cuerpo nacional de bomberos. El protocolo de la actuaci¨®n establece que la intervenci¨®n en una determinada comunidad requerir¨¢ la petici¨®n expresa de sus autoridades (excepto en caso de declaraci¨®n de emergencia nacional). En todo caso, las objeciones, tanto las razonables como las artificiosas, ceder¨¢n en funci¨®n de la eficacia demostrada.
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